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Kinky Boots: un musical para ponerse las botas

Imagen de archivo de una escena del musical

Imagen de archivo de una escena del musical

Tras sus diez años de estreno en Chicago, la música y letras de Cyndi Lauper y el libreto de Harvey Fierstein se han mantenido igual de jóvenes que la película homónima de 2005, donde conocemos la historia de la dinastía Price; una generación dedicada al negocio familiar de confección y venta de calzado. Tras la repentina muerte del gerente, su hijo Charlie Price –joven e inexperto recién instalado en Londres con la compañía de su prometida– decide regresar a Northampton y hacerse cargo del estado de bancarrota por el que atraviesa la empresa. Para ello, contará con la ayuda, además de su equipo de trabajo, de Lola, una drag queen que le ayudará a diversificar el producto y a encontrar su propio camino.

 

Libreto original con nuevas incorporaciones y valores humanos puestos en valor

La grandeza de los buenos libretos reside en la sencilla adaptación a cualquier época y lugar y en la facilidad de extraer su contenido y significado. Estos adjetivos son aplicables a esta construcción musical producida por Rimas producciones, orientada a la comedia musical en Argentina, galardonada en 2013 con 6 Premios Tony (incluidos Mejor Musical y Mejor Música Original) y puesta a disposición del público gracias a la ardua labor de Silvia Montesinos. Esta prestigiosa adaptadora ha sido capaz de mantener diálogos originales, actualizar y modernizar las escenas cómicas y potenciar valores humanos como el respeto, la diversidad y la tolerancia, tan importantes, y no siempre tan frecuentes en la sociedad actual. La balanza entre las fases declamadas y cantadas es perfecta y el ritmo sensacional, aunque si bien es verdad los primeros compases de la representación adolezca de falta del mismo, que poco a poco se va corrigiendo consiguiendo una proyección brutal.

 

Inteligente dirección con armonía entre elementos músico-festivos y profundo y emotivo significado

El encargado de plasmar y organizar todos los elementos en escena es el director y coreógrafo argentino Ricardo Pashkus. Desde mi óptica, es uno de los mayores expertos del teatro de ese país y un auténtico visionario de las artes escénicas en general. Con decenas de trabajos en numerosas disciplinas artísticas, es capaz de equilibrar el componente alocado, gamberro y sensual envuelto en un clima músico-festivo con la profundidad e importancia de su contenido que él mismo resume en tres pilares: “la identidad de género; la discriminación; y la crisis que se agravó durante la pandemia -entre la vida rural y la vida urbana- y a su vez entre los modelos de trabajo del siglo pasado y los modelos actuales imperantes”. Así descrito puede resultar sencillo, pero esta armonía de los elementos es la clave principal para lograr la excelencia y convertir este musical en sobresaliente. El éxito también es atribuible a Víctor Conde como director residente y todo un experto en el teatro musical, quien siempre inyecta inteligencia, lucidez y simbolismo. Esto hace que estemos ante una de las puestas en escena más imponente, explosiva, cañeras y atrevidas del panorama teatral musical. Además hay un aprovechamiento sensacional del todo el espacio escénico incluido las alturas, como comentaré posteriormente.

 

Un reparto profesional con gran calidad vocal y genial desenvoltura escénica

Otra de las esencias de la dirección es la facilidad para conectar con los presentes y la vitalidad y energía que se respira. Los encargados de hacerlo posible son un sensacional reparto compuesto por veinticuatro artistas a un altísimo nivel, tanto en el terreno vocal como dramático. El protagonista del relato es Charlie Price, cuya misión es sacar de la quiebra el negocio familiar creyendo en sí mismo y en su proyecto.  Este papel es interpretado por Daniel Diges y Javier Ariano como sustituto. Todas las miradas están centradas en este personaje por su faceta de conductor de la representación y exigencia vocal. Ariano –con experiencia reciente en teatro musical con West Syde Story– está sensacional tanto en el ámbito vocal, con agudos muy complicados, una exquisita ejecución de la difícil técnica del parlato y unas cadencias, variaciones y matices muy interesantes, como en la faceta actoral, donde por su experiencia sobre las tablas, brilla todavía más y es capaz de sacar todos los matices a un personaje muy profundo: desde la bonhomía y sencillez hasta la arrogancia y crispación. Probablemente el número que mejor defina su actuación sea The Soul of a Man (Hombre de bien).

La estrella del espectáculo es Tiago Barbosa en el papel de Lola, la drag queen responsable de revolucionar la fábrica de zapatos y a todos los espectadores. Su nombre está asociado al personaje Simba en el Rey León, el mejor del mundo según la gran Directora Julie Taymor, en una emotiva audición que se puede ver en un documental de ABC en YouTube y en este papel tampoco defrauda. El actor Brasileño, acompañado de su peculiar cuerpo de baile, es un terremoto escénico, una explosión de ritmo y vitalidad, una catarsis musical desde su primera actuación y quien mejor define la esencia de este musical. En lo vocal, el actor brasileño deslumbra por sus cambios de tonalidad y vistosos juegos melismáticos, patentes en números como What A Woman Wants (Lo que quieren) o Land of Lola (Lola). Cabe destacar la buena complicidad tanto con Ariano como con Diges, formando una de las parejas musicales de la temporada.

