Como tampoco defraudó la protagonista del cartel, Belen Rueda. La noche del miércoles fue la primera vez que la actriz madrileña visitaba el certamen extremeño, uno de los más importantes de la región y del país. Pocas son las actrices que pueden conjugar diferentes artes. Ella lo consiguió. Rueda fue escultura, pintura, danza, teatro, y ofreció al público de Mérida una soberbia interpretación del mito de Penélope. Al trabajo actoral unió su impecable movimiento en escena creado por María Mesas. Sus manos y pies nada tuvieron que envidiar bailarinas profesionales, y más cuando no es su campo, pero quizá por sus venas corra la danza que su madre enseñaba como maestra de ballet. Ya era tiempo de belleza, y Belén Rueda lo consiguió al abrazar las frías columnas del espacio romano.
Su interpretación estuvo apoyada, en todo momento, por un reparto de lujo, compuesto por María Galiana, que interpretó a Euriclea, la nodriza de Telémaco. Lejos de las interpretaciones contenidas a las que nos tiene acostumbrados Galiana, en el Teatro Romano de Mérida sacó el temperamento de una mujer mayor, que, junto a Penélope, intentan hacer oír su voz en una sociedad dominada exclusivamente por los hombres. En su caso, es la segunda vez que pisaba las piedras emeritenses, pero desde el primer momento llenó ella sola, y por completo, el amplio escenario del teatro romano. La fuerte ovación del final la convirtió en una de las grandes protagonistas de la noche. Otro de los pilares de la función es el de Ulises, interpretado por un gran actor extremeño, Jesús Noguero. La fuerza apabullante que Noguero muestra en escena eleva el clímax de la obra a muy altos niveles, empleando para ello, un timbre de voz potente, que no muchos actores hoy día tienen. La belleza masculina vino de la mano de Maxi Iglesias, que interpretó a un Telémaco enérgico, lleno de vida, con el atrevimiento que la juventud le imprime al personaje.
El elenco fue completado por Muriel Sánchez, que interpretó a Nausícaa, cuya participación musical hizo las delicias del público. Su personaje es el que salva a Ulises en el naufragio, cuya puesta en escena vuelve a mostrar la belleza de la música, la iluminación y los efectos al servicio de la escena. Remando a favor de obra Pedro Almagro, que interpreta a Antínoo, y por último, la fuerza de un coro de fuertes actores extremeños, capitaneados por Antonio Sansano, Alberto Gómez Taboada y Alfredo Noval.
Dentro del equipo artístico, además del nombre de María Mesas, como apuntábamos anteriormente, figuran Curt Allen y Leticia Gañán al frente del diseño de escenografía; Yaiza Pinillos firma el vestuario, mientras que el diseño de luces corresponde a José Manuel Guerra, y la bella composición musical a David San José Cuesta. Todo ello, agitado en la coctelera de la gran Magüi Mira, quien, una vez más, ha sorprendido, para muy bien, tanto por la dirección como por la autoría de Penélope.
Intensa ovación del público al término de una función en la que sorprende un coro formado por los hombres que representan a la nobleza que ningunea a Penélope, a quien no reconocen como su reina, de quien se burlan e incluso mandan callar sin piedad, y a la que solo aspiran a tomar entre sus brazos como puerta de acceso al poder ante la ausencia de su esposo Ulises, que partió un día hacia la guerra de Troya y que pasados 20 años nadie sabe donde está.
Este es el mito que está en el imaginario colectivo, el de la fiel esposa que aguarda la llegada de su rey durante dos largas décadas. Pero la versión de Magüi Mira de la Odisea de Homero logra un personaje que reivindica el papel de lo femenino en un mundo claramente dominado por los hombres.
Una versión que es un «cuento cruel», igual que el de las víctimas de la violencia machista, en el que Penélope se sale del guión marcado para las mujeres y decide coger las riendas de su propio destino.
En declaraciones a los medios de comunicación tras la función, Belén Rueda ha reconocido que todo lo que le habían transmitido sus compañeros de profesión sobre lo que supone actuar en Mérida se ha quedado «corto». La actriz ha destacado muy positivamente que un evento como este festival de teatro haya salido adelante en un año «muy complicado».
En esta línea se ha manifestado María Galiana, al destacar la «valentía» de quienes han decidido poner en marcha esta edición, con menos obras de lo habitual y con todas las medidas impuestas por la pandemia, incluida la reducción de aforo, que han tenido a los responsables del festival «con el agua al cuello».
La directora del espectáculo ha dedicado el aplauso del público a los actores que han sido «capaces de dar vida» al texto de un papel en una noche llena de «emoción».