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Año VIIINúmero 379
21 NOVIEMBRE 2024

Marta Ribera: «Vas creciendo a medida que vas trabajando y te vas formando encima de un escenario»

Marta Ribera 02

 

Es imposible mirar sus ojos y no enamorarte. Es capaz de hablar con ellos. Sólo con mantener su mirada transmite su pasión por la interpretación, la danza y el canto. Y cuando la oyes cantar y la ves bailar, es una explosión de arte ante tus ojos. No hay nada que se le ponga por medio. Teatro clásico, musical… pero ante todo actriz. No recuerda el momento en el que se enamoró de un escenario porque cree que no tenía aún uso de razón. Reconoce mostrarse como un personaje y que con su familia y amigos se muestra distinta. Es una artista multidisciplinar forjada a base de trabajo, como las grandes. Aunque se ha formado todo lo que ha podido. En la actualidad, forma parte de la producción “Grandes éxitos”, protagonizada junto a Jorge Javier Vázquez, y que inicia una larga gira por todo el territorio nacional

 

¿Dónde inicias tu carrera?
En Girona. Yo soy de Girona, y es allí donde inicio mi carrera. Tenía cuatro añitos cuando, dicen, que yo escuchaba música y me ponía a bailar. Casi no lo recuerdo. Pero desde que tengo uso de razón me veo bailando, saltando y cantando. No recuerdo muy bien cuándo se inicia.

¿Tu formación también es en Girona?
Si. Ballet clásico, ballet contemporáneo, claqué, interpretación, solfeo, música, piano. Más tarde me fue a la escuela, a la primera escuela que hubo de teatro musical en Barcelona, la escuela Memory, de Ricard Reguant y Àngels Gonyalons. Allí empecé a trabajar profesionalmente, y al poco tiempo me vine para Madrid con West Side Story, que por cierto este año se vuelve a presentar. Y aquí me quedé.

Estuve estudiando, también, en la escuela de Carmen Roche. Antes no era como ahora que encuentras escuelas donde poder estudiar canto, interpretación, baile, sino que antes te tenías que formar un poquito de aquí, un poquito de allí. Y bastante tú misma encima del escenario cogiendo tablas.

Porque el musical por entonces no se llevaba…
Exactamente. Había, había teatro musical. Había productoras y había muchas compañías. Dagoll Dagom en Cataluña. Pero no tenía el auge que está teniendo ahora. Digamos que empezó, más o menos, cuando empezamos los de mi generación.

Has hecho muchos musicales. Cabaret, Grease, West Side Story, Chicago. ¿Con cuál te quedarías?
Con todos. Con todos, la verdad. No hay ninguno del que renegaría. Todos los personajes que me han tocado han sido maravillosos. Soy muy afortunada por haber tenido la suerte de poder interpretar personajes maravillosos que a cualquier actriz de teatro y de teatro musical le hubiera encantado hacer. Parece que el teatro y el teatro musical van muy separados. Parece que el actor de teatro musical no es actor de teatro (ríe). Es un lujo poder interpretar lo que he hecho.

Ahondando algo más en lo que comentas de actor de teatro dramático o actor de teatro musical, ¿cómo es la formación de una actriz de teatro musical? ¿Es más completa?
Evidentemente, un actor de teatro musical, como tú bien has dicho, es multidisciplinar. En Estados Unidos le llaman el triple…, no lo diré bien en inglés… Bueno, que sabe hacer las tres cosas a la vez.

Yo siempre me he considerado actriz que canta y que baila. Yo creo que sí, que podrían decir, una buena bailarina, una buena cantante, una buena actriz. Yo creo que con tener las tres cosas, yo soy más un completo de las tres cosas juntas.

Hay que formarse vocalmente, musicalmente, físicamente. Lo que requieren las tres disciplinas.

Has citado y trabajado con grandes directores como Ricard Reguant. ¿Qué destacarías de él?
De Ricard, la frescura. La frescura, la confianza que te da, la inteligencia. Es una de las personas que en teatro musical, junto con Josep María Pou y Víctor Conde, conoce más de musicales. Seguramente me dejo a alguien más. Pero conocen más el género aquí en España.

¿De Luis Ramírez?
(Risas) La locura. Querer emprender cosas increíbles que nadie pondría en pie. Esa locura y “eso” que tenía para hacer lo que hizo.

¿De Jaime Azpilicueta?
La profesión que tiene detrás. El talento como director. Un respeto máximo hacia Jaime.

¿Y del último que has tenido, Juan Carlos Rubio?
Juan Carlos es muy listo, mágico, inteligente. Tiene un carisma él mismo como director y una sensibilidad muy especial para saberte transmitir lo que quiere sacar de ti. Aunque a veces no estés muy de acuerdo y digas creo que…, luego ves que el resultado de lo que te estaba diciendo es bueno, y hay que hacerle caso.

Bueno, casi siempre hay que hacerles caso. Porque a veces los actores no nos vemos, entonces somos muy nuestros. En ese sentido, yo soy plastilina, y me dejo modelar bastante.