Siempre es un placer ver sobre los escenarios a Angy Fernández, en esta ocasión como Lauren, empleada de la fábrica y parte esencial en el nuevo giro del negocio. Comienza, por exigencias del guion, en un plano secundario, pero a medida que avanza la acción la revoluciona. Protagoniza los momentos más divertidos de la representación, y en el terreno vocal su indiscutible talento y sus increíbles agudos le llevan a firmar números sobresalientes como The History of Wrong Guys (No sé elegir pareja). En definitiva, cumple con los dos componentes básicos de un musical cómico. Cabe mencionar otros personajes como: Kristina Alonso como mujer del protagonista y parte esencial en el relato, Daniel Huarte, por su implicación en la historia, Alberto Sánchez, sensacional en el papel de gerente, Diego Rodrígez como confidente y amigo del protagonista con un número musical muy bien integrado, Omar Calicchio por su bonhomía y disposición, Mary Capel por su histrionismo y Malia Conde por su fortaleza y vis cómica.

 

Icónicos números musicales, letras pegadizas y mensajes identitarios  y reivindicativos

Además de por el libreto y la dirección, si por algo caracteriza a este musical es por su potente y arrolladora banda sonora diseñada por Cyndy Lauper. Esta cantante y virtuosa de la música, ganadora de prestigiosos premios de la industria como  Grammy, Emmy, Tony o American Music, crea un leitmotiv reconocible y contagioso y llena de virtuosismo todas las letras y canciones. Cabe resaltar el aire reivindicativo –extrapolable también al resto de factores– proveniente quizá de ser pionera de la liberación sexual femenina. Este sustrato es recogido por el maestro Julio Awad, supervisor del musical y desde mi óptica uno de los mejores directores musicales a nivel europeo, capaz de dar a cada espectáculo un ritmo propio e inconfundible.  Sensacional trabajo del músico y compositor Miquel Tejada y de toda la orquesta en la ejecución de las piezas y el brillante diseño de sonido de Poti Martín

Además de los ya comentados, el número más icónico quizá sea el ejecutado sobre cintas móviles similares a las tradicionales para transportar mercancías. La dificultad es mayúscula al tener que acompasar la velocidad de dichas cintas con el tempo musical, dando una sensación de seguridad y normalidad. En líneas generales la coordinación es correcta y el número conjunto, un éxito. También el del Sexo y el tacón por su sonora prosodia y su interesante y sugerente sensualidad y Step one (lo voy a intentar) y Raise You Up/Just Be (te sujetaré/seré tú) por su carga emotiva y sentimental.

 

Inteligente y funciona construcción musical envuelta en complejas coreografías y una explosión de color

El teórico de la comunicación Marshall McLuhan afirmó que el “el medio es el mensaje” y extrapolándolo al terreno artístico nos referimos a la forma de presentación y al impacto visual para el espectador; esto nos hace hablar de construcciones coreográficas y recursos técnicos y escenográficos. Al frente de las coreografías se sitúa Gillian Bruce y su trabajo es vistoso y sobresaliente. Dirige movimientos escénicos de gran complejidad y hace un repaso por todo tipo de coreografías, desde individuales y grupales hasta simétricas y distributivas. Estas también brillan por el increíble trabajo de Verónica de la Canal y Alejandro Robotti al frente del diseño de vestuario y Jorge Sédano en maquillaje y peinados. A lo largo de las dos horas y media de duración hay más de un centenar de cambios de piezas de vestuario y más de 100 pares de zapatos de modelos y diseños diferentes. Hablar de color es hablar de iluminación y Valerio Tiberi, al frente de este cometido, realiza un trabajo exquisito. Destacaría los juegos de luces, la explosión de colores y la buena implementación de la luz cenital.

El diseño de escenográfica recae en Jorge Ferrari, uno de los mejores profesionales en este ámbito con más de veinticinco premios y cuarenta nominaciones a lo largo de su trayectoria. En esta ocasión, sobresale su inteligencia en el buen aprovechamiento del espacio escénico con juegos de alturas, estructuras móviles que permiten las transiciones limpias del reparto y la sensacional ambientación de los lugares donde transcurre la representación, en especial la fábrica. En definitiva, una conjunción de elementos integrada de forma magistral y el mejor tributo a un clásico muy actual.

En Kinky boots asistirán a un extraordinario musical alocado, gamberro y sensual con una exquisita e inteligente dirección, una imponente puesta en escena, un emotivo y profundo mensaje y un sensacional y profesional reparto preparado para ponerse las botas

 

Libreto: Harvey Fierstein

Música y letras: Cyndi Lauper

Dirección general: Ricky Pashkaus

Adaptación: Silvia Montesinos

Diseño de escenografía: Jorfe Ferrari

Diseño de sonido Poti Martin

Diseño de maquillaje y peinados: Jose Sédano

Director residente: Víctor Conde

Diseño de coreografía: Gillan Bruce 

Dirección y supervisión musical: Julio Awad

Reparto: Tiago Barbosa, Daniel Diges, Angy Fernández, Alberto Sánchez, Daniel Huarte, Marc Flyn, Nil Carbonell, María José Capel, Malia Conde, Kristina Alonso Roc Bernadí, Jimena González, Diego Rodríguez y Mariano Botindari Lucía Ambrossini, Clara Lanzini, Javier Ariano y Javier Santos y los ángeles los interpretarán Álvaro Cuenca, Danel Nogales, Jose Gabriel Atienza, José Montero, Sergi Terns y Jordi Díaz.

 

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