La novela del escritor Michael Ende, publicada por primera vez en alemán en 1979 con posteriores adaptaciones cinematográficas, fue un éxito y tanto su trama, como sus personajes, son todo un hito de la literatura heredada hasta nuestros días. El narrador alemán nos cuenta la historia de Bastian, un niño amante de la lectura quien descubre en la librería del señor Koreander un libro que le llama poderosamente la atención: La historia interminable. Sin dudarlo, comienza a devorar sus hojas y descubre que La Nada está haciendo desaparecer sus paisajes y criaturas mágicas. Para evitarlo, la Emperatriz Infantil envía al joven guerrero, Atreyu, para buscar una solución y conseguir la cura a su enfermedad terminal. Con el paso de los capítulos, Bastian se da cuenta de que él también será protagonista de esta historia y le será encomendada una misión para salvar Fantasía y, sin saberlo, salvarse así mismo.
Un escalón teatral, musical y artístico nunca antes visto en escena
La expectación por el género musical ha derivado en un amplio repertorio en la actual cartelera teatral con producciones de renombre reviviendo una nueva edad de oro. En este contexto, la especialización, el ingenio y el factor diferencial son necesarios para destacar y hacer que el espectador viva una experiencia única, como la brindada por Dario Regattieri, productor ejecutivo de beon. Entertainment, que pone en valor “la apuesta decidida por musicales propios creados por talento español”. Su nombre recuerda a otras producciones de enorme éxito como El Médico el musical o El tiempo entre costuras, aclamadas por la crítica y el público y, sin intención de realizar comparaciones, esta producción se encuentra al mismo o mayor nivel de excelencia; de hecho, La historia interminable es un escalón teatral, musical y artístico más nunca antes visto en escena.
Trasponer un libro al teatro no es trabajo sencillo y menos aún adaptarlo al género musical, pero no hay tarea imposible para Félix Amador, reconocido novelista, poeta y dramaturgo. Este nombre propio en la creación de libretos teatrales realiza una ardua investigación y lectura; y de las 400 hojas del libro, es capaz de crear un libreto, bello en forma y profundo en contenido, fiel a la historia original y actualizar su mensaje. Amador nos devuelve al mundo de Fantasía que conquistó los corazones de muchos en los años 80, rescatando a sus personajes característicos con sus idiosincrasias, simplificando la trama sin perder acción y dejando también lugar para la imaginación. El novelista extrae la filosofía del texto y es capaz de plasmar el proceso de la búsqueda de la realidad desde el interior de nosotros mismos, que es donde reside la imaginación. A su vez, potencia valores como la amistad, la honradez, la lucha contra las injusticas y el poder ser uno mismo. Para ello, reproduce con exactitud, realismo y brillantez los dos mundos mezclándolos entre sí ante la mirada atenta del espectador.
Un hilo conductor reconocible con una dirección que conjuga técnica, fortaleza escénica y belleza estilística
La dirección recae en Federico Barrios Fierro, con solventes trabajos anteriores como West Side Story, Cabaret o Nine, cuyo trabajo es de matrícula de honor. Desde mi óptica, la principal dificultad, resuelta con acierto, es encontrar un hilo conductor reconocible y con sentido entre los dos mundos (el real y el imaginario) respetando, por otra parte, los marcos conceptuales de cada uno y sus tempos. Dicho de otro modo, con su dirección une el fondo y la forma (el cómo y el qué) y transforma en palpable las analogías y metáforas del libreto, consiguiendo, por ejemplo, diálogos entre seres sobrenaturales como el Come roca y el guerrero, o Fújur y este último.
