Y Yayo Cáceres, junto a Ron Lalá, ha sido una de las personas que ha defendido este género musical… Es más, los ronlaleros han tocado con él música chamamé y dos de sus componentes, Juan Cañas y Daniel Rovalher, forman parte de de un Cd editado para celebrar los 200 años de la fundación del pueblo de Yayo (Curuzú Cuatíá, provincia de Corrientes). Y junto a Álvaro Tato, Yayo ha compuesto dos piezas que circulan, se entonan y se cantan por la zona.
El chamamé
El chamamé es una música con un origen misterioso que se pierde en la noche de los tiempos, pero que claramente se remonta a la cultura Guaraní. Nace en Corrientes y se toca actualmente en toda la zona del nordeste argentino, en Brasil, Paraguay y Uruguay.
Cuando los Jesuitas llegan a las misiones, se encuentran con el pueblo Guaraní que era un pueblo cantor que creía que el paraíso estaba en la tierra (La tierra sin mal) y que se entraba a ese lugar cantando. Existían entonces los llamados «compuestos» que se componían para cantar y contar leyendas o noticias de los lugares. Con la llegada de los Jesuitas se establece en Corrientes una fábrica de instrumentos y ahí se produce la simbiosis definitiva que se acaba de sellar con la guitarra y el acordeón diatónico para tomar la forma que tiene el chamamé en nuestros días. Es una música que ha sido marginal durante muchísimo tiempo por ser música rural y de «sirvientas». Habla fundamentalmente del paisaje y de los sucesivos destierros sufridos por la gente de la zona. Tiene un mercado muy potente hace muchísimos años y tuvo períodos de oro en los últimos cien años. Podemos citar aqui Acuarela del río grabada por Raphael en la década del 60′ o El rancho de la Cambicha que vendió en su momento cinco millones de copias o a Tarragó Ros (uno de los próceres del chamamé) que vendía en Argentina más discos que los Beatles. Ayer fue declarado el chamamé como Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.
Yayo Cáceres