• Inicio
    • Juan Carlos Rubio
      Imagen promocional de la actriz Toni Acosta
      Aarón Sanz in Jerome Robbins’ Dances at a Gathering
      Eva Luna, directora de Riesgo, Festival de Circo de la Comunidad de Madrid
    • Imagen de la portada del informe
      Fundación SGAE ha estado presente en el Salón Internacional del Libro Teatral
      María Fernanda D'Ocón
      Imagen de la actriz dando la bienvenida al público con su mítico "Gracias por venir" en la revista El último tranvía
    • Últimas noticias

      Fotografía de archivo de la fachada de La Casa Encendida
      Alejandro Simón Partal
      Imagen promocional de la obra
      Logotipo Futuraescena

      Lo más visto

      Retrato de Muriel Romero para la Compañía Nacional de Danza
      El elenco completo de Caperucita en Manhattan junto a Lucía Miranda
      Imagen de archivo del musical
      Dolores
  • Podcasts
  • Anuarios
  • Revistas en papel
  • Boletines
  • Suscríbete
  • Inicio
    • Juan Carlos Rubio
      Imagen promocional de la actriz Toni Acosta
      Aarón Sanz in Jerome Robbins’ Dances at a Gathering
      Eva Luna, directora de Riesgo, Festival de Circo de la Comunidad de Madrid
    • Imagen de la portada del informe
      Fundación SGAE ha estado presente en el Salón Internacional del Libro Teatral
      María Fernanda D'Ocón
      Imagen de la actriz dando la bienvenida al público con su mítico "Gracias por venir" en la revista El último tranvía
    • Últimas noticias

      Fotografía de archivo de la fachada de La Casa Encendida
      Alejandro Simón Partal
      Imagen promocional de la obra
      Logotipo Futuraescena

      Lo más visto

      Retrato de Muriel Romero para la Compañía Nacional de Danza
      El elenco completo de Caperucita en Manhattan junto a Lucía Miranda
      Imagen de archivo del musical
      Dolores
  • Podcasts
  • Anuarios
  • Revistas en papel
  • Boletines
  • Suscríbete
Año VIIINúmero 389
29 ENERO 2025

Muriel Romero: “Busco crear una compañía versátil, con unos bailarines muy versátiles, con una capacidad de bailar estilos muy diversos”

Retrato de Muriel Romero para la Compañía Nacional de Danza
Retrato de Muriel Romero para la Compañía Nacional de Danza
Muriel Romero tomó posesión del cargo de directora de la Compañia Nacional de Danza el pasado mes de septiembre. Desde entonces sigue trabajando a contrarreloj para crear, buscar maestros que impartan clases, buscar coreógrafos y coreógrafas con repletas agendas, intenta encajar las giras y programa el exitoso paso por el Teatro de la Zarzuela de la compañía. Como ella misma dice, al día le faltan unas doce horas más para hacer todo lo que quiere.

La murciana comenzó sus estudios de Danza Clásica, Danza Española y Música de la mano de Alicia Monteagudo Ros. Con 11 años se traslada a Madrid para ingresar en la Escuela Nacional de Danza dirigida por María de Ávila, donde continuó su formación con la maestra Lola de Ávila. En paralelo realiza la carrera de danza clásica, obteniendo Matrícula de Honor en todos sus cursos. Con 14 años gana el 1º Premio Nacional de Danza Clásica en el concurso Ciudad de Barcelona y con 15 años obtiene el Prix du Paris en el prestigioso concurso internacional Prix de Lausanne. Con 16 años ingresa en la Compañía Nacional de Danza bajo la dirección de Maya Plisétskaya, quien le da la primera oportunidad profesional. A partir de ahí comienza un ascenso meteórico que la ha llevado a recorrer medio mundo, a trabajar e investigar por su gran pasión, y a dirigir una de las dos compañías públicas de danza del INAEM existentes en la actualidad.

Como pregunta obligada es saber ¿qué se encuentra cuando llega a la Compañía Nacional de Danza? ¿Qué demandan los bailarines?

