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Clasictacular: La música clásica nunca fue tan divertida. El banquete musical de la FSO

Imagen de uno de los momentos

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La Film Symphony Orchestra (FSO), bajo la magistral dirección de Constantino Martínez-Orts, ha logrado transformar el universo de la música clásica en una experiencia vibrante y accesible con su espectáculo “Clasictacular” en el Auditorio Nacional de Música. A lo largo de más de dos horas, la orquesta ofrece un viaje impresionante a través de las obras más icónicas de la historia musical, pero con un enfoque contemporáneo y lúdico que cautiva tanto a expertos como a principiantes.

Antes de entrar a valorar el espectáculo, es imprescindible destacar la generosidad de los productores y artistas al convertir este evento en un concierto benéfico en favor de los damnificados por la DANA en Valencia. Este noble gesto no solo subraya el compromiso de la Film Symphony Orchestra (FSO) con la excelencia musical, sino también con su sensibilidad hacia las necesidades sociales, recordándonos el poder transformador del arte más allá del escenario.

La FSO presenta en Clasictacular una reinterpretación de la música clásica que la hace más accesible y emocionante para todos los públicos. Este espectáculo demuestra que la grandeza de las composiciones tradicionales no está reñida con la innovación y el entretenimiento, logrando un equilibrio entre el respeto al repertorio y la frescura de una propuesta contemporánea.  El espectáculo destaca por su poder para unir generaciones, desde los conocedores de la música clásica hasta quienes la descubren por primera vez, acercándola con humor, pedagogía y, sobre todo, pasión.

Como bien explicó Constantino Martínez-Orts al periodista Moisés Rodríguez de TVE, encargado de presentar el evento, “Clasictacular” no es simplemente un concierto más en el ámbito de la música clásica, es una auténtica celebración diseñada para alegrar el alma. Este espectáculo rompe con los estereotipos asociados al género, a menudo percibido como solemne o melancólico, y opta por una aproximación festiva que exuda dinamismo y alegría en cada una de sus interpretaciones. Lejos de la atmósfera contemplativa típica de muchos conciertos clásicos, esta producción convierte el escenario en un espacio vibrante, donde el movimiento, el color y la interacción con el público son tan importantes como la música en sí. Desde la apertura con la imponente ´Así habló Zaratustra` hasta la contagiosa energía de piezas como la ´Marcha Radetzky` o el humor de ´The Typewriter´, el espectáculo busca conectar con la audiencia desde la emoción positiva, logrando momentos de auténtica euforia colectiva.

Martínez-Orts, cuya producción como compositor se encuentra ligada a la industria audiovisual y cinematográfica, brilla no solo como un director técnicamente impecable, sino como un showman que conecta con la audiencia. Su energía, entusiasmo y capacidad para guiar al público a través del repertorio y glosar y explicar el significado de cada pieza, convierten el concierto en una experiencia inmersiva. Las transiciones entre obras son fluidas y creativas, construyendo una narrativa sonora que mantiene al público cautivado desde el inicio hasta el final. El director entiende que la música clásica tiene un poder universal y transformador cuando se presenta con creatividad y accesibilidad. No se trata de un concierto para escuchar pasivamente desde el asiento; el público es parte activa de la experiencia, atrapado por la energía de la orquesta, los solistas y el coro.

La FSO se ha consolidado como una de las agrupaciones sinfónicas más destacadas de España, y en “Clasictacular” demuestra, una vez más, su extraordinaria calidad y profesionalidad. Cada sección instrumental, desde los majestuosos metales hasta las cuerdas más delicadas, aporta un nivel de excelencia que respalda la ambiciosa variedad del programa. Además, la versatilidad de la orquesta es digna de mención. Su capacidad para alternar estilos, desde el drama operístico hasta las piezas más ligeras y festivas, muestra una adaptabilidad poco común en el mundo sinfónico. Este rasgo es especialmente evidente en piezas como el electrizante ´Vuelo del moscardón´ de Rimski-Kórsakov o el humorístico ´The Typewriter´ de Leroy Anderson, donde la FSO demuestra técnica, carácter y creatividad.

Otro aspecto esencial que distingue a “Clasictacular” es su innovador planteamiento discursivo. El espectáculo no se limita a ser una mera sucesión de piezas musicales, sino que se presenta como un verdadero «menú musical» que guía al público en un viaje por las obras más icónicas de la música clásica. Esta narrativa culinaria, reflejada incluso en los títulos gastronómicos del programa de mano, subraya el carácter único y desenfadado de la propuesta.

