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Jesús Muñoz, actor y creador de la compañía valenciana Pont Flotant: “Adolescencia Infinita nos habla de la relación de tres adultos con esta etapa de nuestra vida”

Jesús Muñoz

En cuanto a la sinopsis de la función, la compañía nos dice: “Son una sociedad secreta de personas extremadamente divertidas y aburridas, apáticas y pasionales, miedosas y arriesgadas, directas y enigmáticas, profundamente comprometidas y a la vez indiferentes. Lúcidas. Abiertas a miles de posibilidades.

Por instantes querría pertenecer a esa sociedad para revivir todo el placer y el dolor, toda la belleza, toda la vida y la destrucción del proceso de transformación más brutal en la vida de una persona. Querría entender la adolescencia desde la madurez, pero es imposible, bro.

Solo puedo observar de lejos y escuchar sus voces, recordar mi época e imaginarme entre ellos disfrutando de una adolescencia infinita”.

Una producción Escalante creada por Pont Flotant

Antes de charlar sobre la producción que vais a estrenar este próximo 27 de noviembre, me gustaría saber qué es la formación Pont Flotant y qué la distingue del resto de formaciones teatrales y artísticas.

Es una compañía que nace en la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia.  Originalmente no nace como compañía, sino como una necesidad de seguir trabajando fuera de un ámbito académico y surge, también, de una complicidad entre varios estudiantes de la escuela, y una amistad también. Eso se acaba convirtiendo en una compañía profesional de teatro. Y así ha sido desde hace 24 años que empezamos, 22 desde que estrenamos la primera producción, y nos hemos guiado siempre por las necesidades que teníamos a nivel personal y a nivel artístico. Digamos que nuestra trayectoria profesional siempre ha estado marcada por el proceso vital en el cual estábamos inmersos, y también se ha caracterizado mucho por un trabajo siempre muy colectivo. Somos una compañía donde se ha apostado siempre por la creación colectiva y esto se ha extendido prácticamente a todos los campos dentro de una producción, desde la plástica escénica, la escenografía, el atrezzo, el diseño gráfico, hasta incluso la iluminación, y por supuesto la escritura y toda la dramaturgia de los trabajos.

Son trabajos bastante peculiares, fruto de procesos muy largos. Normalmente nunca abordamos un trabajo de menos de un año. Esto nos ha dado las bases de un trabajo que nos ha permitido desarrollar un lenguaje escénico muy personal, con muchas influencias, muy diversas y muy diferentes, desde nuestros inicios, pasando por trabajos más contemporáneos, o de artistas muy diversos que pasan por el mundo de la performance. Y esto, como decía, nos ha hecho desarrollar un lenguaje muy peculiar. Muchas veces entre la teatralidad y la performance, se nos pone la etiqueta de teatro post dramático. Es cierto que hemos utilizado mucho la realidad dentro de la ficción. Hemos compartido escenario con nuestros padres, con amigos, con personas desconocidas, con familias… a lo largo de diferentes producciones. Siempre al servicio de un discurso que, de alguna manera, nos invitaba a traer a la escena a personas de nuestro entorno familiar o de nuestro entorno social porque estaban muy relacionadas con el tema que estábamos tratando en esos momentos.

¿Cómo ha evolucionado la compañía desde que hiciera su primera producción hace 22 años?

Para mí es importante dentro de la evolución de estos años las cosas que han cambiado y las cosas que no han cambiado. Casi tengo más sensación que no han cambiado muchas cosas, y que las bases de la compañía siguen manteniéndose y tienen que ver con esos procesos largos, tienen que ver con ese tiempo, con ese tempo de creación que muchas veces es un tempo que va en contra del ritmo de la producción que hay en este país y que hay en general, de la producción de cualquier producto, ya sea artístico, ya sea de consumo, cualquier tipo de producto. Y nosotros siempre hemos tenido el freno de mano para cocinar a fuego lento nuestras producciones. Y creo que esto no ha cambiado nunca. Y eso es importante. No ha cambiado el riesgo, no ha cambiado el lanzarse al vacío. Tampoco nos hemos quitado el miedo a pensar que esta vez sí que nos la pegamos por habernos arriesgado tanto, por haber entrado en un camino que desconocíamos, en un terreno que desconocíamos, y luego sí, ha habido una evolución, una profesionalización cada vez mayor. Ha habido más medios. A lo largo de estos años sí que hemos disfrutado de producciones públicas, de coproducciones, y del apoyo de las instituciones, de festivales, de ferias, que han creído en nuestro trabajo y se han arriesgado con nosotros a producir o a coproducir. Y esto sí que ha sido una evolución muy importante dentro de nuestro trabajo, porque nos ha permitido ampliar equipos, nos ha permitido trabajar con más medios técnicos y poder dirigir, también, dirigir una parte investigadora no solo a lo puramente creativo y actoral o teatral, sino también a la escenografía, a la iluminación, a la maquinaria. Y eso es muy difícil muchas veces sin un equipo técnico y sin unos medios.