Bueno, qué me encuentro… Me encuentro… Un equipo administrativo, la primera semana, que nos apoya, todo el equipo. Nos abren la puerta de esta casa y nos acogen y nos acompañan en esas primeras semanas muy complicadas de entender cómo funciona esta casa. Por otro lado, me encuentro a la mitad de bailarines del elenco, porque los demás estaban vinculados, 24 contratos estaban vinculados a la antigua dirección. Y entonces me encuentro que tenemos que realizar unas audiciones y que tengo que hacer un programa para los dos primeros meses con la mitad de elenco, en el cual aprovecho para hacer un programa que se llama Creadores de la CND, donde les damos espacio a los bailarines, a que tengan ese espacio para poder crear si quieren. Empiezo a trabajar yo con ellos, empieza a trabajar Ana Catalina Román, mi asistente a dirección. Estuvo 20 años en Forsythe y es catedrática de composición e improvisación, y empezamos a no programar, o sea, no crear, pero sí dar muchas clases con diferentes maestros e ir trabajando con esa mitad de grupo. Y luego ya hicimos la audición. Se presentaron casi 500 personas, y conseguimos otros dos contratos más. El INAEN dio 26 contratos, y ahora a partir de noviembre estamos ya con todo el elenco, y ya montando. Montando La Sylphide, que estaba ya programada, y Play list de Forsythe.

Se vuelve a recuperar piezas que tenía la compañía, que estaban comprometidas, como es La Sylphide, no sé si Don Quijote…

Y Don Quijote también, ahora está José Carlos Martínez, justo ahora, haciendo el elenco. Ha venido de París para hacer el elenco de su Quijote, que presentamos en febrero, la última semana de febrero en el Teatro Real.

¿Qué es lo que busca hacer con la Compañía Nacional? Porque todos al principio, cuando conocen su nombre, se llevan un poco las manos a la cabeza porque piensan que la compañía se va a convertir en una compañía estrictamente contemporánea. Contemporánea vanguardista, digamos.

Bueno, yo no sé por qué la gente piensa eso, porque yo tengo un amplio repertorio de clásico. Empecé aquí, he sido primera bailarina de Múnich, de la Ópera de Múnich, de la Deutsche Ópera de Berlín, de Semper Opera. Y tengo un repertorio del siglo XIX, XX y XXI, porque en el XXI me he dedicado a crear y a seguir trabajando en otros proyectos. Va a ser una compañía versátil, con unos bailarines muy versátiles, con una capacidad de bailar estilos muy diversos, y desde el día uno lo que estoy buscando es eso, que el bailarín tenga la mente abierta para encontrarse coreógrafas y coreógrafos muy diversos en estos cinco años. Dentro de cinco años vamos a hacer 50 años de la compañía, y en estos cinco años, qué es lo que me planteo, es coger también repertorio que en estos 45 años… que habrán de ser 50, coger obras emblemáticas de diferentes estilos y traer repertorio nuevo. Onegin de Cranko, John Cranko nunca ha estado, uno de los coreógrafos más importantes del siglo XX, clásico, nunca ha estado en la compañía y para mí eso es una apuesta muy importante. Voy a volver a traer Serenade de Balanchín, que se hizo en la época de María de Ávila. Y va a haber repertorio neoclásico, contemporáneo, coreógrafas que a partir de 2027 veréis. Estoy ajustando todo ese puzzle porque cuando entras en septiembre mucha gente tiene ya la agenda, pero va a haber como Marcos Morau en 2028, en 2027 voy a hacer un programa con coreógrafas como Mónica Runde, María Muñoz, Luz Arcas… Estoy intentando cuadrar esas agendas de todo, pero de repente un David Dawson, un Jacopo Godani, también estoy intentando con un Christian Paint hablar, Cuqui Jerez también más adelante vendrá, La Ribot. Yo tengo un programa muy claro y muy amplio. Yo crearé porque soy creadora, pero durante esos cinco años van a ver pasar a muchos otros coreógrafos y coreógrafas.

