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Patricia Kopatchinskaja, La Budapest Festival Orchestra y Alexandra Dovgan celebran el ecuador de la Quincena Musical de San Sebastián

Ivan Fischer

Ivan Fischer

El primero de estos conciertos será el que reunirá a la Budapest Festival Orchestra junto a la violinista moldava Patricia Kopatchinskaja. El Kursaal volverá a disfrutar de la gran musa del violín el próximo 17 de agosto en un concierto que dará su pistoletazo de salida con la Obertura sobre temas hebreos de Sergei Prokofiev. Obra curiosa, cuanto menos, y poco transitada en el canon sinfónico, que incorpora melodías tradicionales judías, fusionando la música folclórica con el estilo distintivo de Prokofiev. Su estreno en Nueva York fue un éxito y demostró la capacidad de Prokofi para integrar elementos étnicos en la música clásica.  

A continuación, será el turno de la violinista moldava, quien interpretará el Concierto para violín nº2 de Béla Bartók. Compuesto entre 1937 y 1938, es una de las grandes obras maestras del siglo XX. Fue escrito para el violinista Zoltán Székely, quien solicitó un concierto con la forma tradicional de tres movimientos, pese a que Bartók también incluyó elementos de variación. La obra refleja una fusión única entre la música folclórica húngara y técnicas compositivas modernas. Para muchos violinistas y melómanos, este concierto es el paradigma de los conciertos para violín, luchando a capa y espada por este título con el de Chaikosvki.

Kopatchinskaja es conocida por su espontaneidad en el escenario y su disposición a desafiar convenciones, lo que a veces genera opiniones divididas entre los críticos y el público. Sin embargo, su habilidad para explorar nuevas interpretaciones y su capacidad para ofrecer perspectivas frescas sobre obras conocidas se ha ganado la admiración y el respecto del público y la crítica.

La segunda para de este recital nos deleitará con la Sinfonía nº7 op.70 de Antonin Dvorak, compuesta entre 1884 y 1885 y caracterizada por sus contrastes dinámicos y la riqueza melódica típica del compositor checo. La obra comienza con un primer movimiento enérgico y dramático, seguido de un Adagio lírico y contemplativo que destaca por su emotividad. El Scherzo, con su ritmo marcado y vigoroso, contrasta con la serenidad del tercer movimiento. El final, con su desarrollo tempestuoso y grandioso, culmina en una brillante conclusión que subraya la maestría de Dvořák en la forma sinfónica.

La segunda cita de Ivan Fischer y la Budapest Festival Orchestra será el 18 de agosto, en un concierto íntegramente dedicado a W. A. Mozart. El genio de Salzburgo tomará la sala principal del Kursaal para deleitarnos con dos de las obras más icónicas de la historia: la Sinfonía nº38 KV 504 “Praga”, obra repleta de vitalidad y sofisticación, que refleja el estilo operístico y la energía característica de la ciudad de Praga y, en la segunda parte de este concierto, el Réquiem KV 626, obra que no precisa de presentación y cuyas teorías de la conspiración han animado a algún que otro director de cine a dar rienda suelta a su imaginación.

Para este concierto, Fischer contará con la participación del Orfeón Donostiarra, coro insignia no solo de la ciudad de San Sebastián sino también uno de los grandes referentes corales del panorama europeo, que en sus 127 años de historia se consagra como una de las entidades que más ha interpretado la obra póstuma del genio de Salzburgo. Los solistas en esta ocasión serán la soprano Anna Lena Elbert, la contralto Olivia Vermeulen, el tenor Martin Mitterutzner y el bajo Hanno Müller-Brachmann.

La última de estas grandes citas musicales que colman el ecuador de Quincena Musical tendrá lugar el próximo 19 de agosto en el Teatro Victoria Eugenia, y contará con el debut en el festival del Alexandra Dovgan, una de las grandes promesas del piano a nivel mundial que, en palabras de Grigory Sokolov: «No es una niña prodigio. Es un prodigio, pero no toca como una niña. Le auguro un gran futuro».

Con escasos 17 años, Dovgan ha ofrecido recitales en el Festival de Salzburgo, en la Philharmonie de Berlín, la Concertgebouw de Ámsterdam, llegando, incluso, a ser dirigida por el mismísimo Gustavo Dudamel.

No es raro, entonces, que para este debut tan sonado, la pianista rusa haya escogido un repertorio profundo a la par que complejo. Con la Sonata nº 3 1 op.110, de Ludwig van Beethoven para dar comienzo a su recital —una de las tres últimas sonatas del sordo de Bonn y, para muchos, la más compleja— y la Sonata nº 2 op.22 de Robert Schumann —obra arquitectónica donde las haya en la que Schumann esboza todo su imaginario musical hasta límites insospechados.

Para la segunda parte del recital, Dovgan interpretará un Preludio, Gavota, Giga de Johann Sebastian Bach, en una transcripción de Sergei Rachmaninov, las Variaciones Corelli op.42, también en el arreglo de Rachmaninov, para concluir con la Sonata nº 2 op.19 de Alexander Scriabin, obra de confluencias en donde los estilos de Chopin y Liszt se entremezclan con el universo del genio ruso para ofrecer una sonata con toques de fantasía.

De esta forma, la Quincena Musical de San Sebastián llega a su ecuador musical en una edición repleta de música, con más de 70 citas musicales que convertirán a San Sebastián en la capital de la música clásica durante el mes de agosto.

El programa detallado de los ciclos y apartados que conforman la

85 Quincena Musical se puede consultar en

https://www.quincenamusical.eus/es

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