Desde su percepción personal, ¿qué nos cuenta ‘Burro’?
Pues para mí Burro, y yo creo que esta es la percepción que tengo en este momento, que he hecho ya la obra como muchísimas veces, no es la percepción que tenía al principio. Desde mi punto de vista Burro es un recorrido sobre la historia de la humanidad, lo que pasa que lo hace a través de los ojos de un burro, entonces hay una denuncia. Es como una doble moral, por así decirlo. Desde la perspectiva del burro puedes ver muchas cosas que si hubiésemos contado directamente la historia de la humanidad no tendríamos acceso a esa doble visión. A partir de ahí reflexiono mucho sobre el animal en la historia, quién ha sido verdaderamente el animal, el hombre o el propio burro, por así decirlo. Porque claro, cuando cuentas la historia de la humanidad, bueno, cuentas la historia del burro, es la historia de la humanidad. Porque el burro ha sido un animal ligado al humano, al trabajo, a cargar cosas. Para mí hace mucha reflexión de quién es el animal realmente. Estás hablando de un burro, pero para mí eso se entremezcla todo el rato con el humano. Está todo el tiempo jugando con esos dos canales.
¿Se lamenta el burro del papel que le ha tocado vivir, del rol que tiene que desempeñar en la vida?
Sí, eso yo creo que es algo que hablábamos mucho al principio, que la obra comienza como un lamento de ese animal, porque le ha tocado ser el tonto de la historia, el animal despreciado. Es muy fuerte. Date cuenta todas las veces que usas la acepción de burro en nuestro día a día para cosas despectivas, entonces sí, comienza como un lamento, pero luego para mí se transforma en una denuncia sobre muchísimas cosas.
¿Sobre qué cosas?
Yo también tengo, ciertamente, como un vínculo muy fuerte con los animales porque estudié un año de veterinaria y para mí denuncia el maltrato al que ha estado sometido sin ningún tipo de razón. Es un animal que de repente estaba destinado a que le dieran palos, a ser tratados como tontos, no ha tenido la misma suerte que ha tenido el caballo, por ejemplo, y es bastante cruel. Contamos la historia de este burro, pero también ves toda la historia a través de la humanidad y dices, ¿pero por qué hemos maltratado a este animal sin ningún motivo? La crueldad. También la hipocresía del hombre, para mí denuncia mucho la hipocresía del hombre, que lo hacemos en varias canciones y escenas, cómo el hombre dice que “viva el amor” y nosotros es lo que defendemos, pero después tenemos a este animal en nuestras vidas que lo tratamos como si fuera una piedra.
¿A quién corresponde el texto?
El texto está escrito por Álvaro Tato, él es el dramaturgo. Ha hecho una investigación y ha ido rescatando prácticamente todos los textos que existen en la literatura española sobre asnos. Los ha ido rescatando y luego él, aparte, ha creado un hilo conductor, que es una especie de monólogo que tiene este burro, y a partir de ese monólogo va pasando por las diferentes etapas, primero antes de que existieran los humanos, edad media, los romanos. En esas épocas se van insertando textos ya escritos que ha descubierto Álvaro. Así es como se ha conformado la dramaturgia.
¿Cómo llega a esta producción de ‘Burro’? ¿Cómo cae dentro de esta producción, y además de la mano de uno de los grandes de la escena como es Carlos Hipólito?
Yo llegué a través de un casting. Realmente yo estaba en la Resad, estaba terminando mi cuarto año, todavía no había terminado, me quedaban como cinco meses. Entonces se abrió un casting de Ay Teatro, porque esta compañía es bastante conocida también. Abrieron un casting buscando a una chica que estudiara interpretación, que tuviera el grado de interpretación, que realmente yo no lo tenía, pero bueno, y que tocara un instrumento, buscaban ya sea flauta, violín o acordeón, arpa, eran como unos instrumentos bastante peculiares. Mandé mi currículum y claro, también es verdad que esto de casting abierto es un poco relativo, porque me llamaron porque gente que me conocía les recomendó a ellos. Por eso fue que me llamaron. Tuve acceso al casting y nada, pues hice la primera fase y luego me llamaron para una segunda fase, y al final pues decidieron quedarse conmigo y aquí he acabado.
¿Cómo ha sido el trabajo con Yayo Cáceres? Imagino que ya conocía trabajos de él anteriores y, sobre todo, trabajos, me imagino, de Ron Lalá.
