El pianista menorquín y el guitarrista catalán, junto al percusionista Paco de Mode, invitan en este concierto a un viaje por sonidos jazzísticos, flamencos, del pop, clásicos y folclóricos
La nueva obra, tras Conexión (2017) y No hay dos sin tres (2019), cierra una trilogía de música nueva y libre, fruto de la fuerte conexión espiritual y musical entre ambos intérpretes y creadores
El vaticinio del título de su disco anterior, No hay dos sin tres (2019), se ha cumplido cinco años después. Del alma es la tercera grabación de Mezquida y Chicuelo después de Conexión (2017) y el citado No hay dos sin tres. Ambos coincidieron sobre un escenario en 2016, para un encuentro musical entre ambos que se presumía ocasional; pero bastaron los dos temas que interpretaron para sentir una especie de “flechazo”. Cada uno venía de un origen musical distinto. El menorquín Mezquida, del jazz y del clásico, y Chicuelo, que nació en Cornellá de Llobregat, del flamenco.
Añadieron la percusión de Paco de Mode para realizar dos canciones en vídeo, y la repercusión que tuvo aquella grabación dio pie a una demanda de conciertos que no cesó. Habían formado una original y rara unión de trío de guitarra, piano y percusión, y sobre la marcha surgió la idea de grabar un disco. “Habían saltado unas chispas musicales y personales maravillosas. Ambos teníamos una conexión profunda con la música y nos picaba la curiosidad del uno por el otro”, explica Marco Mezquida.
Si Conexión respondió a ese momento de encuentro entre dos almas musicales afines, No hay dos sin tres, profundizó y maduró un proyecto que puede calificarse de trilogía con la aparición de Del alma, que vuelve a remitir a esa conexión, a ese lugar sincero y personal que habitan ambos músicos.
“Hemos venido a crear música nueva con nuestro estilo y manera de ser. Una música clásica, mediterránea, pop, de baladas, jazz, folclórica, con improvisación y con los palos del flamenco: la guajira, la soleá, la seguidilla, la rumba”, define Mezquida de Del alma.
Sus actuaciones nacionales e internacionales han mostrado la exquisita depuración de un estilo propio. “Somos personas creativas -explica Mezquida- que seguimos ilusionadas en ofrecer música nueva, libre,con influencias,sí, pero que responden a nuestro bagaje musical y espiritual. Y ahí está la verdadera simbiosis de esta pequeña familia de trío, en su sonoridad propia y original”.
Del alma se abre con Najando, “unas bulerías trepidantes, en las que conversan el piano y la guitarra y te llevan a una catarsis”, explica Mezquida. Le sigue la rumba Carrer del perill, un tema que el pianista catalán dedica a su calle, una pieza bailable y rítmica con momentos virtuosos. De ida y vuelta es una guajira “que parece un vals cubano o de Brahms”, y que evoluciona hacia la bulería. De seda y miel la inicia Chicuelo con una “balada profunda, que transformamos en un funk con influencias brasileñas”. Mezquida dedica Huellas del sentir, a ritmo de tanguillo, al pianista de jazz Bill Evans y en Alalimón regresan las bulerías trepidantes de Chicuelo, en las que la guitarra y el piano “se pasan la pelota y avisan de que el disco se acaba con energía y humor”. El faro de los deseos, última pieza de Del alma, es una balada que escribió Mezquida. Con ella se cierra esta oda al diálogo y a la vida de dos maestros consagrados, este viaje “absolutamente sincero, cóctel de diversas influencias mezcladas, pero no revueltas”, que aporta una sonoridad compacta, con un sello propio”.
