La explosión del género monologal cómico parece no tener fin. Cada año las carteleras se llenan de espectáculos de comedia con protagonistas, más o menos conocidos, con el único fin de despertar la risa del espectador. Este hecho es muy positivo para la industria cultural cómica y la propagación de shows humorísticos, aunque el hándicap radica en la forma de construir propuestas diferentes y aportar un valor añadido para no ser un producto más entre la infinidad de opciones. Ingenio, talento, imaginación y capacidad de comunicación son factores esenciales en ese proceso de diferenciación y perfectamente aplicables a Galder Varas, protagonista de este espectáculo.
Una silla, un señor con micrófono en una mano y una botella de agua o bebida alcohólica –dependiendo de sus adicciones– en otra. Estos son los elementos de cualquier monólogo cómico en directo, o stand up comedy para los que se creen que saben inglés, donde el comediante relata aspectos de su vida como experiencias propias o aborda un tema de conversación candente. Sinceramente no hay mucho de novedoso, de ahí el título de este espectáculo y el alegato inicial de Varas para evitar defraudados y ofendiditos, especie cada vez más en auge. Teniendo claras las bases, estoy convencido de que el espectador disfrutará de este cómico y guionista de larga trayectoria en prestigiosas productoras como El Terrat, Movistar +, o Atresmedia. Varas, licenciado en Comunicación Audiovisual por la UPV, nos habla de su infancia, de su escasa autoestima, del paso del tiempo, de su forma de ver el amor y el sexo y, en definitiva, nos abre las puertas de su vida, lástima que no las de su casa. Reflexiones mezcladas con chistes graciosos y bien hilados, comparaciones ingeniosas, humor de todos los colores, incluido el negro, socarronería a raudales y una forma de contar y narrar situaciones que transmite verdad (incluso si no te ha pasado te verás identificado con lo que cuenta) son algunas de las claves de este show no show.
Otra de las esencias de esta propuesta es la forma de comunicación con los presentes. Galder Varas, natural de Bilbao por si alguien no lo había adivinado, va más allá de la típica pregunta genérica o de usar al público como comodín en algunos instantes de su espectáculo. Como si de un profesor de instituto se tratara, escoge a miembros del público para interactuar con ellos y conocer, también, más de sus vidas. En este instante la presa –porque a no ser que te guste el protagonismo, hablar ante cientos de personas, es un marrón– ya no puede escapar y deberá contestar a las preguntas del cómico. Como no podía ser de otra manera, los que le sigan en redes sociales lo entenderán, la pregunta estrella es acerca de la profesión de la persona seleccionada. A partir de ahí, Varas da rienda suelta a la improvisación, con imitaciones incluidas, y es capaz de sacar petróleo a todas las respuestas. Este planteamiento de apariencia sencilla requiere de enorme capacidad de recursos, ingenio y preparación y, por descontando, de la desenvoltura de la persona que habla. Tuve la sensación de que a medida que pasaban los minutos, los elegidos estaban cada vez más inmersos en el espectáculo y soltaron verdaderas perlas muy jugosas humorísticamente hablando que, por supuesto, el cómico no desaprovechó, creando una atmósfera propicia para el humor.
Más allá de lo divertido del espectáculo y de su salto a la fama gracias la viralización de sus videos en redes sociales, me quedo con una frase que repite en numerosas ocasiones: “valórate”. Este mensaje profundo, impermeable al humor, implica quererse, aceptarse y compartirlo con los demás; y, sinceramente, no se me ocurre mejor forma de hacerlo que acudiendo, solo o acompañado, a este espectáculo.
Un espectáculo desternillante, ingenioso y gamberro con el público como protagonista para conocer a Galder Varas y descubrir que Esto no es un show.
Galder Varas cómico y guionista antes que persona presenta «Esto no es un show», se estará preguntando, ¿de qué se trata?, pues probablemente de lo mismo que otros muchos monólogos en el Teatro Alcázar de Madrid. Improvisación, chistes y bloques diferentes a los que haya visto en redes con la honesta intención de hacerle reír a carcajadas.