En «Chefs», nos sumergimos en una singladura gastronómica tan hilarante como deliciosa. Un cocinero de renombre, tras perder la chispa creativa en su cocina, confía en un equipo de cocineros peculiar y disparatado. En su intento por recuperar las estrellas que una vez brillaron sobre su restaurante, el protagonista emprende un periplo mundial, explorando diversas cocinas y sabores. Esta propuesta culinaria-teatral se presenta como un espectáculo que deleitará tanto a amantes de la gastronomía como a buscadores incansables de risas, con ingredientes cocinados a fuego lento en una cazuela de humor gestual, situaciones caóticas y competencia feroz entre «cocineros estrella». Con un toque de magia escénica y una buena dosis de interacción con el público, esta comedia promete un banquete teatral con un sabor agridulce de alegría y complicidad.
Yllana demuestra, una vez más, su maestría al transformar temas aparentemente cotidianos en espectáculos extraordinarios. Desde su fundación en 1991, ha tejido historias en torno a temáticas tan diversas como el cambio climático, el reciclaje, los viajes o el mundo bélico, mostrando una habilidad excepcional para convertir cualquier concepto en una experiencia escénica única siempre de actualidad. Estas obras, impregnadas del ingenioso humor gestual, han conquistado un lugar privilegiado en la escena teatral. No es casualidad que hayan sido galardonadas con numerosos premios, pero su verdadero triunfo se mide en el aprecio y respeto fervoroso del público. Estos devotos admiradores, que cariñosamente les llamo Yllanáticos, son testigos de su maestría, regresando una y otra vez para sumergirse en ese universo único donde el gesto habla más que las palabras y la risa es el idioma universal. Con esta propuesta, la compañía sigue cautivando a su audiencia al transformar la gastronomía en un terreno fértil para la creatividad desbordante, llevando a los espectadores a un viaje cómico y delicioso que solo Yllana podría concebir.
Volviendo a esta producción, Chefs nos sumerge en un hilo argumental aparentemente sencillo, siguiendo la historia de un cocinero en horas bajas. Sin embargo, como es característico en ellos, este punto de partida es un trampolín para abordar cuestiones candentes, en este caso, del mundo gastronómico contemporáneo. Lejos de quedarse en la superficie de la historia individual del protagonista, ahonda en la complejidad de la supuesta rivalidad entre la cocina tradicional y la moderna. A través de diálogos agudos y situaciones cómicas, aborda de manera lúdica y a la vez incisiva los diferentes enfoques culinarios que compiten en el escenario gastronómico actual. Por otra parte, también se aventura intrépidamente en la selva de críticos y opinadores, pobladores del panorama mediático, como un comentario satírico y perspicaz sobre la influencia de sus críticas en la percepción pública de la gastronomía. El endiosamiento de los chefs, otro ingrediente hábilmente incorporado, se convierte en un toque de crítica social. Yllana nos invita a reírnos, sí, pero también a cuestionar la imagen glorificada, a menudo proyectada sobre las figuras culinarias en la actualidad.
La dirección artística de David Ottone y Fidel Fernández la definiría como una obra maestra cuidadosamente orquestada en medio de su aparente caos, firma de la casa. Cada movimiento, gesto y elemento escénico están meticulosamente medidos y controlados, revelando la destreza y la visión única de este dúo creativo. Ambos despliegan su maestría para tejer un tapiz de situaciones cómicas, enredos y gags visuales, logrando un equilibrio perfecto entre el desorden aparente y la precisión coreográfica. La interacción con el público, una característica clave de las producciones de Yllana, toma un matiz combativo. Tengan cuidado si ocupan las primeras filas de la platea. Los directores artísticos manejan esta interacción con maestría, sumergiendo a la audiencia en un juego teatral donde la participación activa se convierte en parte esencial de la trama y contribuye al dinamismo y la energía del espectáculo.
La sublime actuación del elenco, ataviados con ropa de cocina, demuestra una versatilidad excepcional mientras se sumergen en sus roles, entregando interpretaciones magistrales que van más allá de la simple comedia. Corriendo, saltando, clavando cuchillos, y enfrentándose a situaciones hilarantes como quemarse con ollas, los actores se convierten en maestros del humor gestual y cada uno aporta su chispa particular. Su capacidad para transmitir emociones y contar una historia solo a través de gestos, acompañados de pequeñas onomatopeyas y sonidos, es un testimonio de su destreza en el arte del teatro visual. La sincronización y la coordinación entre ellos son impresionantes, creando un espectáculo dinámico y cautivador que añade un toque de magia a la obra. Hablando de magia, esta propuesta cuenta con alucinantes ilusiones supervisadas por Willy Monroe, que dejan al público absorto y descolocado.
El diseño de escenografía es funcional y dinámico. Cada elemento en el escenario es cuidadosamente seleccionado para permitir las entradas y salidas, potenciar la narrativa, ofreciendo un telón de fondo que complementa la trama y lo convierte en un componente activo de la comedia visual. La excelente iluminación, hábilmente manejada, destaca la acción en cada rincón del escenario, crea atmósferas cautivadoras y resalta los momentos clave de la obra. Por último, la inclusión de música pegadiza –un sello distintivo de sus producciones– añade una capa adicional de disfrute al espectáculo. Las composiciones musicales no solo acompañan la acción en el escenario, sino que también se integran de manera orgánica en la trama, elevando la experiencia auditiva de la audiencia. Este cuidado en el diseño incide en la atención meticulosa de Yllana para crear un espectáculo visual y sonoro que cautiva los sentidos y hace de «Chefs» una experiencia teatral completa e inolvidable.
En Chefs, el teatro se convierte en una cocina del humor, donde los actores son chefs destilando risas y el público es el comensal que se deleita con cada bocado de comedia visual. La receta infalible de Yllana para disfrutar y saborear el ingenio escénico. ¡Bon appétit!
Idea Original: Yllana
Dirección Artística: David Ottone Fidel Fernández
Reparto (en alternancia) César Maroto, Carlos Jano, Rubén Hernández, Susana Cortés, Antonio de la Fuente, Edu Ferrés y Estefanía Rocamora
Diseño de Escenografía: Anna Tusell
Diseño de Vestuario: Gabriela Salaverri
Diseño de iluminación: Diego Domínguez, Iván González
Diseño de sonido: Iván González