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Año VIIINúmero 368
08 SEPTIEMBRE 2024

Irene Pardo: “Almagro te invita a hacer un viaje y dibujar tu propio festival”

Irene Pardo en la presentación de esta edición en el Corral de Comedias de Almagro
Irene Pardo en la presentación de esta edición en el Corral de Comedias de Almagro
Esta será la segunda edición en que Irene Pardo estará al frente de uno de los festivales más longevos y queridos de nuestro país, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Después de aquella atropellada edición, en la que apenas tuvo tiempo de respirar, este año sí ha hecho, junto a su fiel equipo, un festival a su medida, ha sido capaz de construir la horma de su zapato. Con más ilusión, si cabe, que la pasada edición, sigue trabajando para que el público que visite el festival sea feliz. Y para ello no ha escatimado en esfuerzos. Como buen capitán de barco consigue embarcar a todo el Patronato de su Fundación en su proyecto, sacando de ellos lo mejor y explotando al máximo sus posibilidades. Como si de una rígida maestra de ballet se tratara.

Quiero que me cuente, sobre todo, más que la programación, ¿qué novedades tiene el festival este año?

Digamos que las actividades nuevas son novedades pero responden al plan que verdaderamente presentamos el año pasado para estos próximos cinco años. A mí lo que me apetece transmitir es que es un proyecto sólido, que es un proyecto estructurado y que, algunas de las actividades requieren más tiempo para ir consolidándose. Entonces, como bien sabes, que fuiste el primero con el que tuve una charla larga en medios de comunicación, el año pasado entré de manera como muy precipitada, pero con todo y con eso sí que considero que el festival del año pasado ya fue nuestro festival y ya fue mi festival con toda la programación y las actividades. Y ya empezamos a dibujar algunas de las líneas y de las ideas que entendemos que Almagro tiene que tener. Y evidentemente, seguir con la voluntad internacional era uno de los principales temas, al trabajar con más tiempo, puesto que el año pasado no tuvimos tiempo. Yo estoy muy satisfecha porque creo que este año, con tiempo, hemos podido crear un poco esa línea, bueno, recuperar y retomar esa línea internacional.

¿Se supera esa cota internacional, esa presencia internacional con respecto al año pasado?

Claro, sí, sí, claro, claro, bastante. De hecho, además, como yo explicaba también el año pasado, para mí la internacionalización del festival no es solo programar espectáculos internacionales, es cómo es la relación del festival a nivel internacional y cómo vamos a, bueno, vamos a exportar esta marca festival fuera. Ya tenemos previsto un otoño lleno de presentaciones del festival en América Latina e incluso vamos a tratar de hacer un proyecto con universidades en Estados Unidos y creo que esa es una parte fundamental. Este año evidentemente hay muchas más producciones internacionales, ha dado tiempo a trabajar con institutos de cultura, con embajadas, con gobiernos, vamos a firmar en menos de un mes un convenio con Portugal. En la idea de querer colaborar juntos, vienen compañías de Colombia, Chile, Uruguay, Buenos Aires, Japón, Corea, Inglaterra… Creo que en esa idea, también, de todos los países invitados, creo que vamos a poder dar y reflejar un panorama muy interesante que se vincula al siglo de oro desde latitudes tan lejanas como es la compañía CASEQ, por ejemplo. Y en ese sentido estoy muy contenta.

Irene, ¿cómo se monta este armazón de programación? Porque nosotros ya vemos la programación armada. Entiendo que no debe de haber una programación habitual en compañías privadas, sobre todo con temática del siglo de oro, con autores del siglo de oro, autores y autoras me refiero. Primero porque sabes muy bien que tienen unos repartos bastante grandes que son poco asumibles por empresas privadas. Entonces, ¿cómo se arma este engranaje? ¿Cómo llegan las propuestas? Son muchas las propuestas que recibe el Festival de Almagro. ¿Cómo está en la actualidad el Teatro del Siglo de Oro español en las producciones actuales? ¿Hay mucha oferta?