Muriel Romero
Muriel Romero

Lo ha comentado ahora mismo. En la rueda de prensa de presentación de su dirección hubo una serie de nombres que salieron a la palestra de coreógrafas importantísimas a nivel nacional, como es el caso de Mónica Runde, que parece ser que por ser de aquí las tenemos como un poco olvidadas. Está muy bien que la compañía fije su foco en esta serie de coreógrafas

Imprescindibles de la escena contemporánea de España de los 80, como una Mónica Runde, como una Ribot, como una María Muñoz. Y ellas, o ahora, como Luz Arcas o Cuqui Jerez, son gente de generaciones diferentes, pero con una mirada tan única y tan increíble, con una investigación detrás tan bestial, tan importante. Hoy está aquí Cuqui porque va al Centro de Danza de la Ópera de París y tiene que hacer una investigación. Bueno, son miradas de aquí. Ahora estoy en la lucha de los teatros porque quiero hacer tres o cuatro programas al año. Quiero que esta compañía se llene de creatividad y a la vez compaginarlo con giras. Porque a estas artistas quiero darles, o Corsia también, o Marcos Morau, o Mateo Feijóo también, quiero darles como una noche completa. Entonces necesito teatros, porque creo que se merecen una noche completa. No es lo mismo crear una obra pensada para toda una noche, cuando tú ves una obra para toda una noche y luego te vas con ese mensaje que te ha dicho ese coreógrafo. El Triple B está muy bien y ahora se lleva mucho también 2. Y ahí estoy. Hoy me he levantado otra vez a las 5 de la mañana con… Es lo que más me cuesta, crear ese puzzle. Por la falta de teatros. María Pagés me ha abierto su teatro para 2026, Canal también, todos para el 2026. Teatro de Zarzuela tenemos, pero es muy difícil crear dos programas. Y Teatro Real tenemos cada dos años, porque estamos combinándolo. Y eso es lo que más me puede producir un poquito de ansiedad. Ese puzzle. Ese puzzle de fechas, que es lo complicado de esta compañía.

Sigue estando pendiente el Teatro Nacional de Danza. Yo creo que dos compañías nacionales no se sustentan en dos salas de ensayo. Está muy bien que programen una semana en el Teatro de la Zarzuela, pero el resto del año se nos priva de estas dos compañías.

45 años llevamos esperando. Para el 2026 sí que tengo Canal, tengo dos semanas en el Centro de Danza Matadero y luego ya tengo Zarzuela, Granada, tengo cosas. Pero es difícil si quieres dar una noche completa, que es lo que me piden. Vamos a Madrid en Danza, vamos a una gira por Eslovenia, vamos también a Segovia el festival Musaic de música. Estamos buscando como locas. Maestranza, Granada, Santander… Por un lado, está bien la programación, que estaba como vacía, pero también hay que aprovechar a crear y ajustar esos tiempos. Pero claro, tanto coreógrafos como teatros estaban este año. Realmente van empezar a ver… Yo no quería crear, quería darme mi tiempo, pero es que tengo que crear. Tengo que crear porque hay que crear nuevo material, conocer a la gente, prepararla para coreógrafas y coreógrafos y bueno, que van a venir con estilos muy diferentes, pero con un nivel técnico bestial en todos los sentidos artísticos. Y luego también abriendo que el bailarín sea creativo, que no sea un mero ejecutante, porque a mí me gusta mucho también trabajar con cada persona para mí, con la improvisación, con la creatividad en la sala, con las propuestas. Entonces les estoy abriendo. Que sean gente pensante por sí mismos.

Tiene que haber un periodo de transición y comenta que se ha renovado la mitad del elenco de la CND, imagino que tendrán que ajustarse y compenetrarse todos…

En eso estamos. Hay que crear ese equipo tan importante, porque somos un equipo. Esto funciona si somos un equipo y si todos estamos a por lo mismo. Y la comunicación, muy importante, para mí es fundamental entre todos, una comunicación horizontal. Aquí hay una pirámide, pero creo que el arte tiene que ser muy abierto, muy creativo, sin egos. Hoy en día, siglo XXI, ahí tiene que haber una forma de creación, de búsqueda. Porque también he estado 15 años en el mundo independiente luchando por mi compañía, gestionando mi compañía y trabajando. Pero incluso cuando era bailarina, yo he cogido mi maleta y de estar de primera bailarina en ese tipo de instituciones me ha interesado irme a hacer un proyecto con La Ribot, o con Shasa Waltz, ahí pequeñito de un mes en Berlín. Porque es mucho más íntimo en la creación independiente, los tiempos es muy diferente. Combinar e intentar alimentar lo más posible.

¿Qué temáticas le quitan ahora el sueño a la hora de crear?

