Se trata de marionetas de hilo realizadas por el pintor Ignacio Zuloaga en 1928 y posteriormente restauradas por Vicente Viudes en 1945
El retablo de Maese Pedro es una ópera de cámara para títeres de Manuel de Falla, con libreto inspirado en el capítulo XXVI de la segunda parte de “Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes.
El montaje más importante de esta ópera fue el que tuvo lugar el 9 de marzo de 1928 en la Ópera Cómica de París, bajo la dirección escénica y musical de Manuel de Falla, y con un elenco de primer orden: Héctor Dufranne en el papel de “Don Quijote”, M. Salignac como “Maese Pedro” y mademoiselle Kaurienska como “Trujamán”. Los decorados y las marionetas fueron encargados a su gran amigo el pintor Ignacio Zuloaga. El espacio dedicado al retablo era una tartana, en su interior discurría la acción de las marionetas; mientras los cabezudos, realizados en cartón piedra, se situaban en la boca del escenario. Como fondo escénico, Zuloaga pintó un patio castellano, inspirándose en el patio de la posada de Vizcaínos en Segovia.
En dicho retablo se representa un romance medieval, contado por el titiritero Maese Pedro en una venta de la Mancha de Aragón.
El 1 de diciembre de 1945, en el Teatro María Guerrero de Madrid, se representó una nueva versión de El retablo de Maese Pedro, compartiendo programa con la ópera La vida breve de Falla. El montaje contó con la dirección escénica de Luis Escobar y dirección musical de José Mª Franco y con figurines y decorados de Vicente Viudes, quien también se encargaría de la restauración de las marionetas de Zuloaga.