El estreno de «Ópera & Zarzuela Dreams» en el Teatro Amaya ha marcado un antes y un después en la fusión de dos de los géneros más icónicos y queridos del repertorio musical: la ópera y la zarzuela. Este espectáculo no solo rinde homenaje a las grandes obras que han definido estas formas artísticas, también las reimagina en un contexto moderno, donde la tradición se encuentra con la innovación. Bajo la dirección visionaria de Álvaro Sáenz de Heredia, el espectáculo se convierte en un viaje sensorial donde lo clásico se entrelaza con la tecnología más avanzada.
La obra nace como una tertulia relajada entre un grupo de destacados cantantes líricos, entre ellos Andrés del Pino, Camila Rivero, Eduvigis Monagas, Juan Carlos Barona, Andrés Sánchez y Bernardino Atienza. Estos artistas, todos con una sólida trayectoria en el mundo de la lírica, se sumergen en un diálogo íntimo sobre sus arias y escenas favoritas. A medida que las conversaciones avanzan, estas cobran vida en el escenario, transportando al público a través de un recorrido por las obras más emblemáticas de la ópera y la zarzuela.
La selección musical de Fernando Villar es ambiciosa y variada, incluyendo 20 piezas representativas de lo mejor de ambos géneros. Antes de cada interpretación, los actores se toman un momento para glosar y explicar la importancia histórica, cultural y emocional de cada pieza. Este enfoque enriquece la experiencia del espectador y ofrece una valiosa guía para quienes se adentran por primera vez en el mundo de la ópera y la zarzuela. La selección incluye arias tan emblemáticas como el «Brindis» de La Traviata y «Va, Pensiero» de Nabucco, que no solo destacan por su belleza melódica, sino por su relevancia dentro del repertorio operístico. Los actores contextualizan estas obras, explicando cómo Verdi, a través de su música, logró capturar el espíritu de una época y el anhelo de libertad de un pueblo. De igual modo, en la zarzuela, piezas como «Por la Calle de Alcalá» de Los Nardos y «No Puede Ser» de La Tabernera del Puerto son presentadas con un cariño especial, detallando su conexión con la vida cotidiana y la cultura popular española. Esta atención al detalle convierte cada acto en una lección viva de historia musical, donde cada aria se aprecia no solo por su virtuosismo técnico, sino también por su profunda resonancia cultural.
Los cantantes son los auténticos pilares del espectáculo, llevando a cabo una labor sobresaliente al elevar cada número a un nivel excepcional. Dicho elenco no solo domina la técnica vocal, también entiende profundamente el significado emocional de cada pieza. Cada uno de estos artistas aporta una interpretación cargada de matices y profundidad, transformando las romanzas en experiencias únicas. Su capacidad para adaptarse a las demandas técnicas y expresivas de cada género es impresionante. En arias como «Un Bel Di» de Madama Butterfly, la soprano logra transmitir la desesperación y esperanza del personaje, mientras en «La Habanera» de Carmen, la mezzo-soprano canaliza la seducción y rebeldía que han hecho de esta pieza un icono.
El elenco no solo brilla en lo individual, también demuestra una notable cohesión en los números conjuntos. Mención especial para las coreografías de Javier Castillo (Poty). Conocido por su talento innovador y su capacidad para fusionar estilos, aporta una visión fresca y dinámica que eleva cada número. Sus coreografías proyectan la narrativa de las canciones e integran de manera fluida los movimientos del ballet con los elementos operísticos y zarzuelísticos, creando un flujo visual para mantener al espectador cautivado. Las transiciones entre ambos géneros se realizan con suma naturalidad; mérito conjunto tanto de la dirección como del talento de los cantantes. En piezas corales como «Va, Pensiero» de Nabucco o «Funiculì, Funiculà» de Luigi Denza, los cantantes logran un equilibrio perfecto entre potencia y sutileza, capturando la esencia colectiva que caracteriza a estos números.
Uno de los aspectos más destacados de esta obra es la fusión de cine y teatro, un elemento que, aunque a menudo se utiliza como recurso, rara vez se convierte en el núcleo de una producción. En «Ópera & Zarzuela Dreams», esta integración se convierte en el eje central del espectáculo. Mediante la técnica estereoscópica, se crea un escenario tridimensional donde la proyección cinematográfica y la escenografía física se entrelazan de manera fluida. La pantalla gigante de 11 metros por 4 metros no solo sirve como un lienzo para decorados y efectos visuales, sino que se amalgama con los elementos reales del escenario, proporcionando una experiencia sensorial sin precedentes. Esta innovadora fusión permite a los espectadores sumergirse en un universo visualmente rico y dinámico, ampliando la capacidad de conectar emocionalmente con la narrativa y la música.
Dicha técnica destaca por reducir los costos de producción, permitiendo una mayor accesibilidad para el público. Al utilizar proyecciones en lugar de construir elaborados decorados físicos para cada escena, el espectáculo puede mantener altos niveles de calidad visual sin los gastos asociados con cambios escenográficos complejos. La técnica estereoscópica también permite una interacción dinámica entre los actores y los elementos visuales. En escenas como el «Brindis» de La Traviata, la proyección se utiliza para crear un ambiente festivo expandido con la participación de los coros y los ballets, enriqueciendo la narrativa con una profundidad que complementa la actuación en vivo. Los efectos visuales, además de como un telón de fondo, interactúan con la acción en el escenario, haciendo de cada momento un instante visualmente estimulante y narrativamente potente. Por último, el vestuario diseñado por Verónica Chiong es una obra de arte en sí mismo, complementando y realzando la experiencia visual del espectáculo. Chiong ha creado trajes deslumbrantes para capturar la esencia y el contexto histórico de cada pieza, desde la elegancia de las óperas clásicas hasta el vibrante colorido de las zarzuelas.
«Ópera & Zarzuela Dreams» va más allá de un simple concierto, es una celebración de la música y el arte escénico en su forma más pura y emocionante. La combinación de todos los elementos mencionados y una puesta en escena minuciosamente cuidada convierte cada pieza en un pequeño universo onírico en sí mismo. La dirección de Álvaro Sáenz de Heredia, con su enfoque en la innovación y el respeto por la tradición, es fundamental para el éxito de este ambicioso proyecto. Dicho de otro modo, esta propuesta no solo honra el legado de la ópera y la zarzuela, sino lo reinventa para una nueva generación de espectadores. Es un espectáculo que cualquier amante de la música y del teatro no se lo puede perder.
Dirección: Álvaro Sáenz de Heredia
Dirección artística: Álvaro Sáenz de Heredia
Dirección musical: Fernando Villar Provocador Producciones
Reparto: Juan Carlos Barona (barítono), Camila Rivero (soprano), Eduvigis Monagas (soprano), Andrés Sánchez (tenor), Bernardino Atienza (tenor), Andrés del Pino (barítono), Fernando Martín (bailarín), Javier Churiaque (bailarín), Eva Hernández (bailarina), Verónica Nieva (bailarina)
Escenografía: Álvaro Sáenz de Heredia
Vestuario; Verónica Chiong
Coreografía: Poty David Zincaló
Compañía: Producciones ASH FILMS