Tras su paso por Barcelona, con un éxito en taquilla, ahora nos toca a nosotros introducirnos en el fascinante y tumultuoso mundo de Broadway, donde Max Bialystock (Armando Pita), un veterano productor al borde de la bancarrota, y Leo Bloom (Ricky Mata), su astuto contable, traman un plan audaz para enriquecerse. La premisa gira en torno a la producción de un desastroso musical con la intención de que sea un rotundo fracaso y, así, desaparecer con el dinero de los inversores. Para llevar a cabo esta hilarante idea, los protagonistas deben sumergirse en la búsqueda del peor guion imaginable, reclutar al director más excéntrico (Àngel Llàcer) y a los actores menos dotados. La trama se convierte en una comedia de enredos y situaciones delirantes mientras Max y Leo se enfrentan a los desafíos de hacer todo mal a propósito. ¿Lograrán su objetivo de producir el mayor fracaso de la historia del teatro musical o, contra todo pronóstico, encontrarán el éxito en medio del caos?
Un libreto ingenioso y excéntrico traspuesto al español con un toque castizo, sin perder el humor irreverente de Brooks
Esta producción –creada por el genio del humor, Mel Brooks– se erige como una joya teatral que conquista por su deslumbrante puesta en escena y además viene respaldada por una impresionante lista de galardones, hasta convertirse en el musical más premiado de la historia. No es simplemente un espectáculo, sino una obra maestra reconocida internacionalmente. El libretista , a sus 97 años, demuestra una vez más por qué es considerado una figura influyente en la comedia norteamericana, ganando un Oscar por Mejor Guion Original en 1969 y un Grammy en el 2002 como Mejor Álbum de Musicales. Su genialidad se manifiesta en cada línea del libreto, al crear un tapiz artístico donde, junto a Thomas Meehan, el humor irreverente y la astucia narrativa se entrelazan para ofrecer una experiencia única e inolvidable.
Lo que hace que este libreto sea excepcional es su habilidad para explorar temas audaces, como la naturaleza efímera del éxito en la industria del entretenimiento, la creatividad y las excentricidades de Broadway, mientras mantiene una comedia inteligente y atemporal, dejando una huella duradera en la historia del teatro musical. Este impacto se ve magnificado por el trabajo excepcional de Marc Gómez en la traducción y adaptación. Su labor meticulosa ha sido fundamental para trasponer el inconfundible humor de Brooks al español y extraer con maestría toda la esencia de la obra original. Gómez ha logrado, con habilidad única, inyectar un toque castizo; cada palabra, giro y juego semántico, salvo la canción “Hazlo gay”, ha sido cuidadosamente adaptada, para asegurar que el público experimente la misma hilaridad y brillantez que caracteriza el libreto.
Adaptaciones magistrales, convirtiendo la música en el latido esencial del espectáculo
La dirección musical es llevada a cabo con genialidad por el dúo creativo compuesto por Manu Guix y Gerard Alonso. Desde la primera nota, la música no solo cumple su papel de acompañamiento, sino que se convierte en el latido esencial de la producción. Guix, con su aguda habilidad para adaptar los temas, y Alonso, en la dirección musical, logran una partitura que trasciende lo convencional, enfatizan la calidad y adaptabilidad de la música y consiguen respetar la sensibilidad actual sin perder la esencia original. De todos los números podemos destacar algunos icónicos como «Ser productor es mi sueño», donde desata la energía y la ambición de los personajes, la deslumbrante interpretación de «Hazlo gay», para elevar la extravagancia, el glamur de «Antes era el rey», donde destila el sueño desbordante de éxito en Broadway, o «Flores a Hitler», una sátira magistral que ilustra la absurda producción que los personajes intentan llevar a cabo. En definitiva, las adaptaciones magistrales y las ejecuciones en directo por parte de la orquesta se convierten en el pulso vital de esta experiencia musical.
La dirección guía al público a través de la comedia, la grandiosidad y la creatividad desbordante de la industria del entretenimiento con complejas y espectaculares coreografías
La dirección artística merece un reconocimiento destacado por su contribución esencial a la magia teatral. Bajo la dirección de Àngel Llàcer y Enric Cambray, la puesta en escena alcanza cotas verdaderamente memorables; no solo es un telón de fondo, sino un protagonista que guía al espectador a través de un viaje fascinante por los matices de la comedia, la grandiosidad y la creatividad desbordante de la industria del entretenimiento. Su dirección, no solo se limita a la estética visual, también se extiende al ritmo y la fluidez de la narrativa, creando una experiencia teatral en la que cada detalle está cuidadosamente hilado, en medio de un aparente caos.
Como es habitual en las producciones de Nostromo Live, la afamada productora responsable de éxitos como «La Jaula de las Locas», «La tienda de los horrores» o «Cantando bajo la lluvia», las coreografías no se limitan a ser un mero complemento de la acción; más bien, constituyen el latido mismo del espectáculo. La talentosa Miryam Benedited nos deleita con coreografías que van más allá de lo convencional, deslumbrándonos con su complejidad, vistosidad y espectacularidad, aportando un toque de autenticidad y energía característicos de los grandes musicales, como el del claqué, supervisado por María Bossy. Desde números enérgicos hasta piezas más elegantes, demuestra su versatilidad al adaptar su arte a los diferentes momentos y estilos presentes en la trama.
