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Yo siempre seré yo, a pesar de ti: Un espejo teatral de amor, amistad y autenticidad

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En un mundo saturado de pantallas y conexiones digitales, ¿cuándo fue la última vez que te sumergiste en una experiencia teatral que te hizo reír, reflexionar y enamorarte, todo al mismo tiempo? Si estás buscando una noche de entretenimiento auténtico, entonces el Teatro Luchana tiene la respuesta. En sus tablas, se encuentra una comedia romántica contemporánea que promete sacudir emociones y recordar la magia y el poder del teatro en vivo.

Basada en la novela homónima de Teresa López Cerdán, seguimos la vida de Karma (Teresa López Cerdán), una mujer de apariencia fuerte y segura que se encuentra al borde de los 30 años. A pesar de su trabajo insatisfactorio y de compartir piso con su mejor amigo, Roberto (Ger), Karma se siente confiada en sí misma y en su autoestima. Sin embargo, su mundo da un giro inesperado cuando conoce a Leo (Raúl Pulido) a través de una aplicación de citas. Este pretendiente desata un torbellino en su vida, cuestionando sus creencias sobre el amor y la autoaceptación. A medida que su relación con Leo se desarrolla, Karma se encuentra en un viaje de autodescubrimiento, enfrentando sus miedos y dudas mientras navega por las complejidades del enamoramiento y las relaciones humanas.

Antes de entrar a valorar la representación, la producción, con Isabel Verdú al frente, merece un reconocimiento especial por su audacia al adentrarse en un terreno poco explorado en el teatro contemporáneo español. Con frecuencia, vemos adaptaciones teatrales de novelas, pero es poco común encontrar incursiones en el género de la literatura romántica, y mucho menos de autores españoles. Este paso valiente merece ser celebrado por su originalidad y por abrir nuevas puertas en el mundo teatral. Además, la elección de presentar una comedia romántica en lugar de seguir los caminos más trillados demuestra la visión innovadora de todo el equipo.

La adaptación de una novela al teatro es un desafío en sí mismo, pero Yo siempre seré yo, a pesar de ti lo logra con maestría gracias a un libreto sólido y fiel al espíritu de la obra original de Teresa López Cerdán. Carlos Mesa, como adaptador, ha demostrado habilidad para capturar el relato y trasponerlo al escenario de manera efectiva, manteniendo la esencia y los momentos clave que hacen que la novela sea tan cautivadora. Su primer gran acierto es lograr mantener una balanza perfecta entre la comedia y el romance, sin caer en los clichés de una comedia de humor al uso ni en la sentimentalidad ñoña o pastelona. Este equilibrio es fundamental, y difícil de conseguir, para garantizar una experiencia teatral completa y satisfactoria, donde el público pueda disfrutar de momentos de risa sincera y momentos de ternura genuina sin sentir que alguno de los aspectos domina sobre el otro.

El libreto de Mesa quien, a pesar de su juventud parece llevar toda la vida entre textos, es un elemento fundamental que guía la narrativa y da vida a los personajes. Los diálogos son frescos, auténticos y llenos de humor, lo que permite al elenco brillar en sus interpretaciones. Además, la adaptación logra mantener un ritmo ágil que mantiene al público comprometido los noventa minutos de duración. La estructura de la obra, a modo de capítulos, me recuerda al formato de una webserie. Cada escena se siente como un día a día en la vida de los personajes, lo que permite una progresión natural de la historia (el proceso del enamoramiento, y su contrario o las fases de la relación) y una fácil transición entre los diferentes momentos clave.

Más allá de lo teatral, Mesa, al frente de la dramaturgia y dirección de Gordas, amplifica las reflexiones de López Cerdán sobre el amor propio y la importancia de aceptarse a uno mismo tal como es. A lo largo de la historia, los personajes enfrentan sus propias inseguridades y dudas, pero al final descubren que el verdadero amor comienza desde dentro. Este poderoso mensaje de autoaceptación y empoderamiento ofrece una invitación universal a reflexionar sobre la importancia de querernos a nosotros mismos en un mundo que a menudo nos presiona para ser algo que no somos. De igual forma, adaptador y escritora, abordan temas como la masturbación, el sexo y el disfrute sin miedo ni pudor, de una manera abierta y liberadora, rompiendo tabúes y ofreciendo una mirada franca y honesta sobre la sexualidad humana. Si bien el público objetivo puede ser principalmente joven, Yo siempre seré yo, a pesar de ti tiene el poder de resonar en personas de todas las edades, permitiendo que incluso aquellos con experiencias pasadas no resueltas encuentren sanación y redención.

