También se representó en el mismo Romea en 1992 con dirección de Sergi Belbel
El clásico de la dramaturgia catalana se estrenó el 6 de abril de 1900, en el Teatre Romea de Barcelona. Previamente, se había presentado el 12 de septiembre de 1899 en el Teatro Odeón de Buenos Aires -en versión castellana- con la compañía de María Guerrero y Díaz de Mendoza. La obra estaba dirigida por Enric Borràs que también interpretaba a Pere Màrtir. El reparto lo completaban Adelina Sala (Ágata), Adela Clemente (Mariona), Maria Morera (Caterina), Antònia Baró (Lluïseta), Emília Baró (Filomena), Iscle Soler (Baltasanet), Jaume Virgili (Baltasanet), Joan Domènech (Gregori ), Antoni Manso (Rufet) y Casimir Ros (Móllera).
El espectáculo regresó al Teatro Romea durante julio y agosto de 1992 con la Compañía Centro Dramático, dirigido por Sergi Belbel. Pere Arquillué, Jordi Banacolocha, Andreu Benito, Miguel Bonet, Marta Calvó, Laura Conejero, Jordi Figueras, Luis Marco, Cesca Piñón, Carmen Pla, Luisa Mallol, Miguel García, Chus Martínez, Jordi Rebellón y David Segú interpretaban la obra. Más tarde, del 29 de octubre al 3 de enero, la obra se prorrogó y Rosa Gàmiz, Anna Güell y Marta Marco se añadieron a la compañía.
El montaje en cartel en el Teatre Condal es una creación de La Barni Teatre a partir de la obra de Àngel Guimerà, bajo la dirección de Marc Vilavella y la dirección musical de Marc Sambola -creador también de la música y letras- y donde Jaume Viñas ha hecho su dramaturgia y letras. La hija del mar está interpretada por Xavi Casan, Mariona Castillo, Candela Díaz Sanz, Gracia Fernández, Neus Soler, Albert Mora, Arnau Puig, Marc Sambola, Clara Solé y Toni Viñals.
Sinopsis
Àgata, una joven rescatada del mar cuando era niña, ha crecido en un pequeño pueblo de la costa, rechazada constantemente por todos a causa de sus desconocidos orígenes. Una animalita, una paria, una forastera. Pero Ágata encuentra la paz en lo que justamente le robó su familia en ese naufragio, el mar. Con la inocencia de alguien que sólo piensa en el horizonte, la pesca y su “hermana” Mariona, la llegada al pueblo de Pere Màrtir hará que Àgata se vea involucrada en un complejo triángulo amoroso que, a pesar de nacer como un engaño, la llevará a vivir un amor romántico, extremo, puramente instintivo y loco, que desencadenará trágicas consecuencias.