El último proyecto de la cantante es un viaje emocional a través de canciones eternas
La artista catalana, una de las voces más versátiles de nuestro país, se sumerge en otros paisajes sonoros que nada tienen que ver con el flamenco
Un cuarteto de voz, piano, contrabajo y batería interpreta temas como Lucía, Ne me quitte pas o Gracias a la vida
Una de las voces más versátiles de nuestro país, Martín ha cosechado galardones como la Lámpara Minera, el Premio de la Crítica, la Medalla al Oro de las Bellas Artes o el Premio Ciutat de Barcelona. Sus colaboraciones con el pianista Tete Montoliu, la bailaora Belén Maya o la diva cubana Omara Portuondo forman parte ya del imaginario colectivo. En esta ocasión se sumerge en otros paisajes sonoros que nada tienen que ver con el flamenco para recrear una colección de hits que forman parte del legado de la música universal.
«Como bien evoca el nombre del espectáculo , todos los temas del repertorio están tatuados en la memoria del público, forman parte de algún momento de sus vidas y de su inventario emocional», explica Martín sobre el proyecto, «Creo que la música merece ser despojada de arquetipos y que, para conservar su nobleza, ha de ser tratada, trabajada y compartida con el mismo respeto y la misma solemnidad y rigor con que los clásicos recrean a Bach».
Para la creación de este proyecto ha apostado «por músicos experimentados, talentosos y comprometidos, con quienes me unen muchos años de complicidades y admiración mutua». Tatuajes está atravesado por la filosofía artística y vital de la artista, «ponerse al servicio de la obra en lugar de utilizarla para el lucimiento personal».
Mayte Martín lleva más de cuarenta años en los escenarios y es reconocida por la indiscutible calidad de todos sus trabajos. Pertenece a esa categoría de artistas que no necesitan, ni quieren, sacar un disco cada dos años para sobrevivir, ni por conservar un sitio en la actualidad o la memoria del público.
Tatuajes, podrá verse en el Grec Festival de Barcelona el próximo 23 de julio.
Mayte Martín: cuatro décadas de música
Mayte va elaborando su entramado artístico guiada por algo que repite sin cesar: la libertad es una opción de vida. Y es entonces cuando se entrega en cuerpo y alma siguiendo al pie de la letra el lema de que el flamenco es su origen y no su yugo, para diseñar con exquisita sensibilidad cada concierto. En principio tiene la apariencia de lo sutil, pero luego va calando hasta inundar todo nuestro ser. Y este es uno de sus atributos: la capacidad para transmitir, con la fachada de lo frágil, una potente carga emocional. (José María Velázquez-Gaztelu)
Nacida en Barcelona en 1965, Mayte Martín pertenece a esa extraña categoría de artistas que no necesitan, ni quieren, sacar un disco cada dos años para sobrevivir, ni por conservar un sitio en la actualidad o en la memoria del público. Posee el aval de los críticos, la aquiescencia colectiva de la afición y un interesante fajo de premios. Pero el reconocimiento más extendido le llega de la mano del público, que aprecia su cante preciosista y sereno, lleno de matices. Desde sus primeros pasos rompe moldes: nace con ella y defiende, desde sus comienzos en 1983, una filosofía muy peculiar y un concepto de la profesión absolutamente transgresores.
Su versatilidad artística ha apuntalado una trayectoria que la sitúa como referente internacional del flamenco, el bolero, el jazz y la música latina. Una de las cantantes de mayor prestigio del panorama actual, Mayte Martín ha sido galardonada con diferentes premios y reconocimientos, entre los que figuran el Premio Internacional de Flamenco Manolo Sanlúcar (2022), la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deportes (2021), el Premio a la Música Popular, Premios Cultura Comunidad de Madrid (2019), Premio de la Crítica (2001), Premio “Ciutat de Barcelona” (1997), Premio D. Antonio Chacón en el XII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba (1989), “Lámpara Minera”, Concurso Nacional del Cante de las Minas (1987).
Sus colaboraciones con el pianista Tete Montoliu, la bailaora Belén Maya, la cantante de fado Dulce Pontes o la diva cubana Omara Portuondo forman parte ya del imaginario colectivo. El maestro Rafael Frühbeck de Burgos la invita a interpretar en 2001 El amor brujo de Falla con la Orquesta Sinfónica de Berlín. En su discografía, que muestra su admiración y respeto hacia los ancestros y la tradición, se encuentran álbumes como Tempo Rubato (2018), Cosas de Dos (2012), alCANTARa Manuel (2009), De fuego y de agua con Katia y Marielle Labèque (2008), Tiempo de amar (2003), Querencia, nominado a los Grammy Latinos 2001 (2000), Free Boleros con Tete Montoliu (1996) y Muy frágil (1994).
Con sus espectáculos –Flamenco íntimo, Evocación, Flamenco de cámara, Déjà vu, Regálame esta noche, Tatuajes, Al cantar a Manuel y Tempo Rubato, entre otros- ha recorrido los más importantes teatros de España, Francia, Japón, Escandinavia, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra.
He escrito en distintas ocasiones acerca de Mayte Martín, y en una de ellas decía: ‘En el terreno de la imaginación o de la inventiva, Mayte nunca se queda corta, ya que ha edificado un ámbito original, de personalísimos matices. Se trata de un mundo propio con sus claves y exclusivas reglas que a lo largo del tiempo ha ido afinando hasta encontrar el lenguaje que la identifica, que la define como cantaora única y perfectamente reconocible.
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