Sábado, 23 de julio de 2022. Día 24 La del sábado fue una etapa de montaña de las de antes, de las largas. Vamos a dejar la mañana, que fue ocupada pero no teatral. Con la fresca, a eso de las siete, fui al Teatro de sus mercedes. La obra, El perro del hortelano, está muy rodada. He decidido hacer la broma cuanto antes para quitármela de en medio y centrarme en lo bien que conocen su papel Maribel Díaz, Miguel Barba y Amparo Segovia, que fue el elenco que nos correspondió. Este teatro de proximidad es arriesgado, porque los defectos se ven muy de cerca, pero aquí lo que destaca es la naturalidad y la flexibilidad. Nos tocó un bodorrio en el Parador, con coche de caballos y militares, lo que ralentizó la obra, pero no se notó en ningún momento porque los tres se adaptaron a lo que estaba pasando. Cuando terminó, además de felicitarles, porque se lo merecen, estuvimos chinchorreando un poco sobre quiénes serían los que se casaban...