Pues dependiendo de la creación busca una cosa u otra. Por ejemplo, ahora mi última creación con Stocos, porque la estrené en octubre. Lo que pasa es que tengo un equipo muy bueno de hace 15 años y les dejé todo el verano, trabajé para dejarle todo preparado. Y en octubre, pues eso, Pablo Palacio lleva Stocos. Y la obra, por ejemplo, se llama Incubatio y estoy viendo si la pongo también en la CND y le doy otra visión y otra segunda parte. Yo de repente me inspiro en, por ejemplo, la incubación era una técnica curativa que se hacía en la época de Parménides y Pitágoras por la magna Grecia y entonces se metían en un templo o tú ibas a una cueva o un templo, estaba el Iatromantis que era una especie de sacerdotisa o chamán, que te inducía en ese sueño, y se metía ahí Parménides y buscaban ese sueño curativo, esas imágenes del inconsciente. Hoy en día, si me hablas de… ¿Por qué eso? Porque creo que estamos bombardeados con una contaminación de imágenes externas y no tenemos tiempo a escuchar nuestras imágenes internas. Esas imágenes, ese pensamiento que es a través de imágenes, creo que si lo perdemos vamos a perder un poco lo que es el pensamiento del ser humano, de donde nació la conciencia y cómo se desarrolla la conciencia. Temas así. Ahora voy a hacer una pieza en el Museo del Prado, en el Festival Ellas Crean, me encanta estrenar ahí una piececita de 20 minutos, media hora, en ese festival que lleva 20 años, creado por Concha Hernández. Y bueno, pues voy a trabajar, como es en la sala de las musas, voy a tener una referencia de las musas, pero estoy volviendo a un estudio que hice en Roma, en la Real Academia de Roma en 2021, sobre la escultura. Yo fui allí en busca de la escultura de Bernini, pero en esos nueve meses me di cuenta que lo que a mí me interesaba era el hecho de la escultura y la similitud del escultor-escultora con la coreógrafa-coreógrafo, ¿sabes? La similitud de la materia-escultor-coreógrafo-cuerpo. Entonces voy a llevarlo por ahí. Pues va a ir, depende, me van interesando cosas, no lo sé, voy a ir descubriendo temáticas.

Muriel Romero en la sede en obras de la CND
Muriel Romero en la sede en obras de la CND

¿Primero la música o el movimiento?

La música es el arte intangible mayor que tenemos. Es el arte que te lleva rápidamente a un lugar muy conectado con ese lugar desconocido que se puede llamar alma, espíritu, no sabemos muy bien. Pero también la poesía, la danza y la música eran las artes intangibles. Yo creo que primero el movimiento porque el movimiento es el que crea música. El gesto, cuando tocamos un instrumento, pero también se buscaba ese sonido con los dedos.

Y cuando usted crea, ¿necesita primero la música o pasa directamente al movimiento?

No, voy al movimiento. Busco, dependiendo de qué creación esté trabajando, con Pablo Palacio, como vamos de la mano, él va creando su música. O sea, creamos el concepto conjuntamente. Para mí es muy importante, para mí encontrar el concepto de la obra, si no tienes el concepto, ahí no… Primero es crear el concepto y luego todo alrededor es equilibrio del concepto. Él se va a crear, a componer, y yo me meto en la sala. Luego vamos creando también esa tecnología paralela para que se cree esa magia de que una mano mueve la luz, de que una mano mueve el sonido. Pero son como elementos para amplificar el cuerpo, para crear que el cuerpo transfiera. El cuerpo es muy importante y transfiera su expresividad creativa a otras modalidades sensoriales como el sonido, la luz y la imaginería visual con la que trabajamos.

La danza es la única disciplina artística que aglutina pintura, escultura, poesía, música… Es como la suma de todas las artes

Sí, las artes escénicas, artes vivas. Qué mal está aquí valorado en este país. Cuando yo fui a Roma era la segunda persona, realmente segunda por no decir primera, porque la otra chica se dedica a la luz, a la iluminación, pero también ha sido bailarina. 150 años que la danza estuviera como arte en la Real Academia de España. Dos personas, dos mujeres, 150 años. Fue muy bonito, fue una experiencia súper bonita. Y cuanto más convives con otras artes, más valoras tu propio arte. La madurez me está trayendo esto. Y ese paso por esa academia también me abrió el conocer más de cerca la escultura, la escritura, la pintura. Y como hoy alguien estudia Bellas Artes y se va a investigar sobre temas que no te puedes ni imaginar. Las artes ya no son las artes en sí. Aprecias mucho lo que es la danza, porque yo creo que es un arte que te muestra esa conexión de la psique, lo físico, las emociones y el alma lo tiene el bailarín, no lo tienen otras artes. Estás en constante diálogo ahí con ello.

