Como si de una novela se tratara, el libreto escrito a 5 manos nos sumerge en la vida aparentemente ordinaria de tres amas de casa de las afueras: Bev (Paule Mallagarai), Carol (Lucia Ambrosini) y Pam (Flor Lopardo). Su tranquila existencia da un giro inesperado cuando deciden explorar un nuevo club de lectura, y su elección recae en la intrigante novela de la autora británica E. L. James. A medida que se sumergen en la historia sensual entre Anastasia Steele (Ana Herebia) y Christian Grey (Leo Rivera), las tres mujeres experimentan transformaciones inimaginables en sus vidas privadas, pero también en su forma de pensar y en el deseo de escapar de la rutina de pareja, dar espacio a nuevas experiencias apasionadas, además de provocar un nuevo diálogo con su lado sexual más profundo. La comedia se desata cuando las protagonistas, lectoras enganchadas a este controvertido libro, interpretan los roles de manera disparatada y alejada del imaginario colectivo.
Una hilarante, provocadora y original propuesta con una ingeniosa y cómica traducción
La genialidad creativa de Albert Samuels, Amanda B. Davis, Emily Dorezas, Joseph Shelton, Ashley Ward y Dan Wessels brilla con intensidad en la concepción de este proyecto. La asombrosa cifra de 60 millones de copias vendidas en todo el mundo, que posteriormente se transformó en una trilogía, presagiaba su inevitable expansión a otros terrenos artísticos: el cine, el teatro y, por supuesto, el musical. Su audaz decisión de llevar un superventas de tintes eróticos a los escenarios, transformándolo en una parodia musical, demuestra una perspicacia artística no exenta de riesgo, aunque el resultado en términos generales es satisfactorio. Después de su estreno en Estados Unidos, Alemania, Holanda y Francia, con una buena acogida de crítica y público, la adaptación consigue explorar las pasiones más profundas de los personajes, mientras despierta risas y reflexiones entre los espectadores.
A pesar de contar con una idea clara, concreta y extrapolable al teatro, la traducción de Daniel Anglés emerge como un elemento fundamental en el éxito de esta representación. Su destreza y habilidad para dotar al libreto de un aire castizo, así como trasponer con maestría los chistes, juegos de palabras y dobles sentidos al castellano, son dignos de elogio y demuestra una comprensión profunda de la naturaleza metaliteraria de la obra. De hecho, no duda de que los personajes puedan salirse de su propio marco para reírse de sí mismos y de la propia producción. En una función cómica donde las referencias sexuales son el epicentro del humor, este maestro en la disciplina de la traducción logra superar la ardua tarea con ingenio y agudeza. Su contribución demuestra ser esencial para que la audiencia disfrute plenamente de la comedia, convirtiéndolo en un artífice clave en la materialización de esta propuesta teatral tan peculiar como única.
Las letras picantes, bajo una dirección magistral, crean una sinfonía de humor, erotismo y teatralidad que cautiva y deslumbra
Las letras de las canciones son otra de las esencias de 50 Sombras, El musical. Con su picante ingenio, juego de dobles sentidos y un toque de humor atrevido, estas composiciones no solo complementan la trama, sino que también elevan la experiencia del espectador. La habilidad para tejer referencias sexuales de manera cómica, sin perder la accesibilidad y la capacidad de ser tarareadas, demuestra la maestría del equipo creativo en captar la esencia juguetona y provocativa de la obra original. Reconozco que tenía cierto temor por si el libreto rozara lo soez para generar el humor, pero en ningún momento ocurre tal situación. La elección de Fabio Serri como director musical denota una sabia decisión, ya que su habilidad para fusionar la sensualidad de la trama con elementos cómicos y pegajosos acordes es evidente en cada compás. Además, incorpora de forma cómica y pertinente escenas de otras obras musicales de culto para engrosar la comicidad. Esta astuta interconexión de referencias muestra un profundo conocimiento y respeto por el legado del teatro musical, al tiempo que aporta frescura y originalidad.
La visión de Matteo Gastaldo como director es de una claridad excepcional al plasmar la carga cómica y excéntrica del libreto. Sin embargo, es imperativo destacar la labor de Sara Pérez, directora residente, cuya contribución ha sido fundamental al otorgarle a la obra una carga de parodia que ahonda específicamente en el humor español. La también dramaturga, Laura y el enigma, y directora, Dirty Dancing, potencia de manera excepcional el carácter histriónico de los personajes, llevándolos a un nivel de caricatura, permite que los actores se sumerjan completamente en sus roles, aportando una dosis extra de excentricidad y humor a cada escena, y explora de manera provocadora y cómica los elementos sensuales y seductores presentes en la trama original. En definitiva, la dirección no teme adentrarse en el terreno de lo desconocido, creando momentos que desafían las convenciones y mantienen a la audiencia en vilo.
