En 1969, en una nueva edición de aquella experiencia, Marsillach se une a dos jóvenes directores, Antonio Malonda y Alberto Miralles, para ofrecer una gira en la que de nuevo llevaban un repertorio de obras de calidad para gira por provincias: Águila de blasón de Valle-Inclán, Después de la Caída de Arthur Miller, y César y Cleopatra de George Bernard Shaw, dirigidas por Marsillach; Los loco de Valencia, de Lope de Vega, dirigida por Miralles; y Tiempo del 98, de Juan Antonio Castro, dirigida por Antonio Malonda. Esta vez no se dividió el país en tres zonas, de modo que ese repertorio viajó por Vigo, Orense, Oviedo, Santander, Bilbao, Valladolid, Salamanca, Segovia, Soria, Logroño, Talavera de la Reina, Badajoz, Plasencia, Córdoba, Sevilla, Málaga, Cádiz, Las Palmas de Gran Canaria, santa Cruz de Tenerife, Sabadell, Mahón y Palma de Mallorca.
De modo que hubo un primer estreno de Tiempo del 98 por el Grupo de Teatro 70, que tuvo lugar el 3 de octubre de 1969 en Teatro Rosalía de Castro de La Coruña, con dirección de Antonio Malonda, quien contó con María Jesús Leza para la escenografía y con un elenco integrado por Ángela Rosal, Carles Canut, Conchita Hidalgo, Esther Farré, Eusebio Poncela, Jaime Payás, Jesús Sastre, José P. Hervás, Juan Jesús Valverde, Julia Tejela, Terele Pávez, Vicente Cuesta, Yolanda Farr.
La obra llamó la atención de uno de nuestros productores más activos, Manuel Collado, que la recuperó para hacer temporada en Madrid con una nueva puesta en escena.
Aunque no era su primer estreno – había estrenado en 1968 El infante Arnaldos y El Juglarón con el teatro Municipal de Madrid, dirigido por Guirau, y llevaba mucho tiempo implicado en el grupo El Candil, de Talavera de la Reina – aquel estreno de Tiempo del 98 supuso una llamada de atención sobre un autor que ya no era un muchacho – nació en 1927 – y cuya escritura se iba a poner en valor, tras esa gira, con el estreno en Madrid de dos obras, Tiempo del 98 en el teatro de la Comedia y Ejercicios en la noche en el María Guerrero. Así como esta casi no despierta interés, Tiempo del 98 llena la comedia durante semanas de un público joven, tal vez el mismo que había asistido en aquel teatro a la Castañuela 70 de Tábano.
José Monleón entrevistaba a Juan Antonio Castro en el número 134 de Primer Acto. En esa entrevista el autor insertaba una “miniautobiografía, en la que bromeaba con el hecho de ser un “joven autor” de 44 años, lo que se podría explicar por una vocación tardía. Subraya sus comienzos, antes de los estrenos ya señalados: su pertenencia al grupo El Candil, de Talavera, con el que estrena sus primeras obras: Bodas del pan y del vino en 1962, Ensayo imparcial en 1964. Y recuerda el premio Guipuzcoa en 1964 por Plaza del Mercado, que estrenará en 1966 el grupo Antígona de San Sebastián; después, la formación de El Taller, con Paco Heras y Javier Bodas, donde nacería el proyecto de Tiempo del 98.
Aunque en todo momento se vincula este estreno con el anterior – en el programa de mano se menciona el estreno en La Coruña y se mencionan las plazas de aquella gira – la puesta en escena tiene la firma de dos jóvenes: el murciano José Manuel Garrido, de 26 años, que procedía del Teatro Universitario y trabajaba como ayudante de dirección de José Luis Alonso en el Teatro María Guerrero – por ejemplo, en El círculo de tiza caucasiano, que comentábamos en esta sección hace un par de meses – se ocupó de la dirección; el madrileño Gerardo Vera, de 24 años, vinculado al grupo Tábano, se hizo cargo de la escenografía y los figurines. El espectáculo contaba con música de Pedro Luis Domingo y diseño de iluminación de Hugo Benavente. En el reparto, repitieron varios actores de la producción dirigida por Malonda: Terele Pávez, Juan Jesús Valverde, Vicente Cuesta, Yolanda Farr y José Hervás., a los que acompañaron Fidel Almansa, Esperanza Alonso, Gloria Brull, Jjosé E. Camacho, Antonio Corencia, Betty Dávila, Juan Antonio Díaz, Modesto Fernández, Ruth Guerrero y Francisco Guijar. El estreno tuvo lugar el 20 de mayo de 1971 en el Teatro de la Comedia de Madrid.
Fue el mayor éxito de un autor que tuvo una presencia importante en la cartelera de los años setenta. A los dos estrenos citados al comenzar la década, cabe añadir Quijotella, en ese mismo año; Jorge Juan, sabio de España, en 1973; Fiebre, en 1974; Tauromaquia, y De la buena crianza del gusano, en 1975; Olvídate de Tartufo, en 1976; Nata batida, en 1977, La espera, en 1978; El rollo de Lavapiés, en 1979… además de un buen número de adaptaciones de Calderón, Lope, Eurípides… Su último estreno llegaría con Viva la Pepa, en enero de 1980. Fallece en junio de aquel año. Dejó sin estrenar El puñal y la hoguera, Premio Palencia 1977, que llegaría a los escenarios en 1991.
Tiempo del 98 trascendió la exitosa temporada del teatro de la Comedia y durante unos años se convirtió en un texto muy visitado por el último teatro independiente. Así, en los setenta tuvo aún otras dos producciones, de los grupos Cátaro y Tabanque, además de muchas puestas amateur, gracias a la difusión que había tenido la obra, publicada en 1970 en Escelicer.
Hemos mencionado que la dirección de aquel montaje de 1971 llevó la firma de Garrido y la escenografía y el vestuario llevaron la de Vera. Estos dos personajes fundamentales para la cultura española de los últimos cuarenta años coinciden en una de nuestras publicaciones más recientes, el número 5 de Figuras.
Quien desee acercarse a la producción de Castro tiene una buena herramienta en los dos volúmenes de Teatro reunido publicados en 2000 por la editorial La Avispa, que se pueden consultar en nuestra Biblioteca, así como una gran cantidad de recortes de revistas y prensa diaria sobre sus estrenos.