Imagen de escena de 'Adolescencia infinita'
Imagen de escena de ‘Adolescencia infinita’

¿Cómo definirías el teatro que se hace actualmente en Valencia?

Es muy diverso, pero yo sí diría que el teatro valenciano tiene un carácter rebelde, sí que tiene una frescura, y sí que tiene un don de construir desde con muy pocos medios. Hay compañías con muy pocos medios que hacen trabajos espléndidos.

¿Qué nos cuenta Adolescencia infinita,el nuevo trabajo que estrenáis el 27 de noviembre?

Nos va a mostrar a tres adultos intentando entender la adolescencia actual, pero también la suya, que recuerdan aquel periodo tan lleno de vida, tan lleno de destrucción, de cambios, qué secretos teníamos que nunca revelamos a nadie, cómo nos ha influido aquella época en cómo somos hoy en día, cómo nos relacionamos con los adultos, qué recuperaríamos de aquellos años, qué desearíamos borrar…

Son tres adultos que prueban a representar diferentes situaciones de convivencia entre los adolescentes, con sus familias, con sus amigos, con compañeros, con desconocidos. Situaciones creadas también para enfrentarnos a los prejuicios que tenemos como adultos porque muchas veces vemos al adolescente como un ser extraño que nos reta continuamente, que nos pone a prueba y que nos cuesta descifrar sus códigos, entenderlo. En este caso, por primera vez, hablamos de la adolescencia sin adolescentes. Porque muchas veces hemos hablado de un determinado colectivo y han estado presentes en la escena. Esta vez decidimos que nos no estuviesen presentes en cuerpo. Decidimos darles voz a través de unos títeres, a través de unos maniquíes, muy realistas. Están entre el realismo y la teatralidad. Sí son las voces de los adolescentes con los que hemos estado trabajando durante el proceso, con los que hemos estado compartiendo muchas charlas, y han dado voz a estos personajes que tienen diversas escenas a lo largo de la obra.

Es un momento, también, para hablar de la adolescencia, es un momento importante. Creo que es una obra que nos va a hacer reflexionar sobre dónde nos situamos, cómo juzgamos al adolescente. Y creo que es un espectáculo con mucha poesía visual, con muchos momentos muy tiernos, con mucha ironía, con mucho humor, con mucho cachondeo, con mucha energía adolescente. Pero también es un trabajo que nos va a llevar a la reflexión, no solo del adulto, sino también del adolescente. La responsabilidad que tenemos como adultos de cuidar esta etapa, de entender a estas personas. Pero también como adolescentes, qué responsabilidad tenemos en una etapa en la que ya no somos unos niños y en la que nuestras acciones pueden tener consecuencias. Creo que ahí se halla un poco la profundidad de este trabajo. No es un trabajo excesivamente incómodo, pero te puede llevar a un lugar quizá desconocido o te puede llevar a revisitar lugares olvidados de tu adolescencia. Trata de ser un espejo a través de estos títeres y de estos tres personajes que se relacionan con ellos.

Los adultos de los que me hablas, que son protagonistas de la función, ¿entre qué margen de edades se encuentran?

Cuarentones, cincuentones. Hablamos de un intérprete o de un músico, tenemos música en directo, muy importante en este trabajo, es un trabajo en el cual el espacio sonoro es muy importante, y la música en directo le da, este envoltorio. También potencia esta energía de la que hablaba, esta energía adolescente desbocada. Son personajes que están entre los cuarenta y los cuarenta y largos. Podrían ser los padres de estos adolescentes. Quizás por eso hemos abordado este tema, porque nuestros hijos están ya llegando a esta edad y pensamos que es el momento para reflexionar sobre lo que nos viene. Son personajes que cada uno apunta a un personaje que se relaciona con la adolescencia, querría volver a la adolescencia, tener idealizada aquella época. Hay otro personaje que vive la adolescencia todavía, que no encuentra una frontera entre la adolescencia y la edad adulta. Y hay otro personaje, la chica, Johanna, que le cuesta mucho entender la adolescencia hoy en día. Creo que estas tres miradas de la adolescencia son un poco los lugares entre los que va a pivotar el espectador y con los que se va a identificar.

¿Qué les une a los tres personajes? ¿Qué tienen en común?

Tienen en común una inquietud por esta etapa, una curiosidad y un deseo de recordar también, de sumergirse en aquellos años. Como personajes no tienen ningún vínculo familiar. Sí interpretan a muchos personajes a lo largo de la obra. La obra está articulada en escenas y entre cada escena hay momentos en los que tú ves a los intérpretes que hablan sobre su relación con la adolescencia, pero cuando entran en la escena interpretan un padre, interpretan una madre, interpretan un revisor del metro, interpretan varios personajes. Jesús Muñoz, que soy yo, y Johanna Alfonso, interpretamos varios personajes que se relacionan con estos adolescentes. Una obra articulada por diferentes escenas con estos títeres, con estos adolescentes, y con transiciones entre cada escena, en la cual tú sí ves a los intérpretes que hablan entre ellos, que se conflictúan en opiniones diferentes sobre la adolescencia, que comentan aquello que ha sucedido, que de alguna manera narran o empiezan a introducir la escena siguiente.