El talentoso reparto fusiona habilidades vocales y actorales de manera excepcional con una interpretación apasionada y cómica
El elenco se presenta como un conjunto talentoso y versátil y destaca tanto por sus habilidades vocales como actorales. Cada miembro del reparto aporta una energía única a la producción, no solo se limita a la ejecución de las letras, sino que también encarna con destreza los roles caricaturescos, contribuyendo al hilarante y provocador ambiente de la obra. La interpretación de Ana Herebia como Anastasia es una hazaña notable que captura de manera impresionante la transformación de su personaje. Comenzando con una representación convincente de la pureza inicial, esta actriz licenciada en teatro musical logra teñir de hilaridad la inocencia de Anastasia, especialmente cuando contrasta con la oscuridad del Sr. Grey. Su habilidad para hacer creíble esa ingenuidad es clave para marcar el tono cómico de la obra. Sin embargo, lo más destacado es la evolución que presenta a lo largo de la trama. Herebia lleva a Anastasia por un viaje convincente hacia el empoderamiento, la desinhibición y la libertad total, otorgando al personaje una complejidad que va más allá de la superficie. Además, nos regala solos sorprendentes que engrandecen la calidad musical.
Por su parte, Leo Rivera logra encarnar con maestría la dualidad de su personaje, al presentar a un hombre exitoso en su ámbito laboral con una fachada impenetrable detrás de sus hábitos sexuales poco convencionales. Lo más impresionante es la habilidad de este polifacético actor para mostrar la evolución de Grey a medida que se revela ante Anastasia, permitiendo que el público sea testigo de un cambio significativo en su vida. Su capacidad para cambiar de registro es notoria, ya que Rivera se sumerge completamente en la canallada y juguetonería de su personaje dibujando una caricatura. Por si no fuera suficiente, no solo revela su dominio de la escena, sino que también resalta su espontaneidad y excepcionales habilidades comunicativas y no duda en conversar con los espectadores incorporando las respuestas a su propio texto.
En el plano literario podemos decir que el trío de ávidas lectoras actúa como narradoras de la acción. Su aportación es esencial tanto para la continuidad del relato como para la carga cómica de la representación, gracias a la combinación de su talento individual y la armoniosa interacción entre ellas. Paule Mallagarai, Lucia Ambrosini y Flor Lopardo brillan de manera formidable al dar vida a estas mujeres aparentemente corrientes, pero con rasgos patológicos que añaden un toque especial a sus personajes. Su compenetración en el escenario es sensacional y se refleja de manera vibrante en sus interpretaciones, probablemente alimentada por su previa colaboración en Una rubia muy legal. En su actuación, junto a la del resto del reparto, Paula Diaz, Tatán Sellés, Carles Vallés y Xabi Nogales, es donde más brillan las vistosas y acompasadas coreografías, algunas con un toque picante y sensual.
El diseño de escenografía a cargo de Matteo Piedi se distingue por su habilidad para utilizar de manera eficiente y creativa todos los elementos escénicos. La plataforma central y giratoria recrea a la perfección los lugares donde transcurre la acción. La disposición y utilización de estos espacios reflejan una cuidadosa planificación y contribuyen a la fluidez de la acción y la narrativa, con un pertinente juego de alturas. Aunque dicha planificación demuestra una integración efectiva de los elementos, habría ganado aún más impacto visual y estético si se hubiera aventurado a arriesgar más en la separación y oxigenación en la disposición escénica.
En 50 Sombras, El Musical, la pasión desenfrenada se entrelaza con la hilaridad sin perder la inocencia, llevando al público a un viaje teatral donde el amor, el humor y la provocación se dan la mano en una danza deslumbrante de picardía, ingenio y originalidad
Libreto: Albert Samuels, Amanda B. Davis, Emily Dorezas, Joseph Shelton, Ashley Ward y Dan Wessels
Música y letra: Albert Samuels, Amanda B. Davis, Joseph Shelton, Ashley Ward, Dan Wessels
Director: Matteo Gastaldo
Directora residente: Sara Pérez
Dirección musical: Fabio Serri
Reparto: Leo Rivera, Ana Herebia, Flor Lopardo, Paule Mallagarai, Lucia Ambrosini, Paula Diaz, Tatán Sellés, Carles Vallés y Xabi Nogales
Traducción: Daniel Anglés
Diseño de escenografía: Matteo Piedi