 

Marta Ribera 02

 

¿Qué te gustaría hacer y que no llega?
Hombre, los personajes que no llegan yo creo que no llegan porque todavía no soy lo suficientemente mayor. Aunque he hecho algún papel de edad ya avanzada a la mía real. Norma Desmond en Sunset Boulevard, o El beso de la mujer araña, por ejemplo.

¿Qué proyectos tiene Marta Ribera encima de la mesa?
Aparte de la gira, tengo algún otro proyecto pero de momento no…

¿Pero tienes?
Alguno.

¿Con qué te quedarías, interpretar, cantar, bailar?
Las tres cosas. Las tres cosas a la vez. De hecho, yo siempre digo que canto mejor cuando me estoy moviendo, cuando estoy bailando. Soy un culo inquieto, también, soy muy nerviosa, soy hiperactiva, necesito tener un control de todo en general. Estar quieta es como que me supone un esfuerzo terrible.

Aunque, por ejemplo, la temporada pasada estuve trabajando en una compañía con Juan Echanove, una función de teatro clásico, con Gerardo Vera, y la verdad es que para mí fue un regalo, y que es otro tipo de trabajo, pero que no tiene que estar reñido con lo que somos los actores de teatro musical. Una obra de teatro de texto, una obra de teatro clásico… y me estaba bastante quietecita también (risas).

¿Cómo ha evolucionado Marta Ribera?
Yo creo que he crecido a base de, y diré una palabrota igual, a base de hostias. Al ser de una generación donde no lo teníamos nada fácil, vas creciendo a medida que vas trabajando y te vas formando encima de un escenario. A medida de hacer funciones. A medida de superarte cada día, de estar enferma y cantar enferma, bailar con un dedo roto. De hacer giras y más giras. De no tener todo lo que…, parece que está hablando una vieja ¿no? Pero es que es así. Hace quince años el teatro musical estaba aquí abajo. Fue Julia Gómez Cora la que comenzó a traer producciones y espectáculos de fuera, con directores americanos, ingleses, que nos enseñaron un poquito a cómo se trabajaba, lo que era en realidad cómo se trabajaba allí.

Así era todo más fácil, porque te están dando las pautas. Antes teníamos que, tanto las productoras como nosotros, estábamos aprendiendo. Muchos productores que ahora son grandes productores, cuando yo empecé no eran grandes productores, eran técnicos. Hemos crecido todos juntos a base de trabajo, trabajo, trabajo, y más trabajo.

¿No crees que eso beneficia a los artistas en general? ¿Beneficia estar curtido en el trabajo?
Beneficia. Pero a la hora de la verdad nos encontramos con que yo soy una actriz que llevo veintitrés años trabajando profesionalmente, que he hecho veintitantos personajes protagonistas en teatro musical, que tengo cuarenta y seis años, y que puedo tener las tablas que quiera, pero lo tengo más difícil para trabajar, primero, porque en el teatro musical o en el teatro no te haces famosa, entonces a veces no tienes el nombre para poder liderar un cartel.

En este caso Jorge Javier ha sido una persona amabilísima, sencillísimo y con un corazón gigante de contar conmigo sin tener yo un nombre, sin ser yo una persona muy conocida.

¿Pero la profesión sí sabe quién es Marta Ribera?
La profesión. Pero la profesión no es la que viene a ver la función todos los días.

A la hora de producir, de programar, sí que cuentan contigo…
Sí, pueden contar contigo, pero no olvidemos que ellos hacen un espectáculo para el gran público, y el gran público le dices quién es Marta Ribera y no tienen ni idea de quién es.

Yo no soy una persona ambiciosa en ese sentido. Soy una gran trabajadora, me encanta trabajar. Todo lo que envuelve el mundo del espectáculo y todo eso, al contrario, me da un poco de repelús. Pero creo que es un poco injusto a veces.

¿Echas de menos ese protagonismo? ¿Que se te reconozca?
No es cuestión de eso. De que se me reconozca personalmente o como artista. Pero sí que se reconozca el trabajo que tú me has dicho, de que hemos estado ahí trabajando y dejándonos la piel.

Que venga una persona de televisión, famosa, que conoce todo el mundo, y que me diga y tú, ¿de dónde has salido? ¿Qué has hecho antes? Entonces, te quedas como un poco así, que a muchas personas, periodistas, les tengas que contar un poco tu trayectoria. Me da igual, eh, pero te quedas un poco sorprendida.

 

Marta Ribera 03

 

¿Cómo ves la situación de los artistas en nuestro país?
Mal, mal. Es un momento muy malo porque si no te cogen a ti cogerán a otro, porque hay tanta gente sin trabajo que también, muchas veces, se juega a eso (risas).

