“Yo creo que teatrera se nace. A mí me encanta hacer teatro. Yo diría que es una raza de actores y actrices que queremos hacer teatro y que ponemos el hacer teatro por delante de otros proyectos. Lo que más me aporta es la experiencia en vivo, el aprendizaje en vivo
¿Toni Acosta es una madre de película?
Totalmente sí, sí porque en las películas hay todos los tipos de madre entonces ahí nos metemos todas, yo creo. Lo que hemos hecho con este texto es que esta madre, un poco en la soledad, todo lo basa en las películas, no quiere decir que sea una madre de película y lo haga todo bien, sino que a través del cine recorre sus emociones. Es una idea de Juan Carlos, y a mí me pareció una idea buenísima. Ahí estamos, quiero pensar que sí, yo me esfuerzo mucho por llegar a ser una madre de película.
¿Cómo definiría a Eva María, la protagonista del trabajo que tiene entre manos?
Eva María es una mujer que, al margen de tener su trabajo, su función desde que nació su hijo, ha sido cuidar de él. Entonces su hijo se va a estudiar fuera y tiene un vacío que yo creo que ni ella misma se esperaba ese vacío tan grande, que no sabe rellenar. No encuentra la manera de seguir disfrutando de la vida, seguir viviendo sí, pero no disfrutando de la vida. Es una mujer entregada a los cuidados, totalmente.
¿Qué relación sentimental tiene? ¿Hay algún personaje más en escena o solo está Eva María?
Es un monólogo, pero lo que pasa es que a través del relato, Eva María va creando a otros personajes. Crea a su hijo, a la novia de su hijo, a su ex, a su terapeuta, a su madre. Va creando todos esos personajes para ir contando la historia. Pero en escena solo yo.
Toni, ¿cree que el personaje es un personaje atormentado?
No, no lo creo. Creo que el nido vacío es una etapa que las que tenemos hijos tenemos que vivir, que llega a unas antes, a otras después, pero no, creo que ella no se preparó, le ha sorprendido esto de que el hijo se quiera ir a estudiar fuera, y creo que para cada etapa de la vida nos tenemos que preparar un poquito para no sufrirlas, pero no está atormentada. Es bondadosa, es generosa.
Es una mujer divorciada. Lleva mucho tiempo divorciada. No tiene una nueva pareja, no ha sabido generar una nueva relación o no ha querido. Habla de algún romance que tuvo, pero básicamente es una mujer divorciada, en soledad. Se siente muy sola.
¿Cree que si hubiese tenido pareja, este síndrome de nido vacío del que me habla, lo podría llevar mejor?
No lo creo. Creo que el nido vacío se vacía con tus hijos y no se llena con una pareja, ni con un hobby. Es otro tipo de vacío. Hablo de esto y me interesó hablar de esto porque lo vivo. Porque yo tengo un hijo que al irse a estudiar fuera, yo tengo dos. O sea, Eva María no es autobiográfico, pero esa sensación del nido vacío, yo sí quería hablar de eso. Es que no se llena sino con tu hijo. Ese nido vacío es de los hijos, es un espacio de los hijos. Es un estado de ánimo, te diría.
¿Este proyecto nace de usted?
Yo quería hablar del nido vacío, lo tenía clarísimo. Jesús Cimarro desde Pentación, me dijo, ¿y qué quieres hacer? ¿Qué te gustaría hacer? Yo tenía el reto de hacer un monólogo, no me he enfrentado nunca a un texto ni a un escenario yo sola. Y sí que llamé a Juan Carlos porque lo adoro como persona, pero además, lo admiro muchísimo como autor y como director. Y yo se lo lancé, le dije Juan Carlos, a mí me gustaría hablar de esto. Y él no es padre, pero es hijo. Esto es muy interesante, porque este espectáculo es transversal totalmente. O sea, a mí también me interesaba su punto de vista de él, porque del nido nos hemos ido. Y es que ahora pienso, yo lo hice peor. Hay un pensamiento en mí reflexionando sobre este tema, que además no teníamos ni el wasap, ni la videollamada… Nos fuimos de una manera más abrupta. A él le interesaba reflexionar sobre eso. Y aunque la idea parte de mí, es idea de los dos. Yo no hubiese podido hacer esto sin Juan Carlos. No sabe hacer proyectos pequeños. Y lleva a todos a una dimensión preciosa, con mucha clase. A mí me encanta la manera de escribir de Juan Carlos. El texto tiene mucho humor, pero luego te quedas con esa reflexión. Yo te diría que la idea fue mía, yo quiero hablar de esto, pero luego el texto, la idea, de los dos.
¿Toni, duele el síndrome del nido vacío?
Sí duele. El dolor es como un vacío. En el texto Juan Carlos dice: “es un agujero que yo tengo aquí, como en el estómago”. Ella lo sitúa en el estómago. Hay una sensación… que no habría que tapar, habría que hablar del nido vacío y afrontarlo como una nueva etapa. No enfadarse con el nido vacío, sino decir, ah, de esto se trata, ¿no? Ahora nuestra relación va a ser diferente. Ya no vive en casa. Algo así.