El festival recibe un número muy alto de propuestas al año. Yo digo que lo que más duele de este trabajo que tengo el privilegio de tener es la selección. Y como por no tener los recursos suficientes, no solo recursos económicos de contratación, sino los espacios, etc., no puedes acoger todos los espectáculos y todas las propuestas artísticas que te gustaría acoger. En ese sentido creo que hay bastante producción, creo que hay un interés enorme y sigue habiéndolo por el siglo de oro, y lo que es fascinante es ver la cantidad de propuestas que llegan al AlmagrOff, porque eso quiere decir que hay todo un tejido profesional emergente que se siente muy atraído por las temáticas, por las estéticas, y por una cosa que cuenta siempre Eva Rufo que me encanta, dice “una vez que empiezas con el verso ya estás perdido”, o sea, te produce un enamoramiento, la armonía, el sonido, el ritmo, la cadencia… En ese sentido creo que el interés por el siglo de oro es altísimo y que se produce mucho teatro clásico.

¿Qué es lo que sucede? Que la precariedad ha llamado a la imaginación y hace que muchas de las propuestas tengan que hacerse con menos recursos de lo que se requiere, tanto a nivel de vestuario como de escenografía, incluso en el número de reparto. A mí me encantaría que junto con todas esas propuestas que están inspiradas en Siglo de Oro o que se hacen desde otro tipo de creatividades, que también hubiera recursos suficientes en España, dado que es nuestro mayor patrimonio, al menos no hay una época en la historia con esa efervescencia artística y creativa. Y que hubiera… recursos muy vinculados a la creación, a la producción de espectáculos de teatro clásico. Porque en el imaginario del público sigue existiendo la idea de que si vas a ver un espectáculo de teatro clásico vas a ver los grandes vestuarios. Y yo, siendo muy defensora de la contemporaneidad de los clásicos, no solo de una revisión ideológica o filosófica o política, sino desde una revisión estética, también es cierto que apetece mucho ver esos grandes montajes de teatro clásico que no se hacen en muchísimos casos exclusivamente por una cuestión económica. Ni más ni menos. Hay mucha producción, pero digamos, que en muchos casos, sería una producción mucho más favorable al texto y a la época si tú contaras con los recursos suficientes. En todo caso hay una variedad inmensa de propuestas de todo tipo. Tenemos desde un monólogo performático con Miguel López inspirado en San Juan de la Cruz, a El monstruo de los jardines que no sé si has podido venir a Madrid a verla pero es una virguería de producción.

Irene Pardo, directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro

¿Qué me recomendaría?

Tantas cosas te recomendaría… Son todos mis hijos. Lo que te recomendaría es, como le digo a todo el mundo, cógete este programa precioso con la imagen de Coco Dávez y tómate un café, o tómate un vino y un queso manchego y ve dibujando el festival, porque el tema no solo son los espectáculos, es que la idea es hacerte un viaje coherente. Y en la coherencia hablo de, en un mismo fin de semana, ver un espectáculo clásico, típico, tópico, El alcalde de Zalamea, hecho por Teatro Corsario, y ver ésta sí es místico con Paula Rodríguez en inglés y en español sobre textos de Sor Juana o Santa Teresa. Y luego vas a la plaza a ver Gran Sonata, que es un espectáculo de calle y de circo. Y te da tiempo entre espectáculos a ver la exposición de Calderón comisariada por Laila Ripoll, que va a ser una belleza, y que ya se está adaptando para que luego pueda girar por los teatros de España. Eso acompañado, por supuesto, de que si te apetece ir a hacer un taller para conocer unas de las recetas del siglo de oro pues está el centro de tecnificación gastronómica. Hay tantas cosas para hacer el viaje al siglo de oro, que es lo que pretendemos. Es un festival, es fiesta, es festivo. Es emoción y es intelecto, y de eso hay para aburrir.

Irene quiero que me hable no de la programación, porque la programación al final la tenemos, como bien como dice, en los programas, está dentro de la web del propio festival, nosotros difundimos esa programación, pero hay otra parte, digamos, que son las actividades paralelas que también forman parte de este gran festival, no solo la puesta en escena de producciones teatrales. Si quiero que me desgrane, a grosso modo, este tipo de actividades que paralelamente caminan junto a la programación oficial del festival.

