“Es un duelo diálectico entre Quevedo y Bécquer”, comenta Casablanc, que ha seleccionado los textos que componen el espectáculo y su encadenamiento. “Su intercambio de pareceres sobre el amor y la muerte me hace comprender el tiempo cronológico como un largo recorrido lleno de posadas donde sentarse a reflexionar. Entre ambos se establece un diálogo a través de los siglos y entre dos formas de entender la vida y el arte. El barroco, con su pesadumbre y su raciocinio en la estructura férrea de los sonetos, y el romántico volátil y libre en su versificación.
El actor está acompañado en directo por Jorge Rivera, que ha creado el espacio sonoro y más de 25 piezas originales, una por cada fragmento que Casablanc recitará para el público. Rivera recibió el encargo de Casablanc de hacer una música “que huyera de lo típicamente Barroco” y que apoyara lo que se recita. Por ello, las piezas están creadas con efectos de sonido, texturas electrónicas, riffs e instrumentos distorsionados, dando predominancia en todo momento a la palabra, reforzándola por suma o por contraste: “Me interesan los contrastes”, explica Rivera, “y he creado cada pieza atendiendo a la atmósfera del texto y a la cadencia de Pedro recitando, sin importarme si lo que pedía era rock, música tradicional, clásica o electrónica”.
Tras estas dos únicas funciones en Madrid, está prevista una gira por España en 2024, tanto en teatros como en espacios no convencionales.