Biografía de Marco Mezquida
Existe consenso entre prensa, programadores, público y sus propios colegas en señalar a Marco Mezquida como una de las apariciones más brillantes y prometedoras en la escena musical de la península en décadas, y un artista destinado a conquistar cualquier escenario imaginable en el mundo. Nacido en Menorca en 1987, se licenció en la ESMUC de Barcelona en 2009 y desde entonces ha grabado veinte discos liderando sus propios proyectos y cuarenta más formando parte de diversos proyectos junto a los mejores músicos del país. Ha actuado en importantes auditorios, salas y festivales de jazz de más de treinta y cinco países: Tokyo Jazz, Kolnër Philharmonie, Konzerthaus de Viena, Jazz Na Fabrica de Sao Paulo, Hong Kong Arts Festival, San Sebastián Jazzaldia, Belgrade Jazz, ElbPhilharmonie de Hamburgo, Parco della Musica de Roma, Teatro Café des Arts de Paris, Auditorio Nacional de Madrid, Bimhuis de Amsterdam, Blue Note de Nueva York y Tokyo…)
Ha actuado y/o grabado junto a leyendas del jazz como Lee Konitz, Dave Liebman y destacan sus proyectos como líder: Ravel’s Dreams, su mano a mano junto al guitarrista flamenco Chicuelo, el proyecto Beethoven Collage, el trío Pieris, el trío MAP, su aclamado dúo junto a la cantante Silvia Pérez Cruz y el tándem junto a la bailarina Sol Picó. Además, destacan sus elogiados conciertos a piano solo donde potencia su faceta de improvisador y compositor. También ha compuesto y grabado la música para dos exitosas y premiadas producciones teatrales de Julio Manrique, entre otras colaboraciones. Una decena de premios jalonan su fulgurante carrera musical: Premio Ciudad de Barcelona, varios premios Enderrock a mejor disco del año, Músico del Año en 4 ocasiones por la AMJM.
Biografía de Chicuelo
Juan Gómez ‘Chicuelo’ es uno de los guitarristas más relevantes del panorama actual del flamenco y, al mismo tiempo, uno de los compositores más prolíficos e interesantes de las últimas generaciones. Sus inicios fueron en Cornellà de Llobregat a la edad de 12 años con el guitarrista Casimiro González, hoy en día uno de los luthieres de guitarra flamenca más reconocidos.
Chicuelo ha trabajado en el Tablao de Carmen con Mario Escudero, Angelita Vargas, La Tolea, Eva Yerbabuena, Sara Baras, Adrián Galia, Belén Maya, Antonio ‘El Pipa’, Joaquín Grilo, entre otros artistas.
Ha sido el guitarrista habitual de, entre otros, Miguel Poveda y Duquende, con los que ha realizado numerosas giras por Europa, Japón y Estados Unidos. Ha acompañado a cantaores como Enrique Morente, Mayte Martín, Rancapino, La Susi, La Marelu, Chano Lobato, José Mercé, El Cigala, Potito o Carmen Linares. También ha trabajado con músicos de jazz como Chano Domínguez, Carles Benavent, Jorge Pardo, Jordi Bonell o Raynald Colom, y ha colaborado con la pianista Maria Joâo Pires y el violonchelista Yo-Yo Ma.
Ha dirigido las producciones discográficas Siento (1997) y Oscuriá (1998), de Ginesa Ortega; Suena Flamenco (1998) y Zaguán (2001), de Miguel Poveda; Linaje, de Juaneke(2002); y Mi forma de vivir (2005), de Duquende. Ha grabado trabajos con Tomatito, Duquende, Mayte Martín, Ginesa Ortega, Joan Manuel Serrat, La Vargas Blues Band, Antonio Carmona y Jordi Bonell, destacando Cante y Orquesta (2008) y Coplas del Querer(2009) que firma junto a Miguel Poveda y Joan Albert Amargós.
Ha publicado en solitario los discos Cómplices (2000), Diapasión (2007) y Uña y carne(2019) y ha compuesto música para las compañías de danza flamenca de los artistas más reconocidos, como Antonio Canales e Israel Galván y para películas como Blancanieves de Pablo Berger.