Verdaderamente la palabra no es paralelo, o sea, están atravesadas. Es decir… Hay una cuestión que para mí es fundamental y es que en esta idea de democratización cultural, para que una persona realmente adquiera derechos culturales en el sentido de poder tener acceso a la cultura, tiene que ser no solo desde el punto de vista pasivo, como espectador, tiene que ser participativo. Porque también tiene que sentir. Las personas tienen que sentir que aportamos también al hecho creativo, que queremos participar de él. Por eso es tan importante abrir ese eje, abrirle el eje de participante, digamos, pues eso, pasivo. Generar un entorno en el que tú participas. De modo que asistir a charlas de formación, por ejemplo, en la que tú vas a participar, asistir a una presentación de un espectáculo y poder escuchar a Inma Chacón, ver de dónde sale la dramaturgia y que tú le puedas preguntar directamente porque eso te enriquece a ti, pero es que está enriqueciendo la parte creativa. Tener la experiencia, como te decía antes, de cocinar una receta del siglo de oro. Hablando de la idea de la tradición vamos a hacer un taller precioso de mediación con las mujeres de Almagro que se llama El Picao que tiene que ver con esa recuperación de la tradición y cómo se transmite la tradición y cómo les ha atravesado a ellas el festival, qué ha supuesto el festival. Entonces, creo que para mí y para este equipo es fundamental esa idea de democratización cultural, la idea de ser espectadores y espectadoras, pero también ser participantes. Todo lo que tiene que ver con la accesibilidad, todo lo que tiene que ver con las actividades para personas que tienen algún tipo de discapacidad. Vamos a hacer este proyecto y esta acción, que yo estoy emocionadísima, que se llama Acaricia un verso, en el que vamos a estar en el corral personas ciegas y personas que no lo son. Y vamos a tratar de ver cómo interactuamos ante una obra de teatro que además va a hacerle el personal del museo. Hay algo que es fundamental, el festival es de todos, es tuyo también. Entonces, en ese sentido de recoger las inquietudes, las iniciativas de artistas, del pueblo de Almagro, del museo, de la compañía nacional, de las propias compañías. Hay muchas actividades este año que han propuesto las propias compañías. Tenemos la Comedia del Recibimiento y esa propia programación trae consigo la presentación de ese autor, que es desconocido y se va a hacer en el Corral. Como es un autor que tiene mucho que ver con Canarias, va a haber un desembarco también en ese sentido. Vamos a hacer una exposición para darlo a conocer y luego vamos a hacer un pequeño montajito de calle sobre la décima, que es algo que en Canarias es como muy ritual. La idea es que sea 360, este concepto de Almagro 360 que sea real, que no sea un eslogan. Que realmente sucede y por eso es importante porque hay que salir de la ecuación de receptor y para mí esto es muy importante. Para mí y para todo el equipo.

Irene Pardo posa en la pasada edición del festival

Irene, ¿se van a conservar todos los espacios donde se venían desarrollando las actividades del festival?

Sí, este año sí, tenemos los mismos espacios que el año pasado. Vamos a hacer más calle, cosa que me hace muchísima ilusión. Esperemos que el tiempo nos dé un poco de tregua, pero sí, vamos a tener los espacios escénicos habituales y vamos a seguir contando con el Parador, que ya es un espacio más del festival. Este año el museo estará cerrado. Y es una grandísima noticia que esté cerrado porque eso quiere decir que seguramente el año que viene esté abierto en el nuevo modelo y con el nuevo plan museístico que están haciendo y que yo pude visitar el otro día y que se va a quedar fantástico. Utilizaremos la iglesia de San Agustín para hacer la exposición, que además es un refugio climático maravilloso porque la temperatura es extraordinaria. Seguiremos contando con el Palacio de Valdeparaíso, con el Museo del Encaje, con el espacio de la Universidad Popular Juan Gettler, es decir, vamos a tratar de vincularnos a todos los espacios que podamos en el festival.