¿Cómo ha sido el trabajo con Juan Carlos? No es la primera vez que trabaja con él, ni mucho menos, pero ¿cómo ha sido enfrentaros a este nuevo proyecto otra vez los dos? Y encima con un reparto tan pequeñito.
Yo estoy muy feliz. Nos ha costado, porque nosotros siempre estamos acostumbrados a empezar a ensayar, Juan Carlos y yo, con el texto ya definido, y aquí no. Aquí el texto, según empezamos a levantarlo, se iba modificando. Entonces él ha ido reescribiendo, reescribiendo, reescribiendo, hasta quedarnos contentos. Y yo, rememorizando, rememorizando, porque había que reaprender. Ha sido un proceso precioso. El nivel de exigencia de Juan Carlos es… yo lo admiro tanto porque hasta que no lo tiene no se queda contento y a mí eso me encanta. Al final la excelencia. No sabemos si vamos a llegar o a qué peldaño del camino, pero aspiramos a algo muy bonito.
¿Qué pretende con esta madre de película? ¿Hasta dónde queréis llegar?
A mí me encantaría hacer esta reflexión con humor, hacer esta reflexión con el público, hablar de un tema que no se habla, que parece que si lo hablas eres una blanda. Y a mí creo que verlo con humor y ponerlo en un escenario me ayuda, me ayuda a atravesar la etapa acompañada del público.
Me comenta que si no hablas de este tipo de cosas eres una blanda. ¿Quizá no está muy de moda exteriorizar los sentimientos?
Eso es un tema de las mujeres. Si te quejas del postparto está mal, si te quejas de la menopausia está mal, si te quejas de los dolores de regla está mal, si te quejas del nido vacío está mal. Esto es un tema de las mujeres, de tenernos calladitas. Entonces a mí lo que me parece fascinante y maravilloso de ahora es que, bueno, las mujeres hemos aparecido en el panorama cinematográfico, teatral, con guionistas, directoras, realizadoras, montadoras. Hablamos de los temas que nos interesan. La menopausia, por ejemplo, que se ha empezado a hablar hace cuánto, dos años. Todos estos eran temas tabú que no se tocaban y que cuando los tocas son tremendamente interesantes y que la mayoría del público que va al teatro es público femenino y creo que me va a encantar escucharlas luego al acabar, me va a encantar.
¿En qué momento está, personal y profesionalmente?
Estoy, te diría, en un momento muy tranquilo, haciendo proyectos que me gustan, dedicada al teatro, haciendo menos audiovisual, quizás, pero muy feliz porque creo que esto va por rachas, y siendo capaz un poco de participar en el proyecto desde el germen, de ponerme en el proceso creativo que me gusta muchísimo. No esperar a que suene la llamada sino ponerme en marcha y participar de todo el proceso creativo. Eso me encanta.
¿Qué le aporta el teatro que no le aportan otros medios?
A ver, lo que pasa es que yo que quiero ser todoterreno y tocar todos los palos, en el audiovisual tú eres una pieza más de un entramado muy complicado. A mí me encanta hacer películas, pero luego eres una pieza dentro de la película, de la serie. Y en el teatro yo siento que poseo el viaje, el viaje de principio a fin. Yo creo que teatrera se nace. A mí me encanta hacer teatro, pero es que creo que, yo diría que es una raza, ¿no?, de actores, actrices que queremos hacer teatro y que ponemos el hacer teatro por delante de otros proyectos. Yo creo que lo que más me aporta es la experiencia en vivo, el aprendizaje en vivo.
¿Le ha decepcionado la fama?
No, a mí no. Considero que la fama, bien usada, te permite pues eso, hacer teatro y que la gente venga a verte porque te conoce de una película o de una serie. Lo que yo creo es que ahora en estas épocas que vivimos de redes sociales todo se viraliza, todo se sobredimensiona, ese tipo de fama es con la que hay que tener cuidado, pero a mí que la gente me reconozca por mi trabajo, no, no, al revés, estoy muy agradecida a mi popularidad porque eso luego me ayuda a hacer proyectos teatrales y que venga gente al teatro a verlos.
¿Con quién le gustaría trabajar? ¿Algún director que le llame poderosamente la atención? ¿Y con qué compañeros o compañeras le gustaría compartir escenario en proyectos futuros?
Muchos. Yo ahí soy muy afortunada. Yo he tenido una suerte inmensa con los compañeros. Por ejemplo, en mi última experiencia con José Martret en el Teatro Español, con la función El Fin. Con todos estos compañeros de reparto quiero volver a coincidir. En televisión con Las señoras del AMPA. Con todos esos quiero volver a coincidir, con todo el elenco. Con mi amiga del alma Silvia Abril quiero volver a trabajar. Yo soy muy afortunada. Me gustaría trabajar con los que no conozco, bienvenidos sean. A mí me gusta repetir con los que me lo he pasado muy bien. Con José Martret, con Juan Carlos Rubio, con Carlos Perón en el cine. He sido muy afortunada con los compañeros.
