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«Juana de la Cruz» agota localidades en el Claustro e Iglesia del Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo

La santa Juana de la Cruz es un proyecto de investigación performativa relacionado con el Proyecto I + D La conformación de la autoridad espiritual femenina en Castilla, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad de España y por los fondos FEDER.

El espectáculo está basado en la vida y la obra de la mística española Juana de la Cruz (Numancia de la Sagra, 1481 – Cubas de la Sagra, Madrid, 1534), una de las primeras escritoras en castellano y denominada «madre de santa Teresa».

La santa Juana de la Cruz es un proyecto escénico basado en la vida y la obra de Juana de la Cruz dirigido por Ana Contreras. Una indagación sobre la palabra, el cuerpo y el tiempo. Un espectáculo de imágenes sensoriales, textuales y plásticas, cercano al ritual y la liturgia, que nos sumerge en la experiencia de la contemplación y de la quietud.

Este montaje, como la propia vida de Santa Juana y de las monjas medievales, intenta indagar en conceptos muy cercanos a algunas preocupaciones e ideas contemporáneas: la vida en comunidad y la práctica de lo común; la ética de los cuidados, la política de los afectos, la economía feminista y la ecología; la contemplación, la lentitud, el silencio y la palabra; el significado de una vida dedicada por entero a una pasión. Quizás buscar la iluminación.

Sor Juana de la Cruz perteneció a la III orden de San Francisco y fue párroco, abadesa, teóloga, santa viva, mística, visionaria, consejera de los hombres más poderosos de su época: Cisneros, Carlos V y el Gran Capitán, pero también escritora, dramaturga, directora de escena, compositora y actriz. Vivió la mayor parte de su vida en el Monasterio-Santuario de Nuestra Señora de la Cruz en Cubas de la Sagra, Madrid.

El proyecto trata de reivindicar su obra y la de las mujeres del medievo, por eso todos los textos son de Juana y sus compañeras, y toda la música del espectáculo, interpretada en directo, es de compositoras medievales.

Las líneas de la puesta en escena se centran en el trabajo sobre las visiones, la predicación y la vida conventual, que son parte fundamental de la vida y obra de Juana.

La vida conventual es una vida en comunidad, anónima, horizontal, que exige la construcción de un coro homogéneo y diverso, una coralidad de voces y cuerpos que se expresa a través de cantos y coreografías. A su vez, las monjas viven en una estructura temporal que de algún modo desaparece. Es una experiencia del tiempo que se sitúa en el lugar del rito en vez de en el del mito, y cuya comprensión solo puede darse a través de la experiencia directa. Los recursos dramatúrgicos y escénicos empleados son la realización de ceremonias solemnes y sutiles ritos cotidianos de la vida monástica.

Por otro lado, uno de los principales objetivos de la escenificación es transmitir la vida espiritual de Juana, sus raptos, elevaciones y visiones. Esto se lleva a cabo a través de imágenes sensoriales, basadas en sus propias metáforas y figuras, sobre todo a través de la música vocal ejecutada en directo, creando una atmósfera que suspende el tiempo.

Finalmente, lo que define a Juana de la Cruz es su decisión de predicar y revestirse de autoridad. No es algo extraño a la orden a la que pertenece, pues en la vida franciscana la palabra ocupa un lugar central. Sin embargo, en el mundo judeocristiano la palabra es el territorio de los hombres, por eso es tan significativo que Juana Vázquez tome la palabra y sus hermanas la pluma. En ese contexto la interpretación se basa en la presentación y la oratoria: presencia, prosodia y gesto.

 

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