La Kompanía Romanelli de Uruguay se aloja en la sala madrileña del 1 al 27 de agosto, y de martes a sábado, con su espectáculo de marionetas más popular, protagonizado por un niño que quiere ser mago
A lo largo de quince años, el grupo suramericano que dirige Martín López Romanelli ha recorrido el mundo con este montaje de marionetas. Desde Santiago de Chile a Hong Kong, de Argentina a Corea del Sur, Malasia o Río de Janeiro. La entusiasta acogida que ha recibido la obra allí donde se ha representado demuestra la universalidad de la propuesta del grupo uruguayo, que le ha permitido pasar por encima de idiomas y de diferencias culturales llegando a espectadores de todas las edades.
La magia visual de El truco de Olej se desplegará en el Pavón de martes a sábado gracias a las técnicas del teatro negro, uno de los grandes hallazgos escénicos de Europa del Este: el uso de muñecos manipulados por actores vestidos de negro que operan sobre un fondo negro, de manera que resultan invisibles para el público, que solo ve a los muñecos actuando ante ellos.
Los espectadores serán recibidos por un histriónico presentador en varios idiomas, mientras irá anunciando los números circense que se desarrollarán en la función. La interrupción de Olej dará paso a la actuación de malabaristas y equilibristas cuyas evoluciones inverosímiles sorprenderán por su desafío a la ley de la gravedad o por cómo se deshacen para convertirse en objetos.
Según Romanelli, el largo viaje de este espectáculo prueba su acogida más allá de las fronteras. Recuerda especialmente la sorpresa que causó en Corea del Sur, donde acudió festivales y al mundo rural. Hay algo de la emoción de las películas de Chaplin que sigue vivo hoy, según Romanelli, que puede aplicarse al teatro de muñecos que cultiva la compañía uruguaya. Algo universal que implica a todos los seres humanos: la magia, la curiosidad, la emoción transmitida a través de la belleza que hacen de este espectáculo una experiencia única.
30 años de creación
Este año, Martín López Romanelli cumple 30 de la primera función que hizo en Montevideo con el grupo Bosquimanos Koryak, que pasó a llamarse en 2012 Pampinak Teatro, para el que creó El truco de Olej, y cuatro años después Kompanía Romanelli.
“Nuestro primer objetivo es entretener”, señalan en la compañía, cuyo elenco lo forman profesionales de distintas disciplinas artísticas: bailarines, actores, músicos y titiriteros. Todos se han formado en el taller que tiene el grupo en Montevideo, principalmente en la manipulación de muñecos. Allí han experimentado con diferentes técnicas, dispositivos y maquinarias escénicas para que los muñecos y los objetos de diferentes tamaños que emplean en sus espectáculos cobren vida.