Es un proyecto teatral unipersonal dirigido al público de todas las edades que responde a la definición de performance africana. Refleja la esencia pedagógica del arte escénico ancestral, combinando narración, sonidos, ritmos, danzas y proverbios tradicionales
El montaje tiene la voluntad de difundir, a partir de la música y la danza, la cultura de su país. Con él, el artista ha viajado por África y América Latina, y durante el confinamiento hizo una particular versión desde el balcón de su casa, entablando un vínculo con sus vecinos de Lavapiés
En El Percusionista, Un anciano músico instruye a su nieto; a través de la música le transmite sabidurías y filosofías ancestrales. El tiempo transcurre en la aldea con el muchacho inmerso en sus tradiciones. Cumpliendo con el proverbio africano ¨los días que hacen crecer a los niños son los mismos que envejecen a los ancianos¨, el abuelo cae enfermo. Como consecuencia de su vejez comienza a perder la visión.
El afán por curar a su abuelo hace que el muchacho tome la decisión de dejar la aldea y emigrar a las grandes ciudades en busca del remedio. El joven parte hacia Europa, ¨Sí beyeng,¨ un mundo para él desconocido, llevando consigo únicamente el saber de su pueblo encerrado en las melodías y ritmos ancestrales.