¿De qué producción se siente más satisfecha?
Es complicado, porque yo de cada una que hago me enamoro. Pero es verdad que las dos últimas que he hecho… El sonido oculto fue muy especial. Era la primera vez que me metía en producción, sacamos el producto de la nada, estrenamos en mi tierra, en el Teatro Leal, en Tenerife, fue muy especial El sonido oculto. Conocí a Omar Ayuso. Hicimos una gira preciosa juntos, otro con el que quiero coincidir, volver a coincidir. Pero quizá esas dos últimas que tengo muy recientes, para mí han sido… El fin en el Teatro Español, actuar en ese escenario ha sido una maravilla, la verdad. Me quedo con esas dos. Pero luego está Anfitrión en Mérida. Hacer Mérida fue una fantasía. Tres. Si puedo elegir tres me quedo con esas.
¿Qué le falta en la vida?
No me fijo mucho en lo que me falta. Soy muy agradecida, agradezco lo que tengo y el momento en el que estoy, y lo que vaya llegando lo iré colocando. No tengo la sensación de que ahora mismo me falte nada, nada.
¿La vida ha sido justa con usted?
Sí, soy muy afortunada. Intento también ser empática y devolver con esfuerzo pues lo afortunada que siento que soy. Pero ahora mismo por tener tengo hasta mis padres vivos. Imagínate. Que con estas edades que empiezan a faltar. No me fijo en lo que me falta, soy así.
¿Con qué se emociona? ¿Con qué es capaz de llorar?
Con cosas muy pequeñas, con un paseo y un amanecer bonito, con ver reírse y morirse de la risa a mi hija, que tiene una risa contagiosa y acabamos llorando de la risa. Me emociono viendo una película, me emociono leyendo una novela o viendo una función de teatro, me emociono escuchando una canción. Yo creo que esta etapa de la vida bonita y de agradecimiento me tiene muy sensible, muy sensible, me emociono cada vez que hago el texto Una madre de película, ahora mismo estoy fácilmente emocionable.
¿Qué es lo mejor que ha hecho en la vida?
Tener hijos. Lo mejor que he hecho en la vida. Mira que es difícil, con toda la crianza y que es para toda la vida, pero yo lo mejor que he hecho en la vida es tener hijos.
¿Quién es la persona más importante en su vida?
Las personas más importantes de mi vida son mis hijos. Como referente absoluto, que hoy es su cumpleaños, y me estás haciendo la entrevista, mi madre. Creo que en este monólogo hay un pequeño homenaje a ella, que cuenta una historia que es verdadera de su infancia. Creo que he transitado por este monólogo sin darme cuenta más que como madre, como hija. Ahora que hago todo el monólogo entero, que empiezas haciendo cachitos, me doy cuenta de que también hay una reflexión del nido vacío como hija, cómo me fui yo del nido.
Toni, ¿qué piensan sus padres de usted ahora cuando la ven en cine, en teatro? ¿Disfrutan su triunfo? ¿Qué opinan de aquella chica que se fue un día y dejó el nido vacío para emprender sus sueños?
Yo creo que tienen una mezcla. Ellos siempre en el fondo, en el fondo si rascas, creo que les hubiese gustado más que me quedara en Tenerife. Lo que pasa es que luego me ven muy feliz y haciendo cosas que nunca imaginaron. Una niña de un barrio muy humilde de Tenerife. Entonces mi padre este año, al verme hacer El Fin, que eran dos horas encima del escenario, me dijo una cosa que se me va a quedar grabada siempre, porque hablo siempre mucho más de mi madre, pero mi padre es como ese hombre callado, que cuando habla, sentencia, como que tiene esta sabiduría popular tan bonita. Me dijo: “Hija mía, es que tú eres de otro planeta”. Me gustó mucho. Me parece que es la mejor manera de expresar la admiración. Les encantó la función. Yo creo que disocian, ¿no? Les parece imposible como que esa sea la niña que criaron, y verme ahí ahora en un escenario. Creo que hay algo de eso. Creo que hay incredulidad, a la par que admiración.
Vamos a ir cerrando la entrevista. ¿Cree que hay una expresión más bonita que un te quiero?
Gracias. Puede que sea todavía más bonita que te quiero. Quizá gracias. Te agradezco todo lo que haces por mí, es todavía un escaloncito más.
Para finalizar, ¿qué le pide al mundo del teatro? ¿Qué le pide al mundo del espectáculo?
Diversidad. Me gustaría que en el teatro se ampliara a diferentes formas de hacer teatro. Que no nos quedáramos en lo fácil, que avanzásemos hacia gente joven haciendo teatro, por ejemplo. Me parece que ahí hay un nicho por explorar y público joven le pido al teatro. Me gustaría que se bajara la edad del público para que descubran el teatro y se formen como público. Los jóvenes son el público del futuro, los adolescentes. Me voy al público muy joven. Público joven le pido al teatro. Y luego, diversidad de espectáculos, que seamos más valientes a la hora de programar.