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Año VIIINúmero 372
06 OCTUBRE 2024

First date: El musical: Una aventura a ciegas a golpe de nervios, risas y emoción

Imagen de una de las escenas del musical que puede disfrutarse en Madrid
Imagen de una de las escenas del musical que puede disfrutarse en Madrid
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"First Date convierte los nervios de una cita a ciegas en una encantadora sinfonía de risas y emociones, iluminada por una inteligente dirección y actuaciones vibrantes y comprometidas

En una era donde las citas a ciegas han sido reinventadas por aplicaciones de citas y programas televisivos de «dating», el teatro nos recuerda el encanto y la comedia inherente de estos encuentros inesperados. En este contexto llega a Madrid First Date, una producción que se presenta en el Teatro CaixaBank Príncipe Pío, ofreciendo una mirada hilarante y entrañable sobre cómo conocer a tu media naranja sin saber nada previo.

First Date sigue la historia de Aaron (José Miralles) y Casey (Teresa Ferrer), dos personajes diametralmente opuestos protagonistas de una cita a ciegas en un restaurante. Aaron es un banquero tímido, conservador y novato en el mundo de las citas a ciegas en busca de una relación seria y estable. Por otro lado, Casey es una artista alternativa, moderna y algo excéntrica, quien afronta la cita con un enfoque más relajado y escéptico. Con el devenir de la conversación, ambos se ven envueltos en situaciones incómodas y malentendidos que desatan una serie de eventos cómicos. Pero no estarán solos, les acompañarán amigos entrometidos, exparejas tóxicas, fantasmas del pasado y demás personajes centrales en sus respectivas vidas. La cena está servida.

El libreto de Austin Winsberg destaca por su ingeniosa estructura narrativa y su aguda comprensión de las dinámicas de las citas modernas. Este productor y escritor estadounidense –La extraordinaria playlist de Zoey (2020), Las extraordinarias Navidades de Zoey (2021) y La cruda realidad (2009) – logra encapsular la esencia de una primera cita con todos sus altibajos y momentos incómodos. La estructura del libreto es otro de los puntos fuertes y característicos de esta obra. La historia se desarrolla en tiempo real durante la duración de la cita, lo que proporciona una sensación de inmediatez y urgencia. A lo largo de la obra, Winsberg introduce hábilmente elementos de fantasía a través de las alucinaciones y recuerdos de los personajes, permitiendo a figuras secundarias como amigos, exnovios y familiares intervenir en la escena. Esta técnica no solo añade humor y variedad, también profundiza en las inseguridades y deseos de los protagonistas.

La dirección de Juan Carlos Martín y Begoña Álvarez, como ayudante de dirección y directora residente, contribuye significativamente al ritmo y la fluidez de la obra. Su manejo experto de la puesta en escena garantiza que las transiciones entre las escenas reales y los momentos imaginarios sean suaves y coherentes. Las interrupciones de los personajes secundarios están cronometradas con precisión, cuyo objetivo es el de maximizar el impacto cómico sin desviar la atención de la narrativa principal. La forma de implementarlo es a través del aparte musical, donde el tiempo de la acción queda detenido para desarrollar el instante representado. Si bien la repetición y la falta de sorpresa de estas pausas podrían correr el riesgo de volverse tediosas, el equipo creativo encuentra el equilibrio justo para que sean tanto disfrutables como complementarias al hilo argumental. Además, su batuta conjunta permite desarrollar las escenas humorísticas y momentos de introspección con el timing perfecto y mantener al público completamente absorbido en la historia. Como ocurre en una primera cita, First Date es un musical que necesita un tiempo a la hora de establecer una conexión y sumergirse en su dinámica. Es en la segunda mitad donde realmente nos entregamos a la historia, al habernos familiarizado con los personajes principales y sentirnos más cómodos con su desarrollo.

Winsberg aborda temas universales como el amor, la inseguridad y la búsqueda de conexión desde una perspectiva divertida y profundamente humana. A través de las experiencias de Aaron y Casey, el libreto explora cómo las expectativas y los miedos pueden influir en nuestras interacciones y percepciones de los demás. Para ello, utiliza la cita a ciegas como un microcosmos y así examinar las complejidades de las relaciones humanas en la actualidad, donde las redes sociales y las expectativas juegan un papel importante. La dirección de Martín y Álvarez añade capas de profundidad a estas temáticas al enfocarse en la conexión emocional entre los personajes y en la lucha por la autenticidad en un mundo cada vez más superficial. Su enfoque cuidadoso en los momentos de vulnerabilidad y honestidad permite que los mensajes subyacentes de la obra resuenen con contundencia en el público.

La música y letras, compuestas por Alan Zachary y Michael Weiner, desempeñan un papel fundamental en la narración y el desarrollo emocional de la obra. Las composiciones abarcan una variedad de géneros contemporáneos, desde el rock hasta el pop o incluso baladas. Los números musicales están hábilmente integrados en la trama, sirviendo para impulsar la acción y revelar la profundidad de los sentimientos de los protagonistas. Las letras, con su agudeza, humor y relevancia en la historia y los personajes, son otro punto destacado, al capturar perfectamente el tono y la atmósfera de cada escena, aportando una dimensión adicional al desarrollo de los roles y la trama. La dirección musical a cargo de Pablo Navarro es crucial en la ejecución impecable de la partitura. Su atención al detalle y la forma de interpretar las intenciones emocionales detrás de cada canción contribuyen en gran medida a la eficacia general de la producción. La música en vivo, proporcionada por el bajista Paco Bastante y el guitarrista Ángel Reyero, añade una dimensión adicional a la experiencia teatral. Director y músicos demuestran cómo con tan solo dos instrumentos son capaces de crear una amplia gama de sonidos y texturas, una banda sonora reconocible y generar un efecto de gran orquesta.