El año pasado cuando se produjeron esos vaivenes políticos, digamos que el festival ya estaba más que encauzado o debía de estar más que encauzado. Este año esos vaivenes políticos, ¿se han dejado notar? ¿Los patronos siguen con la misma apuesta por el teatro de Almagro o alguno se ha hecho el despistado?

Te tengo que decir que del año pasado a este la apuesta, ya no hablo de la subvención nominativa, que vamos a seguir motivando para que crezca siempre con argumentos sólidos (no es pedir por pedir, es que verdaderamente hay proyectos que necesitan más recursos económicos), pero tengo que decir que la implicación de todo el patronato no ha dejado de aumentar y de crecer. La Universidad de Castilla-La Mancha, de cuando yo llegué hace un año y cuatro meses, ahora, no sé, se ha multiplicado por cuatro. Es decir, no solo son las jornadas de teatro, son las de teatro y educación, están participando con nosotros en el proyecto Ornitorrinco, que es meter el teatro en las aulas, que hemos empezado con un Instituto en Almagro, pero a través del Ministerio de Educación y de la Consejería de Educación vamos a ver si podemos ampliarlo. Vamos a hacer unas con el Instituto Confucio, vamos a hacer traducciones de textos del siglo de oro a chino. El Departamento de Sociología y Economía está haciendo el estudio de impacto económico-social del Festival de Almagro, que no había hasta el momento un estudio de impacto económico, social y cultural. Es que no tengo palabras para decir cómo se ha volcado la universidad. Pero es que el Museo Nacional del Teatro, con Beatriz Patiño al frente, aquí está. Es que el número de actividades que está haciendo el Museo Nacional del Teatro es alucinante. Está el personal volcado. Vamos a hacer esta experiencia que te decía de Acaricia un verso y es que son las propias personas que están en el museo las que van a hacer una pieza de teatro. Vamos a hacer hasta una audiodescripción en vivo que creo que es algo que no se ha hecho antes en teatro. La diputación ha contratado las dos orquestas, tenemos Sabores del Quijote. Muchísimas de las actividades de Almagro 360 se hacen directamente con la Diputación. La Compañía Nacional de Teatro Clásico estrena El Gran Teatro del Mundo, tiene El Monstruo de los Jardines, trae El Castillo de Lindabridis, cierra este año con un montajazo, que eso va a ser una preciosidad, con Marisa Paredes, Adriana Ozores, Alberto San Juan, Pere Arquillué, el propio Lluís Omar… Y es que todo lo que puedo decir de las administraciones y de todos los miembros del patronato es que, bueno, lo decía César, de la universidad, les tenemos felizmente explotados. Pero porque ya es su festival, pero no es algo que he conseguido yo, ni este equipo, sino que yo creo que era el flujo lógico, tenía que fluir hacia ahí. A veces es simplemente, dar ese impulso e involucrar. Es verdad que a mí el entusiasmo no me falta. Ojalá todos los patronatos fueran todos así, porque decía Lluís Homar, es un patronato que cuando acabas dan ganas de aplaudir. Además, para mí es muy importante que cada miembro del patronato cuente las actividades, lo cuenten ellos. No tengo nada más que palabras de agradecimiento, no he tenido ningún impedimento de nada, todo lo contrario, todo ha sido a favor, todos están remando a favor y lo que sí me gustaría es que las aportaciones económicas pudieran subir, obviamente, porque hay detrás un proyectazo enorme para llevar a cabo que podría tener que ver con la producción, por ejemplo.