Claro, yo sobre todo conocía a Ron Lalá. Lo primero que vi de Ron Lalá fue Juan Rana en su momento. También vi Villa y Marte. Esas fueron las dos obras que yo vi de ellos, porque yo soy de Tenerife y llegué a Madrid hace cinco años, relativamente poco. Luego también conocí la producción Vive Moliere, que lo está haciendo con esta compañía, porque aparte ahí tengo amigos dentro de esa compañía del Vive Moliere. También Yayo estuvo en la Resad dirigiendo un montaje. Dirigió Macbeth a unos alumnos de cuarto, cuando yo entré en primero. Y lo conocía de eso. Y la verdad que muy bien, o sea, estoy muy contenta con él, la verdad, creo que… como sales de la escuela y empiezas en un trabajo profesional y de repente todo te cambia porque todo lo que tenías aprendido en parte tienes que desaprenderlo, porque ahora tienes que trabajar, tienes que hacer cosas que te pide un director y no puedes estar pensando en lo que has aprendido o no, lo que te han dicho que tienes que hacer, tienes que hacer lo que te pide y yo creo que el caso es que yo he estado muy abierta a aprender de la forma que él tiene de trabajar y a quedarme con lo que más me ayude, por eso… para mí ha sido un proceso muy bueno en ese sentido.
¿Cómo ha sido el trabajo con Carlos Hipólito? ¿Qué destacaría de él?
Pues es que es maravilloso. Me cuida muchísimo. Es como un cliché, pero de verdad que no lo es. De verdad, en el fondo de mi corazón, yo no sabría decirte si Carlos es mejor persona o mejor actor, porque es increíble, como compañero. Además, con cualquier cosa que me haya pasado, dudas en el trabajo, que surgen luego trabajos, que tienes que pensar en qué hacer. Ha sido como una persona que ha estado ahí, que me ha ayudado, que confía en mí, además me valora muchísimo. Y no sé, para mí es un regalo, es un regalo estar con él, que me haya acogido así. Y ya luego en el escenario, bueno, yo la obra le miro a él y disfruto muchísimo porque es increíble. Me estoy nutriendo un montón de él a nivel actoral también, claro.
¿Hace honor a este nombre de Burro Carlos Hipólito?
¿En qué sentido? Es que Carlos ahora es Burro. Lo podemos ver desde la nobleza del animal. Yo lo veo y digo es que es un burro, claro, ahora ya lo veo y digo es un burro. Pero sí, esa cosa muy noble del animal, sobre todo Carlos tiene como una cosa muy emotiva para mí que refleja como esta inocencia del animal. Lo tiene, y eso que Carlos ya no es un niño. Pero tiene esta inocencia. Siempre lo hablo con él digo, yo no sé cómo lo haces, pero tiene el espíritu de un niño, la inocencia en los ojos, y emociona muchísimo. Yo lo veo y digo, es que eres el burro.
Ahora va a tener la suerte de iniciar un recorrido por los festivales más importantes del territorio español. ¿Qué va a suponer? ¿Qué espera de este recorrido?
Pues conocer gente, me gustaría mucho conocer a la gente, a los que dirigen, como rodearme de la propia gente del mundo del teatro, empezar a conocer, porque creo que puedo aprender muchísimo de toda la gente que está ahí también en estos festivales. Espero también dar un punto más en crecimiento, porque claro, son los festivales más importantes y al final es como que todo se va a acumular ahí y va a estar toda la gente más importante. Demostrarme a mí misma que puedo estar ahí y que puedo sentirme… que es el momento, que me lo merezco, que soy una actriz que todavía tengo que crecer muchísimo, pero sentirme segura de estar ahí, sobre todo. Esas dos cosas, yo creo.
Para finalizar, y cuando acabe Burro, ¿ya hay proyectos encima de la mesa? ¿Hacia dónde quiere encaminar sus pasos? De momento está muy centrada en el teatro, pero no sé si le ronda la cabeza el tema audiovisual. Pues sí, ahora mismo hay proyectos sobre la mesa. Yo termino Burro en febrero de 2025 y ahora tenemos otra cosa también así importante de teatro, en marzo. En principio me estoy encaminando ahora mismo hacia el teatro porque es lo que he estudiado en la Resad, que es teatro, mis contactos son de teatro y estoy tirando por ahí. Es lo que me gusta, me encantaría también hacer algo en el clásico, entrar en la joven compañía, pero es verdad que me ronda también todo el tema audiovisual. Estamos ahí con Lula, con mi repre, trabajando en ese camino, que me da quizás un poco más de respeto, pero por desconocimiento, porque te digo en la Resad estudias teatro, no hacemos casi nada de cámara, pero sí que me gustaría mucho y sobre todo me llama mucho la atención todo lo que tenga que ver con la época, como series o películas de época, en las que tengan un lenguaje diferente al cotidiano, es lo que más me llama la atención. Si pudiera elegir, que no voy a poder elegir en este momento tampoco. Lo que salga, saldrá.
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