El Museo Nacional del Teatro posee una gran cantidad de fondos y piezas importantes relacionados con las artes escénicas de nuestro país. Al ser el único de estas características le hace atesorar aún más cantidad de ellos. La exposición permanente sólo es una pequeña muestra de lo que verdaderamente este museo guarda en sus instalaciones. Como apuntábamos en nuestro anterior reportaje en él podemos encontrar indumentaria teatral que han utilizado figuras tan importantes en nuestro país como son las actrices María Guerrero, Loreto Prado, Amparo Rivelles, y autores como los Hermanos Álvarez Quintero. Otro de los departamentos importantes corresponde al dedicado a la pintura y escultura, también íntimamente relacionado con las artes escénicas. Por último, destacar la obra sobre papel donde estarían ubicados los figurines, escenografías, dibujos, estampas. Quizás lo más llamativo para el visitante sean las maquetas y teatrines, así como las marionetas. No podemos olvidar el archivo documental, fotográfico y musical del museo, así como las monografías, carteles y programas de mano.
El Museo Nacional del Teatro de Almagro continuamente recibe donaciones, sobre todo de particulares, de piezas de un claro valor histórico, artístico y cultural. Existen varias formas de hacer llegar al museo las piezas, objetos o documentos, bien sea mediante la donación o bien mediante el depósito para cuatro años renovable. De aquí se desprende que sea un museo vivo, en continuo movimiento, y pequeño, sobre todo, pequeño.
Por el gran volumen de objetos recibidos anualmente los trabajadores del museo consideran de vital importancia seleccionar las piezas donadas. Es cierto que en estos casos podemos mezclar lo sentimental con lo realmente histórico, artístico y cultural. Las familias o herederos directos de nuestros más populares actores, directores, pintores, escultores, figurinistas, etc., cuando donan sus legados sienten que rompen definitivamente con la persona, por lo que las donaciones resultan procesos complicados para el personal del museo y los familiares. No cabe duda que el museo es el lugar más que indicado para conservar, tratar, mimar y cuidar este legado de nuestra cultura.
Pintura y escultura
En peines mecanizados se conserva lo que denominan la obra “enmarcada” como son las pinturas. Al lado de los peines y en estanterías clasificadas están ubicadas las esculturas. Pero siempre vemos el mismo problema, el espacio de almacenaje es reducido.
Para poder montar las exposiciones temporales el museo cuenta con la colaboración del Ayuntamiento, quien cede, en la medida de sus posibilidades, el espacio que éste puede necesitar.
Para ver estos almacenes nos acompañan José Manuel Montero, documentalista y responsable de exposiciones temporales y permanente, y Esmeralda Serrano, responsable de coordinar los depósitos, donaciones y adquisiciones.
Cuando llega una pieza a su departamento proveniente de alguna donación o depósito lo primero que realizan es la apertura de una ficha en Domus (sistema informático encargado de la documentación de museos), y una vez que está catalogado, identificado y digitalizado, para poder disponer de la imagen en cualquier momento, se almacena en función del tipo de material que sea, si es enmarcado iría a los peines, si es obra sobre papel iría a los planeros, etc. Normalmente el estado de conservación, al tratarse de adquisiciones mediante donaciones privadas, suele ser muy bueno. Si hubiera que tratar alguna pieza de forma urgente se hace a través de los servicios del Instituto del Patrimonio Cultural, también dependiente del Ministerio de Cultura.
Tanto José Manuel como Esmeralda no son capaces de decantarse por una pieza que les llame poderosamente la atención. Comentan que en un museo tan heterogéneo como es el caso de este, es difícil. Sin embargo, sí comentan que hay piezas importantes de Picasso y Salvador Dalí. La colección de figurines que es una de las más ricas de toda Europa, con unos 9.000 catalogados aproximadamente, y el corazón del tenor Giuseppe Anselmi, quien dejó escrito que a su muerte le extrajeran el corazón para donarlo al museo. Hoy se puede contemplar en una de las salas de la exposición permanente.
