Fundador y gerente de “la Rachmaninoff”, también ejerce de patrono de la toledana Fundación Auxiliar de Malta, que promueve el evento, junto con el Cabildo de la Catedral y la colaboración de la Muy Ilustre Hermandad de Caballeros y Damas Mozárabes de Toledo. Con este concierto la orquesta quiere lanzar un claro mensaje: «Cuando vivimos en Europa la peor guerra que se haya visto en décadas, con un nuevo Telón de Acero, el lenguaje universal de la música ha de estar por encima de los conflictos».
La Orchestra Internacional Rachmaninoff es una orquesta joven. ¿Por qué se creó?
Mire cuán dividido se ha vuelto el mundo en los últimos años. La música tiene el poder de salvar las divisiones y promover una mejor comprensión entre personas de diferentes idiomas, culturas y creencias. La motivación de los músicos de esta orquesta se resume en las palabras de Richard Strauss: “En tiempos en que los bienes espirituales son más escasos que los materiales y el egoísmo, la envidia y el odio gobiernan el mundo, la música contribuirá mucho a restablecer el amor entre la humanidad”.
¿Por qué diría usted que no habría que perdérsela?
Existen muchas orquestas en el mundo pero esta nació de un momento singular en la historia, con músicos destacados de Europa Oriental y Occidental y sus primeras grabaciones y conciertos tuvieron gran repercusión, por lo que algo hay que la hace diferente y emocionante para los amantes de la música. ¿Qué es exactamente? Tienes que venir y escucharla, porque no todo en la música se puede explicar con palabras.
Muchos músicos de esta orquesta internacional hablan ruso y la orquesta lleva el nombre del compositor ruso Rachmaninoff. Cuéntenos por qué.
El alma mater y cofundador de la orquesta, el pianista, director y compositor ruso Mikhail Pletnev, que ya no vive en Rusia, tuvo una orquesta, la mejor orquesta independiente rusa –no estaba subvencionada por el gobierno– durante más de 30 años, la Orquesta Nacional de Rusia. Recibió numerosos reconocimientos como el Diapason d’Or y el premio Grammy, entre otros. Pero la situación empezó a cambiar, y no en muy buena dirección, y Pletnev tuvo que abandonar Rusia. Ahora vive en Suiza y muchos músicos rusos que lo conocen y admiran como artista, también tuvieron que irse y establecerse en el extranjero. Así que el núcleo de esta orquesta está formado por músicos de origen ruso, aunque también está compuesta por músicos ucranianos y también se han sumado músicos de muchos países europeos. En general, muchos talentos maravillosos.
Los primeros conciertos de la nueva orquesta coincidieron con el 150 aniversario de Rachmaninoff y vimos un simbolismo, una conexión profunda. Rachmaninoff, uno de los músicos más influyentes del siglo XX, también tuvo que abandonar Rusia debido a las fuerzas políticas en juego en ese momento. Nunca pudo regresar y aunque esto le hizo sufrir, compuso excelente música en el exilio. Esta es otra prueba de que la música no reconoce fronteras políticas y que, a veces, la belleza nace del dolor.
¿Esta última frase se aplica también a la Orquesta Internacional Rachmaninoff?
Sí, el nacimiento de esta orquesta viene acompañado de ciertas tensiones. Es tan trágico que el mundo esté nuevamente dividido, que vuelva a haber un Telón de Acero y que se esté matando a gente en la peor guerra que Europa ha visto en décadas… Sin embargo, los músicos de ambos bandos hacen música juntos, lo que demuestra que la gente normal no quiere guerras, son los políticos inconscientes del dolor, los que las inician. Como no todo depende de nosotros y tenemos que vivir en un mundo dividido, esta sensación de dramatismo está muy presente en esta orquesta. De hecho, cuando los músicos se acababan de conocer, hubo cierta tensión, pero luego empezaron a tocar y fue reemplazado por armonía y belleza. Dios creó el mundo a partir del caos, y la belleza se genera a través de emociones a veces desagradables. Creo que, en términos de musicalidad, en términos de emoción, esta orquesta le da al público la oportunidad de presenciar, en directo, ese momento en que la unidad se eleva por encima de la aparente división, instantes únicos de armonía y belleza que parten de una realidad compleja. Y que todo suceda en una Catedral con 800 años de historia, como la de Toledo, diseñada para ser un auditorio natural, lo convertirá en un acontecimiento irrepetible.