El reparto crea una experiencia teatral que destaca por su profesionalidad y compromiso excepcional con la excelencia escénica
La calidad artística y vocal del elenco es otro de los incentivos para acudir a este espectáculo. La trama sitúa como protagonista a Armando Pita, en el rol principal de Max Bialystock, quien se erige como el epicentro de la decadencia y la genialidad teatral. Este actor curtido en musicales ofrece una actuación entre la desesperación y la astucia con una maestría que cautiva al público. Su interpretación magistral no solo captura la caricatura del productor de Broadway al borde del abismo financiero, sino que también logra infundir el carácter cómico y carismático que define a este personaje icónico. Podemos destacar algunos momentos musicales como “Antes era el rey” o “Preso de amor”, como la mejor compilación de los momentos estrella de la representación. Ricky Mata, en el papel de Leo Bloom, aporta una frescura encantadora al escenario. Su habilidad para transitar desde la ingenuidad inicial hasta la ambición desenfrenada es digna de elogio. Mata consigue hacer reír y conmover al espectador, construyendo un personaje que evoluciona de manera cautivadora a lo largo de la trama, desde momentos como “Se productor es mi sueño” hasta “La vi”. Su química con Pita contribuye significativamente a la dinámica humorística y emocional de la obra, como puede apreciarse en números como “Es posible” o “Qué hemos hecho bien”.
Además de deslumbrar en su papel como director escénico, Àngel Llàcer imprime su impronta única al personaje del director dentro de la obra. Deslumbra en el escenario con una presencia que destila glamur y un dominio magistral de cada centímetro de la escena, moviéndose con gracia y seguridad y demostrando una habilidad innata para mantener la atención del público. Llàcer hace gala de su versatilidad, al alternar entre roles con una interpretación histriónica y apasionada, y añade un toque de extravagancia que enriquece la comedia, como al encarnar al mismísimo Hitler; consolidándose como un pilar fundamental de la producción tanto delante como detrás del telón.
Mireia Portas, en su fascinante interpretación del papel de la secretaria y aspirante a actriz, destaca por brindar una actuación que rebosa de gracia y ternura. Su presencia en el escenario se convierte en un faro de diversión y vuelve a demostrar su innata vis cómica, enriqueciendo la trama con momentos hilarantes que despiertan risas en la audiencia. La interacción dinámica entre Portas y los demás miembros del elenco es otro revulsivo que agrega capas de diversión y profundidad a la representación. El resto del reparto, conformado por 24 actores y bailarines, muestra una cohesión admirable en cada escena. La química entre ellos se traduce en una experiencia dinámica y llena de vitalidad y aporta una pieza única al rompecabezas teatral, creando un conjunto que destaca por su talento y dedicación. Mención especial al equipo detrás del diseño de vestuario, liderado por Marc Udina Duran, y la destacada caracterización a cargo de Helena Fenoy. Su creatividad excepcional se refleja en cada detalle, desde el vestuario que captura la esencia de la época y los personajes, hasta la caracterización que transforma a los actores en figuras memorables y auténticas.
El diseño de escenografía, bajo la dirección de Enric Planas, destaca por su enfoque innovador y creativo. Con un juego magistral de alturas, no escatima en recursos para ofrecer una experiencia visualmente impactante. Su habilidad para crear plataformas dinámicas que se mueven con gracia ilustra de manera excepcional los diversos momentos por donde transcurre la acción, añade dinamismo a la narrativa y eleva la producción a nuevas alturas, literalmente. Albert Faura lidera el diseño de luces con maestría, desempeñando un papel esencial en la creación de atmósferas que van desde la luminosidad deslumbrante hasta momentos íntimos y cautivadores. Esta iluminación no solo resalta el escenario, sino que, metafóricamente, ilumina y da vida a cada aspecto de esta brillante puesta en escena, convirtiéndose en el faro que guía a los espectadores a través de un espectáculo teatral inolvidable.
En The Producers asistimos a un torbellino de genialidad, risas, melodías y destellos que desafía los límites del teatro musical. Un derroche de arte, creatividad y extravagancia en una comedia de arte irreverente
Dirección: Àngel Llàcer & Enric Cambray
Dirección Musical: Manu Guix & Gerard Alonso
Coreografía: Miryam Benedited
Coreografía Claqué: Miryam Benedited
Traducción y Adaptación (excepto canción “Hazlo Gay”): Marc Gómez
Reparto: Armando Pita, Ricky Mata, Àngel Llàcer, Mireia Portas, Oriol Burés, José Luis Mosquera, Bittor Fernández, Clara Lanzani y Alexandre Ars
Cuerpo de baile: Pol Roselló Adrià García Enric Marimón Raúl Maro Jordi García Guillem Gamell Empar Esteve Ana Micó Tamara Suárez Júlia Saura Paula Pérez Chema Zamora Pablo López Clara Casals Marta Manotas Marc GómezPrincipio del formulario
Director Residente y Ayudante de Dirección: João Duarte Costa
Director Musical Residente: Gerard Alonso
Diseño Escenografía: Enric Planas
Diseño Vestuario: Marc Udina Duran
Diseño Iluminación: Albert Faura
Diseño Sonido: Roc Mateu & Javier Isequilla
Diseño Caracterización: Helena Fenoy
Ayudante Coreografía y Dance Captain: Chema Zamora
Ayudante Escenografía: Víctor Peralta
Ayudante Diseño Vestuario: Carlota Ricart
Ayudante Diseño Caracterización: Alba Quintos
Ayudante Diseño Iluminación: Juli González
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