El director también juega con los espacios y las dimensiones con una sensacional puesta en escena y un aprovechamiento exquisito del escenario, invadiendo incluso el patio de butacas y permitiendo, a su vez, entradas y salidas desde prácticamente cualquier ángulo. Destacaría por su complejidad y vistosidad el momento en el que miembros del reparto son absorbidos literalmente desapareciendo en escena y, por supuesto, las mágicas apariciones del protagonista infantil volando sobre un dragón blanco. Barrios Fierro conjuga técnica, fortaleza escénica y belleza estilística; siendo esta última quizá la más importante. Resulta la llave para que el respetable imagine, sueñe, consiga emocionarse, ilusionarse, ser un protagonista más de la historia y, en definitiva, sienta la magia y sus efectos, dirigidos por el ilusionista y maestro escapista Alfred Cobami.
Un sensacional reparto con un altísimo nivel vocal e interpretativo
Los encargados de dar vida a criaturas reales e imaginarias son un sensacional reparto de altísimo nivel vocal, gracias al trabajo de María José Santos, y actoral con treinta y cuatro artistas en escena, uno de los mayores elencos del teatro musical actual. Los ojos de los espectadores no se despegan del introvertido y joven Bastian, el primer protagonista del relato. En el pase que visioné fue representado por Noelia Rincón, pero me consta que sus cinco compañeras lo defienden igual de bien. De su actuación destacaría su marcada gestualidad facial exhalando emoción, incredulidad y fascinación. A nivel bocal, deja atónitos a los presentes por sus alucinantes agudos sin titubeo alguno, regalándonos increíbles solos. En el universo de Fantasía, a Atreyu –el guerrero más valiente y audaz de su tribu– le dan vida Marcos Sarnago en alternancia con sus cuatros compañeros, todos con trabajos anteriores en espectáculos musicales, a pesar de su corta edad. Me fascinó la fuerza, energía y viveza del joven actor al igual que su expresividad bárbara. Uno de sus mejores momentos es el dúo con su alter ego, cosechando los aplausos del público.
Una de las criaturas mágicas más famosa de esta historia es Fújur, un dragón blanco de la suerte, que a pesar de su colosal tamaño, es ligero como una nube. Su aparición es escena es impactante y lo es más aún cuando entra en acción. El encargado de doblarlo es Josean Moreno, un nombre propio de los grandes musicales, quien aporta con su voz misterio y profundidad. También es el encargado de dar vida a un peculiar dueño de librería, Karl Konrad Koreander, y un escriba visionario. Moreno vuelve a demostrar su carácter polifacético como actor y cantante y su sello personal tiñendo de intriga sus papeles y la obra en su conjunto. Otros seres fantásticos son Gmork –el hombre lobo interpretado por Álex Forriols, quien se marca un solo espectacular– Ygrámul El Múltiple –interpretado por Nil Carbonell ejecutando un número de claqué sensacional– o la pareja de gnomos Enguivuck y Urgl que aportan comicidad a la representación.
Tres mujeres esenciales en la representación son la madre del pequeño Bastian, la emperatriz infantil y Xayide. Las dos primeras son interpretadas por la actriz zaragozana curtida en musicales, Teresa Abarca. Con su actuación aporta luz, sosiego y paz, tanto a su personaje, como a la trama de la obra; y con su chorro de voz, delicada y aguda, deja boquiabierto a los presentes. Ocurre de forma similar con la bruja de la fantasía, a quien da vida Teresa Ferrer. La actriz y cantante de portentosa voz desborda fortaleza y garra, mimetizándose con gestos de villana sin caer en clichés, estando más que a la altura de ser la antagonista de Fantasía. Los números de ambas actrices pueden estar entre los mejores del teatro musical actual.
Una banda sonora de ensueño con música electrónica, melodías y ritmos contemporáneos
La música, como no puede ser de otro modo, es otro de los ejes de La historia interminable. Al frente de este cometido está el prestigioso compositor Iván Macías, quien se enfrenta a un reto similar al del libretista, crear de cero la banda sonora de 16 canciones. Este maestro y uno de los mejores músicos de su generación vuelve a demostrar, como ya lo hizo con El médico el musical, su ingenio, inteligencia y arduo trabajo de investigación. A nivel técnico, ha remasterizado los sintetizadores originales de la película dotándolos de nuevos sonidos con el fin de rememorar los años 80, pero con una visión moderna, fusionando lo cinematográfico con lo teatral. Con buen criterio, a diferencia de otros trabajos más clásicos, incorpora música electrónica, melodías, ritmos contemporáneos y hasta toques flamencos. Sin embargo, como también ocurría con la dirección, Macías logra su mayor propósito: facilitar con su música el viaje de espectador al mundo de Fantasía “y a lo más profundo de su alma”. El mejor ejemplo puede ser The NeverEnding Story todo un himno, que gracias a la orquesta formada por nueve músicos nos hará soñar. En definitiva, todo una obra de arte musical.