De nuevo en la dirección, Juan Carlos Martín y Begoña Álvarez colaboran estrechamente con el elenco con el objetivo de capturar la esencia de sus respectivos personajes y garantizar una interpretación auténtica y convincente de los mismos. Su dirección habilidosa consigue que los actores exploren la complejidad de los roles y desarrollen una química palpable en el escenario. Además, realizan un aprovechamiento exquisito de todo el espacio escénico, con escenas a ambos lados del proscenio. En definitiva, podemos afirmar que cumplen escrupulosamente con todas las pautas de las comedias musicales de tinte romántico. 

Todos los ojos se posan en la pareja protagonista, quien prácticamente permanece en escena los noventa minutos de duración del espectáculo. Teresa Ferrer interpreta a Casey con una combinación perfecta de carisma y autenticidad, logrando capturar la esencia de su personaje de manera excepcional. Esta actriz y cantante con amplia formación en canto y danza trae a la vida a una artista bohemia y moderna con una energía vibrante que llena el escenario. Su interpretación, tanto conmovedora como hilarante, explora las múltiples facetas del papel con gran destreza. Su capacidad para moverse entre momentos de sarcasmo mordaz y vulnerabilidad sincera es particularmente destacable, al conectar profundamente al público con Casey y comprender sus miedos e inseguridades. Además, FerrerSchool of Rock, La Historia Interminable, El Guardaespaldas– muestra una impresionante versatilidad vocal, interpretando las canciones con una poderosa emotividad. Destacaría un solo sensacional y conmovedor donde rompe con el pasado de su personaje. Por tanto, su interpretación musical es apasionada y técnicamente impecable.

Por su parte, José Miralles brilla en el papel de Aaron, el tímido banquero en busca de una relación estable. Este actor y bailarín, graduado en interpretación musical por la ESAD de Murcia,  aporta una autenticidad y una calidez genuina a su papel, haciendo de Aaron un personaje con el que el público puede fácilmente identificarse y empatizar. Su interpretación del novato en citas a ciegas es entrañable, tierna, sincera al capturar la esencia de la inseguridad y el optimismo con brillantez. El también cantante –La familia Adams, Ghost, La verbena de la paloma–  maneja con habilidad el desarrollo de su personaje a lo largo de la obra, mostrando una notable evolución desde la timidez y la torpeza inicial hasta una mayor confianza y apertura emocional. Su destreza al equilibrar el humor con momentos de introspección más profundos es especialmente efectiva. En relación a su desempeño vocal, Miralles demuestra una voz clara y expresiva que se adapta perfectamente a las canciones del musical. Su forma de transmitir las emociones de su personaje a través de la música es particularmente destacable, logrando conectar con el público de una manera profunda y significativa. De hecho, destacaría un dueto muy emotivo con uno de los personajes, que no voy a desvelar. En definitiva, Ferrer y Miralles consiguen una sinergia en el escenario con una interacción natural y fluida, lo que nos permite disfrutar de la evolución de su relación con autenticidad y credibilidad.

Como antes hacía mención, en esta cita no están solos, les acompañan una serie de pintorescos personajes que sirven para construir la historia de los protagonistas. Borja Herrarte se viste de amigo tóxico de Casey y nos deja momentos histriónicos hilarantes con sus números musicales. Carla Postigo, como la exnovia perecedera, desborda por su gestualidad, pose y saber estar y protagoniza un número sensacional y divertido junto al pretendiente. Mikel Hennet interpreta con comicidad y desinhibición al amigo canalla del protagonista. Por su parte, Olga Domenec es la hermana sensata y cabal de Casey, como el ángel imaginario voz de la conciencia. Esta actriz y cantante viajera firma un número sensacional en un segundo papel que es para enmarcar. He querido dejar para el final a Juan Carlos Martín, quien se desdobla de su faceta de director para encarnar una figura esencial en una cita, el camarero; en esta ocasión entrometido pero bien intencionado. Dado su bagaje en teatro musical sabe interpretar la acción con contadas y precisas apariciones para poner el lazo y redondear la producción.

La iluminación diseñada por Ezequiel Nobili juega un papel esencial en la creación de la atmósfera y en la definición de los distintos estados de ánimo a lo largo del musical. Las transiciones de iluminación están ejecutadas con precisión, permitiendo cambios fluidos entre los momentos cómicos, románticos y reflexivos. El uso de focos y luces ambientales para destacar los apartes musicales y las alucinaciones de los personajes es particularmente efectivo, aportando una capa adicional de magia y surrealismo al hecho teatral. La escenografía diseñada por Roberto del Campo y David Pizarro es ingeniosa y multifuncional, adaptándose a las necesidades de la trama con elegancia y eficiencia. La ambientación del restaurante, escenario principal de la obra, está meticulosamente detallada, al crear un espacio acogedor y a la vez flexible en una primera cita que te dejará con ganas de más.

Libreto: Austin Winsberg

Música y Letra: Alan Zachary y Michael Weiner

Director y Reparto: Juan Carlos Martín

Ayudante de Dirección y Director Residente: Begoña Álvarez

Reparto: Teresa Ferrer, José Miralles, Borja Herrarte, Mikel Hennet, Carla Postigo, Olga Domenec y Juan Carlos Martín

Producción: Cristina Sánchez

Ayudante de Producción: Cristina Soto

Director Musical: Pablo Navarro

Bajista: Paco Bastante

Guitarra: Ángel Reyero

Iluminación: Ezequiel Nobili

Escenografía: Roberto del Campo y David Pizarro

Dirección Técnica: Carolina Mesa

Diseño de Vestuario: Susana Cerro

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