El programa está diseñado como si se tratara de un festín gourmet, donde cada pieza musical representa un plato cuidadosamente seleccionado para deleitar el paladar auditivo del público. Desde la apertura con los «antipastos» de Carmen, que despiertan el apetito con el dramatismo y la sensualidad de Bizet, hasta el «risotto di otto danze», que condensa la riqueza rítmica de piezas como la ´Danza Húngara´ de Brahms o la ´Danza del Sable´ de Khachaturian, el espectáculo se estructura como una experiencia degustativa. Esta metáfora aporta un toque de humor y originalidad y facilita la comprensión del repertorio para aquellos menos familiarizados con la música clásica.

La narrativa está cuidadosamente pensada para mantener al público enganchado, alternando momentos de intensidad épica, como la ´Obertura 1812´ de Chaikovski, con otros de delicada belleza, como el ´Dúo de las flores´ de Lakmé. Este enfoque, más allá de su ingenio, consigue ofrecer una visión de la historia de la música clásica que no se siente fragmentada ni desconectada, sino como un viaje cohesivo y fluido. En definitiva, el equilibrio entre lo majestuoso y lo íntimo, lo épico y lo divertido, convierte este programa en una experiencia rica y diversa.

Otro de los platos fuertes es la extraordinaria calidad de las actuaciones vocales, tanto corales como solistas. La inclusión de estos elementos enriquece la experiencia musical, la eleva a una dimensión emotiva y teatral y, en definitiva, logra conmover a través del canto. El Coro de Jóvenes de Madrid, dirigido por Juan Pablo de Juan, desempeña un papel esencial en muchas de las piezas más impactantes del repertorio. Conformado por unos 80 jóvenes talentos, su interpretación demuestra una notable precisión técnica y una expresividad conmovedora que refuerza la intensidad de obras tan épicas como ´O Fortuna´ de Carmina Burana o el ´Coro de los esclavos judíos´ de Nabucco. Los solistas invitados, entre ellos figuras como la soprano Paloma Friedhoff, el tenor José Darío Cano, la mezzosoprano Blanca Valido y el barítono Víctor Cruz, aportan un nivel de excelencia individual que complementa a la perfección el trabajo coral y orquestal. Cada uno de ellos tuvo la oportunidad de brillar en momentos diseñados para destacar sus talentos particulares.

La experiencia sensorial se amplifica más allá de la música gracias a un despliegue visual que enriquece cada interpretación. La iluminación, meticulosamente sincronizada con las piezas, no solo resalta los momentos de gran dramatismo, sino que crea atmósferas que transportan al público a diferentes épocas y lugares. Por ejemplo, durante la interpretación de la monumental «Obertura 1812» de Chaikovski, los cambios de luz son tan impactantes como los cañonazos que acompañan la obra, generando una sensación de inmersión total en el contexto bélico de la pieza. El diseño escénico también es clave para lograr una atmósfera vibrante. La disposición del escenario permite una visión fluida de la orquesta y el coro y ayuda a crear una sensación de proximidad entre los músicos y el público. Las interacciones dinámicas entre los solistas, el director y los miembros de la orquesta hacen que el espectáculo se sienta cercano y personal. La coreografía, discreta pero efectiva, permite que los músicos se muevan con naturalidad, involucrando al público en una danza visual que acompaña la música. Dicho de otro modo, la puesta en escena se convierte en una experiencia multisensorial completa, donde la música clásica, a veces considerada distante o elitista, se presenta como un festín para todos los sentidos.

En definitiva, «Clasictacular» es una propuesta innovadora que redefine la forma en que se percibe la música clásica, acercándola de manera fresca y accesible a un público diverso. La Film Symphony Orchestra, bajo la dirección de Constantino Martínez-Orts, demuestra su maestría en la ejecución de un repertorio desafiante y en su capacidad para transformar cada concierto en una experiencia sensorial única. Con una mezcla perfecta de música, luz, imagen y emoción, el espectáculo logra romper con las barreras tradicionales del género, invitando a todos a disfrutar de la grandeza de la música clásica de una forma más cercana, vibrante y envolvente. Sin duda, un evento que deja una huella profunda en quienes tienen la oportunidad de vivirlo.

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