Está muy bien el compromiso adquirido de todos los patronos, pero el compromiso económico tiene que ser otro, debe de ser otro. El Festival de Almagro tiene que aspirar y tener ese espíritu de crecimiento que necesita

Sí, pero los recursos son dinero también. La Diputación amplía actividades, por ejemplo, y se hace cargo de la contratación de dos orquestas. Eso repercute en el presupuesto del festival, evidentemente. Cuando la Compañía Nacional de Teatro Clásico trae dos montajes más, eso repercute también. Ojalá haya una subida de un 20% en los presupuestos el año que viene del festival de todas las instituciones. Ojalá. Y yo voy a tratar de que eso suceda, digo un 20, digo un 10, porque hay que ser también ambiciosos, porque eso ayudará a que el festival siga creciendo, porque el festival no es solo el mes de julio. El festival sí es el mes de julio, pero la Fundación Festival Internacional de Teatro Siglo de Oro y la vocación y el objetivo y la misión de la Fundación no es solo hacer el festival, es difundir el teatro del siglo de oro y para eso se necesitan recursos y lo que estamos tratando es de que otras organizaciones entren en el festival. Hay un programa de internacionalización con la colaboración de ACE, con la colaboración de AECID, que se puede hacer, pero claro, eso es tocar muchas puertas y hacer mucho trabajo. Si el festival, por las subvenciones que tiene tanto de la consejería, como de la diputación, como del ministerio, incluso diría yo de asuntos exteriores, no sé, me refiero que tuvieran más presupuesto, la difusión del teatro clásico sería mucho más, bueno, mucho mejor. O sea, lo que sí es cierto es que hay un equipo ahora que venimos muy de lado, que venimos fundamentalmente de la gestión cultural, que tocamos muchísimos temas de manera muy macro y que cuando hacemos un programa de mediación queremos contar con muchos de los actores que participan. Cuando hacemos un programa de educación también estamos pensando en empezar en Almagro pero generar las herramientas necesarias para que en cualquier aula de cualquier colegio en España o instituto tengan las herramientas para poder trabajar el teatro clásico y el teatro del siglo de oro. Cuando hablo de salir fuera hablo de hacer un programa internacional de difusión en el Cervantino, en las universidades de Estados Unidos, en el Festival de Buenos Aires al que vamos a ir, en México, en la Escuela Margarita Xirgu de Uruguay, es decir… Claro, a mí me das un millón de euros…

¿Qué presupuesto tiene el festival?

Unos dos millones doscientos mil euros aproximadamente. Un festival que se tiene que montar. Que se tiene que construir.

Irene Pardo, directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro

Desde que trabajo en el Festival de Almagro llevo oyendo el tema de las producciones propias siempre, ya me suena como un poco a utopía. ¿Cree que en algún momento se va a poder llegar a conseguir algo así?

Tiene que haber una decisión política contundente para darse cuenta de que el Festival de Almagro no es solo un festival. El Festival de Almagro es una fundación que tiene como objetivo la difusión del teatro clásico. Su mayor evento es el festival, pero la incidencia que puede tener y que debería tener a lo largo del año se hace con más recursos. Digamos que mi posicionamiento en este sentido es muy claro. Hay un equipo al frente de la Fundación Festival de Teatro del Siglo de Oro, del Clásico, que con los recursos suficientes podría hacer un plan estratégico de difusión y visibilización, por supuesto, junto con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, junto con el Museo Nacional del Teatro, junto con el Ministerio de Educación, junto con muchísimas organizaciones para poner el teatro clásico a un nivel muy relevante. Que no pasa sólo por la producción de espectáculos.

Irene quiero que hablemos de los más pequeñitos, de los más jóvenes. Cómo se acerca el festival a ellos dentro de ese ciclo denominado Barroco Infantil, dentro de ese AlmagrOff… ¿Qué más propuestas puede haber para público familiar y, sobre todo, dirigido a esta gente pequeñita?