¿Cómo se va a acercar la danza a los más jóvenes? ¿Van a continuar los proyectos pedagógicos?

Fundamental. Aida Pérez lleva aquí ya mucho tiempo y hay proyectos que voy a seguir con ellos y después vamos a crear nuevos, tanto pedagógicos como sociales. Como sociales para abrir. Hace unos días estuvo un colegio con niños con problemas. Luego también están aquí Los sin sombrero, que están aquí al lado. Vamos a hacer un proyecto con ellos y la pieza de Mateo Feijóo se va a incluir gente autista. Bueno, lo social y lo pedagógico es la fuerza también de la danza, lo que puede conectar, lo que puede ayudar y abrir las puertas a colectivos un poco más, bueno, complicados. También hay otro proyecto que ya estaba, pero queremos empujarle mucho más porque para mí la ciencia y el arte se dan la mano y creo que es muy importante, todo lo del Parkinson. Se ha abierto mucho la danza, pero hay gente muy potente tanto en Europa como aquí, para crear mesas redondas. Me gustaría, también, una de las salas crearla como más polivalente, ya que no tenemos teatro para hacer debates y mesas redondas y que la casa esté abierta. Lo que se pueda abrir, para crear mesas de reflexión. Todo ese tipo de actividades son muy importantes porque abres la danza y la casa y la CND y, bueno, pues al barrio, a diferentes comunidades, colectivos.

Muriel Romero posa cerca de las instalaciones de la CND
Muriel Romero posa cerca de las instalaciones de la CND

¿Cree que la CND tiene que ser un espacio abierto?

Hombre, claro, constantemente es como un deber social. Es un bien público, es una casa pública y tenemos que llegar a cuanta más gente posible.

Para cerrar esta etapa de conversación sobre la CND, ¿qué es lo que debe proteger la compañía?

Aquí se ha hecho mucho clásico también. Lo que ha faltado son más coreógrafas nacionales en general. Porque clásico, José Carlos, María de Ávila, Víctor Ullate, Ray Barra, Maya Plisétskaya hicieron un trabajo muy bueno. Luego Nacho estuvo y también hizo un trabajo excelente. Y trajo coreógrafos del siglo XX. Luego José Carlos Martínez hizo un trabajo también de Titanic. Cómo volver a tener ese repertorio, transformar una compañía completamente contemporánea a una compañía multidisciplinar, versátil. Joaquín también trajo toda su visión de coreógrafos americanos actuales. Y yo voy a aportar, pues seguir, mantener ese nivel clásico que tienen y llevarle a nuevas vanguardias y a coreógrafos del siglo XXI actuales que están en activo.

¿Cree que se ha puesto en valor las anteriores direcciones de la CND?

Se les podía valorar más. Pero a la danza, más que a los directores, a la compañía. Los directores estamos aquí al servicio de. Pasas una etapa de tu vida, equis, para trabajar para la compañía. Pero es más hacia la danza, hacia la compañía. Mientras la cultura esté politizada, es complicado.

Muriel, ¿cómo llega la danza a su vida?

Pues desde la cuna, porque a mi madre le encantaba bailar. Fui al conservatorio en Murcia y tocaba el piano. Mi padre era matemático, físico y químico, pero bueno, también le gustaba Chopin. No tuve elección. Me vino, tenía talento, musicalidad y fue todo como súper rápido. Y una profesora, María Teresa Falgas, me gustaría nombrarla, porque ella era la hermana de la cuñada de mi madre. Y en Murcia, primero tuve mi profesora Alicia Monteagudo Ross, que era una artista maravillosa, y luego ella cogió y me dijo, ¿te vienes a Madrid? Y ella era profesora, gran amiga de Granero, el coreógrafo, y me acogió en su casa. Era cierto familiar. Ahí ya estudié el primer año y ella fue ese puente que me dijo vente, María Teresa Falgas, me gustaría que la nombraras, porque en otras entrevistas no la nombran. Luego me fui con Lola de Ávila a la Escuela del Nacional, que estaba en el Reina Sofía, lo que era antes la primera sede de la compañía, y ya enseguida entré con 16 años aquí, con Maya, todo muy rápido.

