El grupo radicado en San Lorenzo de El Escorial ha desarrollado un lenguaje escénico propio a partir del encuentro entre los títeres y el teatro, entre el cuerpo y los objetos
En este cuento interpretado por títeres hechos con materiales reciclados hay un emperador, que tiene una hija, y un ruiseñor. La hija es tímida, pero cuando escucha música se le olvida la introversión y se pone a bailar. Un día pierde la alegría y solo un ruiseñor podrá devolvérsela. El emperador, que nunca había salido del palacio, una construcción hecha enteramente en porcelana, rompe la tradición y emprende un viaje para dar con el ruiseñor. En el trayecto descubrirá cómo viven los habitantes del imperio, sus aspiraciones, sus sueños y sus afanes.
Este relato chino, que habla de la injusticia social, las desigualdades, la melancolía y la alegría de vivir, lo cuenta con títeres la actriz Alba Vergne y está dirigido a un público a partir de los 4 años de edad. La obra alcanza la excelencia en cuanto a caracterización y ambientación se refiere. Además de una ardua tarea de inmersión en la narrativa y los cuentos orientales, el director de la pieza, Pablo Vergne, ha utilizado un tempo lento para contar esta bella historia, que elogió el dramaturgo y titiritero Toni Rumbau en la Fira de Titelles de Lleida: «Es un placer extraordinario ver a La Canica, de Madrid, con este estilo tan característico suyo de trabajar con los objetos desde la sencillez más estricta pero a la vez extrayendo todo el jugo dramático que permite la animación a través de una manipulación y unas voces impecables”.
Desde el estreno de El elefantito en 2006, primer espectáculo de La Canica Teatro, esta compañía de San Lorenzo de El Escorial ha presentado siete montajes que aglutinan a profesionales provenientes de distintas disciplinas artísticas (artes plásticas, teatro, danza, música…).
El grupo ha desarrollado un lenguaje escénico propio a partir del encuentro entre los títeres y el teatro, entre el cuerpo y los objetos y presta una especial atención a la interpretación y a la exploración de materiales para desarrollar las piezas que, en lo argumental, construyen historias y personajes cercanos al mundo infantil.
Sus obras han sido reconocidas desde sus inicios, obteniendo premios en ferias y encuentros teatrales. El elefantito ganó el premio Feten de la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas de Gijón al mejor espectáculo de títeres, y El gallo de las veletas, el de mejor espectáculo en la misma feria en 2013. En el 2016 volvió a ganar este galardón, al mejor espectáculo de títeres, por Sirenita, y en 2020 el de mejor propuesta de un clásico por Orfeo y Eurídice.