Me hablabas de la importancia de la música en directo, del espacio sonoro. ¿Qué atmósfera ayuda a crear?

Ayuda a crear diferentes atmósferas. Yo creo que es una atmósfera inmersiva. Yo creo que la música y el espacio sonoro, que no solo es la música, también son muchos sonidos que ha creado Adolfo García, que es uno de los responsables del espacio sonoro, te va metiendo en la escena entre lo onírico, el recuerdo de la adolescencia, entre lo onírico y lo explosivo, en la fiesta desmedida. Yo diría que hay un romanticismo también, hay un romanticismo típico de la adolescencia que también está en la música.

Cuando entramos al teatro, ¿qué es lo que podemos ver? ¿Cuál es el espacio donde se desarrolla la acción?

Vamos a ver un espacio casi prácticamente vacío, con estanterías a los lados, sobre las que se hallan muchos cuerpos de adolescentes sin vida. Y poco a poco vamos a ir viendo a lo largo de la obra cómo estos cuerpos van a tomar vida y cómo se van a relacionar con estos intérpretes que al principio también están fuera del espacio, están en las estanterías con ellos, y cómo van a ir invadiendo el espacio, cómo al final todos estos cuerpos van a mirar directamente al espectador y van a ocupar todo el espacio. Vamos a pasar de un espacio prácticamente vacío, a un espacio lleno de estos cuerpos y de estas voces y de estas almas que se revelan, de alguna manera, y miran directamente al espectador.

Imagen de escena de ‘Adolescencia infinita’

¿Qué le pides a la obra después de su estreno?

Le pido un recorrido, al menos, como el que han tenido nuestros trabajos. Es una obra preparada para recorrer todos los escenarios de España, como venimos haciendo desde los últimos diez o quince años. Ojalá esta obra la compartan muchas familias con adolescentes en casa. Ojalá, como se da el caso aquí en Valencia, nos visiten institutos, a partir de Primero de Bachillerato, porque es una obra muy adulta pero muy adolescente también.

Para ir cerrando nuestra conversación, ¿cómo ha azotado la Dana a compañías como la vuestra, o a compañías hermanas que pueden estar alrededor de la vuestra?

Ha sido una tragedia de dimensiones difíciles de entender. Ha sido algo muy muy bestia. En nuestro caso ha afectado directamente a dos de las personas de Pont Flotant, con la casa inundada. Afortunadamente el resto del equipo no ha sufrido directamente los daños. Sí tenemos muchas compañías, compañías hermanas, que han sufrido las inundaciones. Y bueno, nos ha afectado directamente también en los tiempos de producción. Todo ha sido más difícil, todo ha sido más lento. Hemos tenido una ciudad paralizada durante dos semanas donde era muy difícil transitar, donde era muy difícil ir de un espacio a otro. Estuvimos a punto de suspender el estreno y de dejarlo para 2025, pero al final hemos sacado fuerzas y llegamos a la conclusión de que dentro de esta catástrofe, dentro de tanta muerte, de tanto horror y de tanta tristeza, teníamos la necesidad de ofrecer algo, de ofrecer vida, de ofrecer algo bonito. Algo emocionante para un momento difícil. La cultura es importante realmente en momentos complicados para el ser humano. Y estamos muy ilusionados, hemos retomado las fuerzas, las energías y la ilusión para que el día 27 esté todo a punto y podamos compartir esta Adolescencia infinita que tanto nos ha costado y tanto nos está gustando hacer.

Para finalizar ¿qué demandáis del resto del país para volver a la normalidad, para poder seguir avanzando?

Necesitamos que las funciones que se han cancelado de muchísimas compañías se puedan retomar, que no se olviden, y que las compañías a las que se ha inundado sus salas de ensayos, sus almacenes con material y escenografías, reciban ayuda de la Generalitat y del Estado. Y pedimos responsabilidad para las personas que pensamos que no han sabido anticiparse a unas previsiones que ya venían de hacía unos días y que hicieron caso omiso y han tenido unas consecuencias devastadoras. Eso por una parte, sobre todo lo que tiene que ver con las muertes, porque lo otro casi que es inevitable las pérdidas materiales, pero en cuanto a lo económico creo que es importante que desde Generalitat y desde el Gobierno Central se contemple. Porque hablamos de una catástrofe sin precedentes. Nos va a costar mucho recuperarnos. Invitamos a los programadores y programadoras nacionales que cuando vean a compañías valencianas y vean dossiers y vean espectáculos, que como mínimo, se interesen por ellos y que los vean, y que luego decidan si les apetece programarlos.

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