¿Cuándo descubre que la danza no es solo la técnica, sino que es algo más?

Desde pequeña, yo he sido siempre muy artista. O sea, puede resultar muy folclórico, pero desde pequeña yo era un juego, me lo pasaba bien, disfrutaba, volaba, improvisaba, creaba. Desde pequeña, porque mi casa era muy creativa, mi madre, con muchísima imaginación. Jugábamos, abríamos su armario y nos disfrazábamos. He tenido una infancia muy bonita y unos padres que han sacrificado todo por la danza, porque dejar a su niña con 11 años…

¿Quién le da la primera oportunidad profesional?

Maya Plisétskaya. Esta compañía. La CND, mi primer contrato.

¿Y la primera noche que no podrá eliminar de su retina?

No sé, hay tantas, tan bonitas, no lo sé. Cuando bailé en el Bolshoi, en el concurso del Bolshoi. No sé, ahora mismo. Cada vez que sales a escena. He bailado hasta hace nada, ahora ya no voy a bailar. Alguna cosa que hay que cerrar por ahí, algún solo que tengo. Pero ya incluso este año, esta nueva producción que hice con Stocos ya pensaba no bailar, pero he bailado hasta ayer y cuanto más se da, mucho mejor. Es verdad que yo ya creo mis cosas, pero ahora mismo, por ejemplo, no siento. Me falta conectar con mi cuerpo un poco. Estoy mucho en la gestión y de organizarme, pero como una cosa de alimentar mi cuerpo para generar también movimiento a la hora de coreografiar. No te podría decir ninguna noche, Antonio, especial. Yo creo que todas las noches que uno sale a la escena, no todas porque ha habido funciones también… No sé, no sé. Me vienen como muchas diferentes.

¿Con qué se emociona?

Con la empatía, podríamos decir, y con las acciones sin ningún interés, con acciones y con gente que hacen hacia los demás sin ningún interés propio. Cuando encuentras esos seres, o los escuchas, todo lo que ha pasado en la Dana, como el equipo, el conjunto, la empatía… Eso sí que me emociona.

¿Qué le falta a Muriel Romero?

Tiempo (risas). Ahora me falta un poco de tranquilidad. Hoy he tenido otra noche de insomnio, pero no me pienso tomar pastillas ni nada.

¿Qué coreógrafo le hace más ilusión traer a la compañía?

Es que no puedo decir uno porque hay muchas personas.Todas las personas que tengo escritas en mi proyecto, la ilusión es que lo realicen. Que pueda tener esos teatros para que puedan tener sus obras.

Con unos ha trabajado y con otros no, imagino

Claro. Pero bueno, es que he llamado a lo de Cranko, he llamado a Mats Ek, he llamado a Forsythe, he llamado a los grandes, pero también he llamado a La Ribot, he llamado a Mónica, a Marcos Morau, a Cuqui. Todos me hacen igual ilusión. Y un proyecto que a mí me hace mucha ilusión es crear un documental honesto de todos esos 50 años. Y que salga la mayor gente posible, y que guste, y que sirva como un archivo, como un reflejo. Hablaba con José Carlos Martínez que él viene de la Ópera de París que tiene doscientos años o tres, y es verdad que somos muy jóvenes. Medio siglo. Las bodas de oro.

Imagen de la directora de la CND Muriel Romero
Imagen de la directora de la CND Muriel Romero

Si volviera a nacer, ¿qué cambiaría? ¿Volvería a vivir la misma vida? ¿Cambiaría algo?

Sí, lo mismo. No, no cambiaría nada, porque las cosas que no he acertado y que no lo he hecho bien me han llevado a descubrir muchas cosas de uno mismo y de la vida. El camino del exceso te lleva al palacio de la sabiduría. Y como que el camino recto, no sé, no cambiaría de nada. Bueno, sí, alguna cosa cambiaría. El cáncer de mi madre, las enfermedades de la familia que ha habido gente cercana que ha sufrido. Eso sí que lo cambiaría. Pero la mía… me quedo igual.

