Masescena - Opinión

AÑO VII  Número 345

29 MARZO 2024

Cuántas veces habremos oído, o incluso dicho, la expresión de… “En la vida hay que luchar por los sueños”. Esta frase, que transita entre la vaguedad y la auto-superación, guarda un mensaje certero. La vida no sería lo mismo si no nos ponemos metas o intentamos conseguir aquello que nos hace feliz. Ahora bien, ¿a cualquier precio? Si desean poner cara y voz a estas y otras reflexiones deben visitar el Teatro Alfil. La función está a punto de comenzar.

Cuenta la leyenda que un tiempo muy lejano, la unión de un conjunto de bloques antiguos formó el continente más grande de la tierra y con él una cultura diversa en lo étnico, lingüístico y religioso. Todos los asistentes a este nuevo espectáculo de Productores de Sonrisas pudieron viajar a través del circo más milenario a las increíbles historias del pasado sin desplazarse de la carpa ubicada en recinto ferial de IFEMA.

¿Qué te apetece para hoy? Una de comedia. Así empieza el proceso de elección de cualquier decisión cultural. En función del estado de ánimo o de las preferencias personales nos decantamos por uno u otro género. Si están de acuerdo con la opción escogida, comedia, y desean una vuelta de tuerca al monólogo convencional, están en el sitio correcto; solo deben seguir muy de cerca a Galder Varas y revisar las fechas del Teatro Cofidis Alcazar.

La Bestia ha llegado a los escenarios de la capital con su número más terrible; terriblemente divertido. El apocalipsis humorístico está cerca y es tarde para remediarlo. Los elegidos ya han sido seleccionados. Salir vivos del corredor de la muerte será tan complicado como intentar darse de baja de una compañía. Si desean asistir a la sentencia final deben visitar el Teatro Infanta Isabel.

¿Qué seríamos capaces de hacer por nuestros ídolos? Estoy convencido que todos en alguna ocasión hemos hecho alguna locura, quizá inconfesable, para demostrar nuestro proselitismo hacia alguien. El grado de intensidad viene marcado por cada uno, aunque el fanatismo puede llevar a límites insospechados. Si quieren comprobarlo pueden asistir a esta representación en la sala Lola Membrives del Teatro Lara.

Yo no sabía nada. Solo pasaba por ahí. Me obligaron a hacerlo. Fue solo un juego. Frases evasivas usadas en muchos ámbitos para descargar la culpabilidad y limpiar conciencias. Quizá puedan servir en algunos círculos, pero les aseguro que no valdrán en los Teatros Luchana. La cuenta atrás ha comenzado.

Durante más de una década, ‘La Caja de Luz’ fue un bello animal mitológico, un sueño que habitaba en las conversaciones, un punto de llegada a este diez de diciembre. Esta noche de luna llena atrasada, tras la puerta de la Fundación Antonio Pérez, parece latir el corazón de una criatura recién llegada al mundo. Una ópera a punto de nacer espera tras el portón de madera de lo que fuera convento de clausura, con todas las connotaciones que ello pueda tener, convertida en hoy en Caja de Luz. Muchas personas más hubieran deseado acudir, pero el aforo apenas sobrepasaba el centenar, una exclusividad que aumentó si cabe el disfrute de cada uno de los segundos. Homo sum.

Por tópico que parezca, la música forma parte de nuestra vida desde bien pequeños.  Nanas, sintonías infantiles, melodías publicitarias o canciones de mil y un géneros nos acompañan por las distintas etapas de nuestra existencia, a veces sin ser plenamente conscientes de ello. No hablamos solo de un conjunto de notas o acordes, sino de aquello que nos hace sentir, dónde nos permite desplazarnos  y de la capacidad evocadora que tiene. Si desean realizar un recorrido por la historia del festival de la música europea por antonomasia y del género musical deben visitar el Teatro Amaya. Afinen sus instrumentos. El concierto va a comenzar.

El pasado nos persigue y, queramos o no, condiciona de algún modo nuestra forma ser y comportarnos. Podremos borrar, o por lo menos intentarlo, algún episodio, pero no vamos a conseguir eliminarlo por completo y puede que ese pasado no sea tal y, sin nosotros saberlo, forme parte del presente y marque nuestro futuro. Si desean profundizar sobre esta y otras reflexiones deben visitar SOJO Laboratorio Teatral.

Los payasos de la tele cantaban sobre un circo que alegraba siempre el corazón. Perfectamente podría haber sido este, que una navidad más vuelve a visitar la capital. En esta ocasión, con su nueva producción “La chaqueta mágica” en la explanada ubicada en Vía Lusitana, para conseguir las risas de los más pequeños, la sonrisa de los adultos y llenar de magia e ilusión todo el recinto.

Corrupción. Latrocinio. Mordida. Palabras que, desgraciadamente, ya forman parte del vocabulario colectivo con mil y un ejemplos en nuestra historia reciente. El arte, y más concretamente el teatro, es y debe seguir siendo un vehículo de transmisión entre los hechos que ocurren en nuestro día y a día y el público, pues le permite tomar distancia y disfrutar mientras reflexiona. Si desean hacerlo y poner cara y voz a uno de los males endémicos de nuestro país, pueden acudir al Teatro de la Zarzuela.