Masescena - Opinión

AÑO VI  Número 302

02 JUNIO 2023

Dice Pedro Torres en Las enseñanzas de Don Juan, blog que acaba de convertirse en libro, que el amor es un sentimiento de lo más vulgar, porque casi todo el mundo lo ha experimentado alguna vez. No admite muchas pegas esa afirmación. Y, sin embargo, el tema ha traído de cabeza a los creadores de todos los tiempos. Es una luz a la que se acercan mariposas, polillas, mosquitos y demás seres, dando vueltas a lo mismo. Entre los nuestros, y los nuestros son los que hablan lo nuestro, Lope es el más vistoso, el más insistente, el más dotado. Teatro, novela o poesía lopesca son, casi siempre, biografía amorosa. Lope se empeñó en vivir literariamente. Luego, no tenía más que copiar lo que había vivido para triunfar a lo grande. Lope era un fabuloso copista de sí mismo, un tipo vulgar, porque compartía la manera de sentir del vulgo, al que no hablaba en necio por mucho que él lo defendiera.

Hace unas semanas hice el taller sobre historia de la danza contemporánea que imparte la bailarina y coreógrafa Mar López (gracias por avisarme, Paloma). Entre los muchos aciertos de esta clase teórica en la que se explican contextos políticos y artísticos, se encuentra uno superlativo, a mi modo de ver: la mujer, la creadora, como vehículo para conocer la historia de la danza contemporánea. Mar López desgrana a través de ellas, las primeras, revolucionarias, libres y no normativas, los orígenes de este movimiento. Las hay muy conocidas por todas (Martha Graham e Isadora Duncan a la cabeza), pero también, como suele ocurrir, las que pasaron desapercibidas a pesar de la importancia de lo que generaron. Descubrí a unas cuantas de las que no sabía nada y casi nada, y salí de allí con no pocas cuestiones en la cabeza. Algunas de ellas, de nuevo, sobre nuestra invisibilidad.

La historia está hecha de pequeños momentos indescifrables en los que una pequeña decisión puede cambiar el curso de la Humanidad. Si Stefan Zweig hubiera vivido lo suficiente en su exilio, probablemente habría incluido en una segunda parte de sus “Momentos estelares de la humanidad” el encuentro que mantuvieron los físicos Niels Bohr y Werner Heisenberg en 1941 en una Copenhague ocupada por los nazis. Un pequeño paseo de diez minutos por las frías noches de la capital danesa que pudo cambiar la historia de la Humanidad.

 

Hace aproximadamente una semana, la directora artística y de producción del Festival sevillano Mes de Danza, comunicaba la no celebración de la 27ª edición del Festival. Tal y como están las administraciones públicas en la actualidad no es de extrañar semajante decisión. Lo peor de todo es que es el inicio de algo a lo que no le van a prestar demasiada importancia, y tras la cita sevillana vendrán otras muchas citas culturales de nuestro país. ¿Cuál es la solución? Pues tendría que venir dada por las propias administraciones públicas que sobreviven gracias a nuestros esfuerzos. De momento, y sin entrar en demasiada polémica, reproducimos el comunicado íntegro que María González Vidal hizo público hace unos días.

"Como directora artística y de producción del festival MES DE DANZA lamento comunicar que la edición 27ª de este evento, que debería celebrarse entre finales de octubre y principios de noviembre 2020, como viene siendo habitual desde hace 26 años, no tendrá lugar este año.

 

Una de las cosas entrañables que tiene el teatro Lope de Vega de Sevilla es que al terminar cada función el público camina a pie en grupo al menos hasta el cruce de la Avenida María Luisa con la de Portugal, donde comienza a dispersarse. Estos metros dan para muchos oídos y muchos comentarios sobre lo visto en el escenario. Los había que opinaban que había demasiadas transiciones que cortaban el ritmo o que la música desencajaba. Había quien salía con la sonrisa en la cara como quien sale de una comedia y no de una tragedia. Mari Paz Sayago tiene la fuerza cómica necesaria para hacernos reír de nuestras propias lágrimas. 

Suena una marcha procesional. Un niño abraza a un gato en mitad de la noche. Quizá no es un gato, quizá es sólo un peluche. Quizá es alta mar. Quizá es sólo una cama oscura. La luna entra por la ventana. “¿Qué pasa?”, pregunta el gato. “Vienen a comernos”, responde el niño.

Hubo un día en el que el prólogo se hizo más grande que el poema. Ese día las explicaciones se extendieron y se extendieron hasta el infinito y más allá. Buscando el significado, perdimos a la poesía por el camino. Le llamamos García y nos olvidamos de Federico. Lo subimos a los altares del canon literario y lo alejamos del camino polvoriento, del recitado con las criaturas queridas y del misterio de lo eterno. Federico. Federico. La poesía es también un misterio para quien la escribe y poetas se llaman los que la escriben montados unicornios y también los que lo hacen sumergidos en cloacas. Como dijo Borges, en el principio siempre está el mito, y asimismo en el fin. 

El océano estaba ahí. En un vaso de cristal sobre el escenario. Ni pasivo ni activo, pues el idioma coreano no hace una distinción clara entre uno y otro. Ahí estaba el acontecimiento sin sujeto que caracteriza esa lengua oriental. Un vaso de agua sobre el escenario que puede resumir el misterio de la infinitud del jazz visto a través de esa misteriosa cultura del vacío, como la definió el filósofo de origen coreano Byung-Chul Han, que es muchas veces incomprensible desde Occidente marcado por una noción radicalmente diferente del original y de la copia. 

Poco más se puede pedir a un Festival que, ante el apuro de la suspensión de la gira por parte del contrabajista israelí Avishai Cohen, reaccionó sustituyéndolo en el cartel por el bluesman americano Lucky Peterson, que en este tramo otoñal de la gira sólo tenía prevista en España la cita del Jazz Madrid dos días antes. 

En Agosto del año 2018 se publicaba en Masescena una entrevista al actor Joaquín Notario en la que nos dejaba muy clara su pasión por el actor José Sacristán: “En el plano más personal, cuando le preguntamos por su actor favorito no vacila ni un instante en nombrar a José Sacristán, a quien vio en el Teatro Bellas Artes de Madrid con la función Muñeca de porcelana. Según palabras del propio Notario, le pareció algo prodigioso, y aún se pregunta "Pepe, cómo lo has hecho. Un prodigio lo que hace este hombre ahí, una locura".

La fuerza del cariño es una película de comedia dramática estadounidense, basada en la novela homónima de Larry McMurtry, dirigida, escrita y producida por James L. Brooks, y protagonizada por Shirley MacLaine, Debra Winger, Jack Nicholson, Danny DeVito, Jeff Daniels y John Lithgow. La película cubre 30 años de la relación entre Aurora Greenway (MacLaine) y su hija Emma (Winger). 

El 10 de septiembre se cumplen veinte años de la muerte de Alfredo Kraus. A la noche siguiente de su fallecimiento, Silvio Rodríguez y Luis Eduardo Aute pidieron un aplauso en homenaje al tenor a las 18.000 personas que asistíamos a su concierto en Las Ventas. Aplaudimos durante minutos. No estábamos solos. Kraus era también uno de los nuestros aunque no hubiera en el Discoplay camisetas negras con su nombre.