Viene a la CND en la época de Maya, se va, regresa otra vez a la CND en época de Nacho Duato, se vuelve a marchar, y ahora viene como jefa de esta institución. ¿Cuál ha sido el mejor momento que haya vivido en estas tres etapas?

Te voy a contar una que ha sucedido hace apenas cuatro meses, y que fue muy bonito. Yo presento el proyecto, y pasas a una final, te hacen unas entrevistas… Tú presentas un proyecto y no sabes qué va a pasar. El 9 de julio, fecha en la que hacía 16 años que había muerto mi madre, te dicen que te han dado el proyecto y que de repente tienes que ser directora de la CND. Y ese momento hablando con la mejor amiga de mi madre, que ella sigue viva, pues fue muy emocionante. Ves que la vida, Antonio, no la dirigimos nosotros. O sea, la vida te pone y tú actúas o no actúas, pero que ese mismo día me digan, me llamen por teléfono y me digan que he sido la seleccionada, y que hacía 16 años que mi madre había muerto un 9 de julio, pues dices, fue muy emotivo porque ves y muy de aprender, ves que bueno, tú haces. Pero yo creo que cada vez creo más en esa cosa de que no bailo, soy bailada, no hablo, soy hablada. O sea, yo aquí estoy hablando contigo y va saliendo. Creo mucho en el mito, tengo un punto espiritual. Venimos de muchos años, la conciencia es muy nueva, no sé, a partir de los cincuenta tienes mucha conciencia de lo poquito que puedas hacer, el legado que puedes dejar…

¿En qué han cambiado los bailarines de su época con los de ahora? ¿Ve cambios?

Sí, claro que sí. Pues yo los veo que son encantadores. En nuestra época de Nacho estábamos mucho más locos todos. Éramos con mucha personalidad, éramos muy diferentes, con muchísima personalidad cada uno. Aquí también los voy conociendo también, pero son como más… son muy educados. Más nobles, puede ser. Me gustan mucho, los estoy queriendo mucho. Son gente muy comprometida, con muchísimas ganas. Muy educados, nos han recibido también con muchas ganas. Ha cambiado físicamente cosas. Ahora se lleva mucho la musculación. Porque no sé, porque se lleva. Y en mi época no se llevaba tanto. Creo que les quita movilidad. Tienen que llevar cuidado. Y los veo muy concentrados. No los veo utilizando el móvil. La danza aporta mucho a la sociedad, al ser humano. Es un trabajo en equipo, de escucha. Todas esas películas que han salido sobre la danza me parecen… no es así. Yo me he alegrado mucho cuando he visto bailar a mi compañera. Yo he llorado cuando bailaba Yoko y yo la veía bailar. Cuando entramos juntas. Habrá gente más envidiosa y menos envidiosa, depende de cómo te eduquen. Y las circunstancias de vida que tengas. Nivel de frustración mayor o menor, pero es un trabajo muy en equipo, es un trabajo que requiere un sacrificio enorme, una concentración enorme, una voluntad enorme. Los bailarines somos otra especie y una especie a considerar. Y se estudia también mucho la danza. Yo trabajo mucho en proyectos europeos y de ingenieros, la robótica, está de moda estudiar el cuerpo y los bailarines, y en muchas diferentes perspectivas de disciplinas de la ciencia.

¿En qué momento está personal y profesionalmente?

Profesionalmente en un momento impresionante, en el que uno ha llegado a una cima de la montaña, pero le queda otra montaña más. Como una capricornio voy a ir pasito a paso. Y personalmente muy bien. He construido una pareja muy bonita.

¿Qué le pide al mundo de la danza?

Unión. Cuanto más unidos estemos en el sector más fuerte será y podremos hacer cosas. Mucha unión y mucha creatividad.

Noticias relacionadas
Toni Servillo
Imagen promocional de la obra
Imagen promocional del espectáculo
Imagen de escena de la producción 'La bella Otero'
Fotografía de familia de la Compañía Nacional de Danza
Imagen de una escena de la obra
Últimas noticias
Fotografía de archivo de la fachada de La Casa Encendida
Alejandro Simón Partal
Imagen promocional de la obra
Logotipo Futuraescena
Público asistente a una representación de artes en vivo
Imagen promocional de la obra