Bendito humor en los tiempos presentes donde todo lo que nos rodea parece estar cargado de energías negativas o de noticias trágicas. Por fortuna, hay lugares para abstraerse de nuestro día a día y disfrutar sin complejos. Este salvoconducto a la evasión lleva impreso el sello del humor y no hay mejor vía que el género monologal cómico. Muchas son las propuestas en la vasta cartelera teatral madrileña y gracias al interés del público, cada vez más, proliferan espectáculos cómicos como el que nos ocupa; la diferencia radica en la especialización de cada uno, los temas tratados y, por descontado, el propio artista. Eva Soriano tiene la suerte, aunque no sea divina, de contar con un show canalla, golfo y con mucha comedia en el que explicará, en palabras de la propia actriz, por qué dejó el paraíso para empezar una nueva vida de lujuria y desenfreno en la Tierra y cómo finalmente se comió una mierda.
Como si de una emisaria, descarriada, de Dios se tratara, la actriz y cantante Eva Soriano culpa a la sociedad del vacío de su vida y de las decepciones a causa de las expectativas que le han ido creando a lo largo de los años. Porque, efectivamente, la vida no es como nos la contaron ni como la relatan las teleseries o comedias románticas pastelosas. Este gancho es el eje estructurador de su espectáculo y no puede ser más actual, transversal y atrayente. Todos los presentes, en algún momento de los 75 minutos de duración, asintieron con la cabeza al verse identificados con las venturas y desventuras narradas en el monólogo. Soriano se apoya en una misteriosa voz en off celestial que le quita los pájaros de la cabeza y le hace ver que quizá ella sea cooperadora de su desdichada vida. Este inteligente recurso aporta sorpresa y emoción al espectáculo, aunque no termina de sacarle todo el partido y se convierte en algo testimonial.
Con una puesta en escena más potente que el volcán de la palma, y una seguridad que ni el mismísimo Capitolio de los Estados Unidos. Bueno, obvien esto último, la presentadora televisiva Eva Soriano (Gente random, 2018, Ese programa del que usted me habla, 2019) comienza su espectáculo haciendo un repaso del pasado año y de las primeras semanas del presente, que ya se está haciendo largo. Con este introito, consigue captar la atención de los presentes y hacerles transitar por la senda del humor y de la comedia. La actriz tarraconense coge carrerilla y no deja títere con cabeza desmontando todos los mitos y mantras sobre aspectos tan cotidianos como las aplicaciones para ligar, las modas de entrenamientos corporales o los cuentos infantiles.
Otro de los temas que sobrevuelan sobre este monólogo es la vida amorosa en general y las relaciones sexuales en particular. Gracias al avance de la sociedad, y también al humor, hablar de sexo ya no es tabú, pero todavía hay cuestiones que causan pudor o no pueden ser tratadas con la misma naturalidad con la que hablamos de fútbol o de política. Sin embargo, Eva Soriano se pasa por el arco del triunfo estos temores y habla sin recato de la masturbación, la depilación femenina o la empatía en el sexo. De nuevo, gracias al poder de seducción de la monologuista (desde el punto de vista comunicativo, no piensen mal), su facilidad para la palabra, con ejemplos y vivencias personales, y su fortaleza escénica, a la vez que desata la carcajada de los presentes y los ruboriza, llena la sala de miradas cómplices y muestras mímicas de aceptación.
El género femenino también está muy presente a lo largo del espectáculo; de hecho, hace interpelaciones directas a las presentes. Esa mirada femenina, en un mundo donde la igualdad plena no ha sido alcanzada, es un acierto; más si cabe al desmostar mitos sexuales, errores consuetudinarios y comportamientos de sumisión y servilismo que todavía siguen instalados en la sociedad actual. Desde mi visión, tanto por los asuntos tratados en el monólogo como por su seguridad escénica, Soriano puede encarnar a la femme fatale en su sentido actual, entendido no como tentadora, irresistible y peligrosa capaz de embaucar a los hombres por su atractivo y sensualidad, sino como una mujer valiente, decidida, inteligente y libre para disfrutar de su sexualidad y ambición. En definitiva, la presentadora radiofónica del morning show de Europa FM rompe tabúes y lo que se le ponga por delante, tanto dentro como fuera del escenario; o si lo quieren ustedes más claro: ella hace lo que le sale de la manzana.
Un monólogo canalla, golfo y actual para derribar mitos, extraer todo el jugo a la vida, al humor y al sexo y descubrir El pecado de Eva… Soriano.