Tenemos un montón de cosas este año. Aparte de Barroco infantil, que no es que sea aparte, que es que verdaderamente también es un impulsor y yo estoy muy a favor de este certamen y felicito muchísimo a Natalia Menéndez de que lo pusiera en marcha. Además de Barroco Infantil vamos a tener teatro de calle todos los fines de semana. Los dos días del fin de semana y en la plaza, con montajes muy familiares y muy divertidos, y además en una disciplina que a mí me tiene robado el corazón, que es el circo, porque me parece que es una disciplina que tiene unos valores extraordinarios. Tú no te puedes poner en un escenario de circo si no confías en tus compañeros, si no tienes solidaridad, lealtad, la generosidad que da el circo, creo que son unos valores esenciales para cuando esos pequeñitos, como tú dices, empiezan a formarse desde la empatía. Y el circo tiene una cosa que a mí me fascina también, que es el derecho al fracaso. Cuando están haciendo malabares y se caen, no pasa nada. Se cogen del suelo los instrumentos y se vuelve a repetir. Y si el número no sale a la primera saldrá a la segunda. Incluso si no sale, aplaudimos igual. Y eso en un mundo en el que solo se habla de éxito, de fama, de celebrity, de likes, de me gusta y de tal, me parece fundamental. El circo viene al festival con esa idea también, con la idea de generar unos valores que hagan que las personitas sean más empáticas, que no vivan tan en la corriente del éxito por encima de todo y además qué tipo de éxito, el éxito de los likes. Hay que salir, yo creo que hay que salir de ahí.

Vamos a hacer, porque es una de tus preguntas finales de la rueda de prensa del año pasado, hemos hecho un proyecto que se llama Plataforma Corral, que ha ido a buscar a la Escuela de Arte Dramático a unos directores, a un director y a una directora, para que creen un espectáculo expresamente para el corral. Es verdad que no es la compañía que luego podrá girarlo porque como ya hablamos el año pasado las dificultades técnicas del corral hacen que sea muy difícil generar una producción específica para el corral y que luego puedas amortizar en gira, pero bueno, todo se verá. Pero es un espectáculo que se va a llamar El arte de ser comediante y que es un poco un homenaje también a los comediantes del siglo de oro. Me acaban de pasar el texto y hemos empezado los ensayos. Me hace mucha ilusión porque me parece que es lo qu    e yo digo siempre “si no puedes producir vamos a seducir”. Es un proyecto donde evidentemente el festival pone unos recursos que son limitados pero creo que son suficientes para que no desaprovechemos el amor de la gente joven, de los jóvenes y emergentes por el teatro clásico. Que no les expulsemos por no darles la oportunidad de hacerlo. La Plataforma Corral tiene esa vocación. Imagínate, o sea, Laura y Nacho, ¿sabes lo que significa para ellos y para la compañía estrenar en el corral? Es que, claro, es que es muy emocionante. Entonces, esta es una de las cosas que vamos a hacer, de las actividades de programación que vamos a hacer también para el tema de los adolescentes, gente más joven y creadores emergentes.

Vamos a abrir los ensayos de la Compañía Nacional a gente joven, también a menores de 25 años. Vamos a presentar el proyecto de Conectados al Siglo de Oro, que estamos haciendo en los institutos. Lo vamos a presentar y lo van a presentar los chavales en el corral. Tenemos alguna programación familiar también en el corral con la compañía Rakatá. Continuamos con la ludoteca, que también está muy bien, en el sentido de que no es un aparca niños, eso por favor, que quede clarísimo, es un espacio de ocio, también con actividades vinculadas al siglo de oro, y no solo para los niños de los espectadores, de los papás y mamás espectadores, sino para también los hijos de los actores o las actrices que vienen al festival y que durante esas horas de trabajo necesitan que los atiendan. Es que esto no sucede tampoco en otros festivales ni en otros teatros. Es una demanda también sobre todo de las actrices y de los actores de poder viajar con sus hijos. Intentamos favorecer un poco la conciliación familiar.

¿Cómo le gustaría que fuese el balance final? ¿Qué le gustaría anunciarnos cuando baje el telón de esta 47 edición del Festival de Almagro?

Que hemos conseguido generar un festival lleno de gente feliz y entusiasmados con su siglo de oro, y con las miradas de otras culturas y de otras estéticas sobre ese siglo de oro y que han participado, para mí es muy importante, que se vayan sabiendo que forman parte del festival y que el recuerdo de venir al festival les va a acompañar tanto como que ya se van reservando las noches de julio del año 2025.

¿Volverá a ver las estrellas del corral?

Por supuesto. ¿Y tú?…

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