Lo más novedoso fue, tal vez, escuchar el verso de Moreto con la cadencia argentina en la boca de actores que, sin duda, conocen su oficio
La Compañía Nacional de Teatro (Clásico) de Argentina, con el insigne Santiago Doria a la cabeza, nos presentó en el Corral de Comedias a este figurón barroco, excesivo, algo tontorrón, porque cuando se conocen los defectos de alguien es fácil manipularlo. Lo hizo a la manera clásica ante un público entregado desde el primer momento, un público que fue a pasárselo bien y lo consiguió. Lo más novedoso fue, tal vez, escuchar el verso de Moreto con la cadencia argentina en la boca de actores que, sin duda, conocen su oficio y que no tuvieron problemas para ganarse a unos espectadores que entraron dispuestos a rendirse. Especialmente afortunado estuvo Pablo di Felice y su feliz (perdón) interpretación del gracioso Mosquito, verdadero motor del desarrollo de la obra junto a Beatriz, la otra criada.
A la versión de El lindo don Diego, algo afeitada, le viene muy bien la música de Gerardo Gardelín, que subraya la acción, los sentimientos y las muecas del elenco.
El público disfruto de lo lindo con el figurón, aplaudió a rabiar, se rio con ganas, se hizo fotografías en el Corral y se puso en pie con entusiasmo. Lo que no está claro es que tras las carcajadas y los aplausos, la digestión de la obra lleve a la reflexión, pero el buen rato no nos lo quita nadie.
Dirección: Santiago Doria
Iluminación: Sebastián Ochoa y Horacio Novelle
Vestuario: Maydée Arigós
Música: Gerardo Gardelín
Asistente de dirección: Jazmín Ríos
Asesor de verso: Santiago Doria
Producción: Rosalía Celentano
Reparto
Gabriel Virtuoso
Andrés D’Adamo
Mónica D’Agostino
Ana Yovino
Pablo Di Felice
Irene Almus
Francisco Pesqueira
Gastón Ares