Partiendo de la ya mencionada capacidad de la música para atraer nuestros recuerdos podemos entender estos dos espectáculos musicales (La gran noche de eurovisión y La gran noche de los musicales) diferentes en contenido pero muy similares en su forma. Cada noche, el maestro de ceremonias introduce cada pieza musical para situar al espectador históricamente, y hacerle partícipe del show a través de concursos y muchas sorpresas más. Una dinámica, con formato televisivo, que incita y genera un debate interesante y atrayente entre los intérpretes, mezclando opiniones y aportaciones personales. Un show inmersivo para todas las edades ideal para acudir en familia, grupos de amigos o sin más acompañante que la siempre omnipresente orquesta en directo, formada por sensacionales músicos encargados de ejecutar todas las piezas con precisión y exquisitez.
La primera virtud de ambos espectáculos, impresos con el sello de la prestigiosa productora Beon Enterteiment, es contar con un hilo conductor reconocible, que hace que las canciones no se sucedan sin orden ni concierto, sino que tengan un sentido dentro de ese todo teatral. Los encargados de ejecutarlos son reconocidos actores, cantantes e intérpretes con amplio bagaje en teatro, cine y televisión y ligados a la música desde sus inicios como Paco Arrojo, Alberto Vázquez, Sergi Albert, Julio Morales, Maia Contreras, Gema Bastante, Jordi Gràcia, Beatriz de Teresa, Daniel Galán, Irene Barrios, Paula Arévalo, Virginia Esteban, Fran León, Berta Luna, Guillermo Pareja, Juan Francisco Tobos y Ramses Vollbrecht. Todos ellos nos regalan solos emocionantes, dúos sensacionales y coros irrepetibles con muchas sorpresas musicales. Además, muchas de las canciones van acompañadas de simples pero vistosas coreografías con un inteligente aprovechamiento del espacio escénico y un perfecto diseño de vestuario y caracterización.
En el festival eurovisivo se pone el foco en la importancia de la imagen, de la puesta en escena y de las categorías musicales, con prevalencia de las baladas. Además, como todo el mundo sabe, no solo hablamos de un certamen musical, sino de todo un acontecimiento social de masas, liderados por los eurofanes: hombres y mujeres fieles seguidores del Festival de la Canción de Eurovisión y todo lo relacionado con él, que hasta han conseguido ser aceptados como término en la RAE. Pero, como ya he indicado, no todo es música. Este espectáculo también va de alianzas geopolíticas e incluso toca los derechos humanos, con letras y cantantes en pro de la diversidad, igualdad y libertad. Volviendo a la música, ¿Quién no recuerda temas legendarios como Euforia (Loreen), Waterloo (ABBA) o Volare (Domenico Modugno)? Y, por descontando, exitazos españoles desde los más castizos como Gwendolyne de nuestro Julio Iglesias, La, la, la (Massiel), Eres Tú (Mocedades) o Yo soy aquel (Raphael), hasta las propuestas más recientes de la mano de Pastora Soler con Quédate Conmigo, Edurne con Amanecer o el hit de Chanel, SloMo. Himnos musicales de todos los tiempos y géneros, ideales para cantar, bailar y desmelenarse.
Los espectáculos musicales son el género teatral más grandilocuente al contar con la fusión de libreto, canciones, música y coreografías. Cuatro bastiones incuestionables e interdependientes donde el todo es más que la suma de sus partes. Con buen criterio, los intérpretes conversan sobre la trascendencia de la temática de estas producciones como la política, la religión, los acontecimientos sociales o el amor en todas sus dimensiones. Los sueños y el deseo de alcanzarlos son otro de los deseos de los protagonistas y, qué casualidad, o no, también lo son para sus intérpretes; actores y actrices curtidos y preparados en el género musical deseosos de tener un papel y poder subirse nuevamente a un escenario. Dejando a un lado lo temático, resulta casi imposible quedarse con una canción o seleccionar un musical en concreto, pero, como reza el lema del espectáculo, ¿Por qué elegir uno cuándo podemos tenerlos todos? Los espectadores disfrutarán de temas de míticas producciones como Sonrisas y Lágrimas, Los Miserables, The Black Crook, West Side Story, La Bella y la Bestia o New York, New York.
Otro aspecto positivo, que lo convierte también en inclusivo, es la interpretación en español de todas las canciones. Esto ayuda a públicos de todas las edades a entender y seguir con mayor facilidad el significado de las letras, aunque algunas de ellas las hubiera mantenido en el idioma original. En definitiva, toda una fiesta musical y una cita indispensable para los amantes de este género.
Dos veladas musicales imprescindibles para disfrutar de las canciones de Eurovisión y de los musicales más icónicos de la mano de actores y cantantes de reconocido prestigio en La gran noche de la música