¿Cómo ha sido el trabajo con Jorge Javier Vázquez?
Cuando lo veía en televisión me recordaba al típico compañero de clase de instituto, como si le conociera ya. Yo veo toda clase de televisión, leo de todo, y sé quién es Jorge Javier Vázquez- No estoy todo el día viendo Sálvame, pero sé quién es. Me enganchaba por eso. Yo le veía y me reía con él. Me parece una persona con mucho carisma. Conocerle fue como reencontrarme con un compañero de clase. Y empezar a trabajar con él fue ver a una persona sencilla, amable, trabajadora, cariñosa, con un talento. A mí se me pone una sonrisa. Veo a Jorge en el escenario y se me pone la sonrisa. Y en el no escenario, en la vida real.

¿Cómo es el personaje que interpretas en “Grandes éxitos”?
Es una diva trasnochada, una diva ya acabada. Yo creo que tendría un poquito más de edad que yo. Si tienes la misma edad que yo está un poquito más currada.

Es muy divertida y muy tierna. A veces cuando estamos en esta profesión nos creamos un personaje. Yo ahora mismo aquí, seguramente no soy igual que soy con mi familia, o cuando cortemos, es inevitable, y nos creamos un personaje para protegernos. Yo creo que Blanca del Bosque es mucha coraza, pero dentro de ella hay una sensibilidad especial.

¿Qué esperáis de la gira que iniciáis en breve?
Yo creo que se nos está esperando con los brazos abiertos. Sé, por la otra gira que hizo Jorge hace un año, que en la gira todos los teatros estaban llenos. Entonces, España está esperándonos con los brazos abiertos.

Los que vieron la otra función, ¿tú crees que repetirán?
Si. Si. Estoy muy feliz de estar con el resto de compañeros como Alejandro Vera y Beatriz Ros. Es la tercera o cuarta vez que trabajo con Julio Awad. Cuando era muy joven tocaba en la banda del musical Jekyll and Hyde cuando trabajé con Raphael. Y con todo el equipo. Ha sido una suerte y una maravilla trabajar con todos juntos.

Marta Ribera 04Tienes un bagaje impresionante de musicales. ¿Cuáles no has hecho?
Muchos. Muchísimos. Está Cats, La Bella y la Bestia, está el Fantasma de la Ópera. Yo trabajo en teatro musical, y eso es algo que nadie sabe, que realmente a mí me gusta cantar, bailar e interpretar, pero no es que sea yo una loca del teatro musical. Yo trabajo en teatro musical porque ha venido rodado, pero no soy una friqui digamos del teatro musical. A mí me gusta interpretar y estar encima de un escenario. Y cantar, y bailar, pero no me muero por un musical, no sé cómo decirlo.

¿Cómo era el personaje que interpretabas en ‘Sueños’ junto a Juan Echanove?
Era la muerte. A la hora de trabajar con Gerardo Vera, yo nunca había trabajado con él ni él conmigo, no nos conocíamos. Él había trabajado con los otros compañeros en otra función.

Entonces no sabía muy bien qué sacar de mí ni yo de él. Todo el mundo está acostumbrado a ver la muerte como un personaje oscuro, negro, y yo lo busqué, un poco a favor mío, el lado más salvaje. Con Juan Echanove fuera del escenario somos muy cómplices, tenemos mucha complicidad, tenemos mucho cariño, y porqué no buscar eso entre Quevedo y la muerte, buscar como una seducción, que la muerte en estos momentos que hay tantas enfermedades es una manera de suavizarla, que no de tanto miedo, dulcificarla, darle otra visión, hacerla atractiva.

¿Cómo fue trabajar con Gerardo Vera?
Al principio raro. Pero luego yo le adoro, y creo que él también me tiene cariño. Al principio fue raro, fue diferente. Me encantó y me gustaría volver a trabajar con él.

¿Es exigente?
Mucho. Pero me encanta. Cuando era pequeña y estudiaba ballet clásico las profesoras que tenía eran muy exigentes, me examinaba por La Royal. Mi madre es un sargento, estudié en escuelas de monjas y de curas… Además, por mi carácter, necesito un poquito de mano dura, me gusta, porque yo también soy muy exigente y tengo una disciplina, aunque no lo parezca. Soy muy trabajadora, y somos de otra generación, que vengo de setecientos kilómetros, de pueblo, a una ciudad donde yo soñaba trabajar en un teatro, pero es muy difícil.

¿Has tenido algún referente artístico?
He tenido muchos referentes pero no soy muy mitómana. Soy una esponja de ti, del otro, de todo, de la gente de la calle. Me gusta observarlo todo y sacar lo bueno de todo. Soy como un ratoncito, me dicen. Soy bastante especial en ese sentido. Soy muy mía.

Hay una persona a la que adoro especialmente, y en la que veo algo, y que es un señor, que es Raphael. Lo veo, lo adoro, y cuando canta se me cae la baba. Porque sé qué hay dentro de él.
Soy muy de mirar a los ojos. Yo creo que te estás dando cuenta, y muy sensible a todo. Cuando veo a Raphael me da fuerzas para seguir adelante. La gente que sé que me quiere y hay respeto, a mí todo eso me alimenta.

 

 

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