La dirección también recae en Carlos Mesa, diplomado en arte dramático en el Laboratorio Teatral de William Layton, quien logra capturar magistralmente la esencia del libreto. Con una atención meticulosa a los detalles y una sensibilidad única, Mesa crea una atmósfera que evoca la sensación de lectura, como si hiciera visible el proceso de imaginación que experimentamos al sumergirnos al leer un libro. En definitiva, su dirección se siente como un viaje literario, donde las palabras trascienden de las páginas y se convierten en imágenes vivas y palpables en el escenario, creando una experiencia teatral inmersiva y evocadora que resuena con el espectador incluso después de que las luces se apaguen. Esta idea guarda relación con la capacidad para hacer que el público se identifique y empatice con los roles e idiosincrasias de cada personaje. Mención especial para el acertado diseño lumínico de Sergio Benito, con inteligentes cambios de intensidad y preferencia por la iluminación intimista; al igual que la puesta en escena minimalista con cubos blancos polivalentes bien integrados en escena.

Karma, Roberto y Leo son papeles que parecen saltar del escenario a la vida misma, gracias a interpretaciones naturales y auténticas por parte de Teresa López, Ger y Raúl Pulido. Su química en el escenario es palpable, lo que permite que las relaciones entre ellos se sientan genuinas y conmovedoras. La escritora de la novela, Teresa López Cerdán, interpreta a Karma. Con su presencia enérgica y su seguridad aparente, la actriz de Gordas da vida a un personaje complejo y multifacético que enfrenta sus propias inseguridades y dudas a lo largo de la obra. Su actuación cautivadora captura la atención del público desde el primer momento y transmite con habilidad la evolución emocional de Karma a lo largo de la historia, desde su confianza superficial hasta su vulnerabilidad más profunda. Me quedo con sus cambios de narrador, de omnisciente a primera persona, y los instantes más dramáticos donde recita con desgarro y determinación los peores momentos de su personaje.

Interpretado por Germán Sánchez, más conocido como Ger en redes sociales,con una energía contagiosa, Roberto es el amigo leal y confidente de Karma. La actuación del también periodista aporta un toque de distensión y calidez tanto a su personaje como a la obra en su conjunto. Con su carisma natural y su capacidad para el humor, como ya pudimos observar en Millenial The Show, no solo introduce un alivio cómico bienvenido, sino que también infunde un aire fresco a la obra, un contrapunto vital a la narrativa, asegurando que el público se mantenga comprometido y entretenido en todo momento. La actuación conjunta de Gersanc y López es otro punto destacado, donde la química entre los dos actores brilla con intensidad en cada escena compartida. Su dinámica en el escenario es palpable, creando un vínculo convincente de complicidad y humor entre sus personajes que enriquece la experiencia teatral. Por último, Leo, interpretado por Raúl Pulido es un personaje que añade una dimensión intrigante y seductora a la obra. Con su encanto magnético y su misterio sutil, este actor participante en obras de corte dramático como El curioso incidente del perro a medianoche, Yellow moon. La balada de Leila y Lee o Esto podría durar y durar y durar y durar revela las capas ocultas del personaje, manteniendo al público en vilo y preguntándose qué hay detrás de su sonrisa enigmática. En definitiva, la brillante actuación de Teresa López, Ger y Raúl Pulido enriquece la obra con una dinámica cautivadora y auténtica de principio a fin.

Adaptación y dirección: Carlos Mesa

Reparto: Teresa López, Ger y Raúl Pulido

Producción ejecutiva: Isabel Verdú

Diseño de iluminación: Sergio Benito

Una producción de: Bendita Inocencia

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