Complejas y vistosas coreografías envueltas en una escenografía y técnicas nunca antes vistas en teatro musical
La grandeza de un musical puede medirse por el número de actuaciones conjuntas, y siguiendo esta fórmula, estamos ante uno grandioso, donde todas son sensacionales. Parte del mérito recae, de nuevo, en Federico Barrios Fierro como coreógrafo. Su trabajo vuelve a ser sensacional y nos regala complejas y vistosas coreografías, siendo las más espectaculares las grupales y distributivas. Algunos ejemplos son la sensacional obertura, la milimétrica precisión en el número de claqué o las numerosas apariciones de seres fantásticos. Para hacerlas todavía más realistas, cabe destacar el diseño de vestuario, por Antonio Belart, con 150 trajes y 93 pelucas de pelo natural; y el de caracterización y peluquería, por Aarón Domínguez, diseñados con el fin de trasladar al espectador del mundo real al imaginario.
Por primera vez en la historia se ha empleado la animatrónica (técnica por la cual mediante el uso de mecanismos robóticos o electrónicos, simula el aspecto y comportamiento de los seres vivos empleando marionetas u otros muñecos mecánicos) una decidida y arriesgada apuesta, diseñada por la empresa de efectos especiales KreatFX, para dar vida a las criaturas de esta historia. Puedo corroborar que se hace difícil distinguir si algunas especies son o no de verdad. Esta novedad, se complementa con la fastuosa escenografía diseñada por el maestro Ricardo S. Cuerda. Sus últimos trabajos, como Matilda el musical, han sido sobresalientes, aunque en este consigue superarse aún más, al integrar entre el decorado a especies fantásticas, sin saber dónde empieza y acaba. Como nos tiene acostumbrados, la escenografía cuenta con plataformas elevadoras, decorados móviles y varias sorpresas que no desvelaré. Mención especial también para el exquisito trabajo de técnica, Pablo Santos, sonido, Alejandro Martín, luces, Jesús Díaz, e iluminación, Felipe Ramos, pues consiguen hacer real el Reino imaginario de Fantasía.
Una obra de arte musical con fidelidad al texto original, inteligente y mágica dirección, canciones fantásticas, coreografías electrizantes, reparto de altura, y efectos especiales para vivir La historia interminable
Autor: Michael Ende
Adaptador: Félix Amador
Coreografía y dirección: Federico Barrios
Música: Iván Macías
Producción ejecutiva: Darío Regattieri
Reparto infantil: Martina Hernández, Noelia Rincón, Alicia Scutelnicu, Karina Scultenicu, Rocío Barroso, Claudia de Paz, Marcos Sarnago, David Sarnago, Miguel Sánchez y Alonso Vaquero
Reparto adulto: Teresa Abarca, Alba Cuartero Koreander, Joseán Moreno, Teresa Ferrer, Alex Forriols, Gerard Mínguez, Pablo Badillo, Nil Carbonell, Ernesto Pigueiras, Ricardo Soler,
Ernesto Santos, Kristina Alonso, Sheila Paz, Rocío Martín, Ruth Ge, Tamara Suárez, José Guelez, Briel González, Zoe Buccolini, Elena González, Noelia Marlo, Marta Castro y Alex Abad
Dirección técnica: Pablo Santos
Dirección vocal: María José Santos
Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda
Diseño de vestuario: Antonio Belart
Responsable de vestuario: Marietta Calderón
Responsable de caracterización – Aaron Domínguez