Indumentaria teatral
Enrique López es el técnico de vestuario del museo. Sus dependencias están ubicadas en el sótano. Su misión consiste en recibir las piezas de vestuario, realizar las fotografías oportunas y redactar un primer informe del vestido o traje en el que se deja constancia del estado en el que se encuentra y se realiza una ficha como ocurre con el resto de piezas. Si se observara que necesita alguna limpieza o reparación, en primer lugar, se deposita en una sala denominada “de cuarentena” que consiste en una habitación completamente oscura. En algunos casos hay que aplicar algún producto químico para el tratamiento de un posible hongo que frene el desarrollo del mismo. La detección de este tipo de problemas es visual. Generalmente no están en malas condiciones. Sólo se pueden observar a su llegada manchas de humedad, de sudor, pequeñas roturas o desgarros, etc.
Destacar que el proceso de catalogación en cuanto a vestuario es sumamente complejo porque un mismo traje ha podido ser reutilizado en distintas producciones u obras de teatro. En este caso siempre se recurre a la obra para la que fue creado.
Una vez catalogada la pieza se hace un estudio de los tejidos para adaptar la conservación a la pieza, si se debe conservar en posición vertical u horizontal.
Por último toda la información es volcada a Domus, pero es el trabajo más costoso ya que la mayoría de estos fondos no están catalogados.
Gran parte de los fondos de vestuario se encuentran ubicados en un almacén externo al edificio del museo. Allí se encuentran depositadas las producciones de Tamayo de los años 50 y 80, así como la de Nuria Espert, considerado lo más reciente. Lo que sí se conserva en el edificio son los fondos de los inicios del museo y la colección correspondiente a los teatros nacionales, considerado más antiguo y de mayor valor histórico y cultural.
Para Enrique, las piezas a las que él le tiene más cariño son todas aquellas que están ligadas con la ópera, pues se utilizaba un vestuario muy preciso, con riqueza de agremanes, hilo metálico, etc.
Para la conservación de vestuario es preciso controlar la temperatura y humedad, así como eliminar en la medida de lo posible toda la luz directa sobre las piezas, además de la conservación en fundas de algodón. La colección puede albergar en la actualidad un total de 2.000 trajes con sus correspondientes accesorios. En total podríamos hablar de unas 25.000 piezas.
Fondo documental
El museo presta un servicio muy valioso a los investigadores que necesiten consultar los fondos documentales. Teresa es la encargada de ofrecerles una atención personalizada, así como mostrarles los fondos digitalizados. En alguna ocasión no sólo la digitalización es suficiente y es necesario mostrar el documento original. Las consultas pueden ser de forma presencial o mediante correo electrónico. La mayoría de los investigadores que se dirigen al museo es para hacer tesis doctorales o masters.
Su departamento atesora toda la colección de obra sobre papel, integrada por figurines, escenografías, dibujos, estampas. Es una de las más ricas del museo, pues cuenta con unos 18.000 fondos catalogados. Además, también forman parte de estos fondos las fotografías, existiendo un total de 25.000 piezas. Por último, destacar los carteles y programas de mano.
El proceso de catalogación es similar al del resto de departamentos. La conservación de documentos se hace en planeros, con papel de seda o en archivos definitivos protegidos por sobres.
Teresa es una de las trabajadoras que pudo ver cómo se trajeron todos los fondos desde Madrid a Almagro.
Los documentos que más llaman la atención a Teresa son los relacionados con el Archivo de la Congregación de Nuestra Señora de la Novena (Gremio o Cofradía de actores, fundado en el siglo XVII).
Biblioteca y espacio para investigadores
El museo dispone de una biblioteca especializada en artes escénicas. Alberga distintos tipos de fondos bibliográficos: monografías, publicaciones periódicas, carteles, programas de teatro, grabaciones sonoras y audiovisuales. Es un apoyo para el resto de departamentos.
La biblioteca participó en un proyecto de digitalización de comedias sueltas del siglo de oro, la biblioteca dramática del siglo XIX y un Quijote. De la biblioteca dependen los programas de mano y carteles de teatros nacionales que abarcan desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días.
Escrito por: Antonio Luengo / MNT
Fotografía: Antonio Luengo