El mismo espacio acogía la comedia de enredo El lindo don Diego, de Agustín Moreto, llegada desde Argentina por la Compañía de Teatro Clásico, con dirección, versión y adaptación de Santiago Doria. Don Diego, guiado por su fanfarronería y egolatría, sume a los personajes que lo rodean en equívocos constantes, plenos de humor y no exentos de una lección moral ya que, la imagen y comportamiento de este “figurón” nos permite mostrar la repulsa que provoca al ser humano de cualquier lugar y tiempo, el fanfarrón y el narciso en cualquier contexto socio político. Las situaciones son riquísimas y el humor de esta pieza, sumamente actual.
La penúltima Flor Nocturna llegó de la mano de Silvia Marsó y el pianista Manuel Cepero Gutiérrez. También participó el astrónomo Benjamín Montesinos en una noche titulada Clara la luna y claras las estrellas, donde las protagonistas fueron estas últimas.
El Corral de Comedias acogió, un año más, el homenaje que la Fundación del Festival hace a una persona vinculada al Festival, al teatro clásico… En esta ocasión, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro homenajeó la figura de Manuel Canseco. Autor, director, intérprete, productor e investigador; Manuel Canseco ha concentrado su actividad exclusivamente en el terreno teatral y literario. Ha dirigido el Centro Dramático y de Música de Extremadura, el Festival de Mérida y el Aula Teatro de la Universidad Autónoma de Madrid, así como numerosos teatros como el Teatro Lara, el Real Coliseo Carlos III y el Teatro Galileo, entre otros.
La compañía mexicana Carro de Comedias 2017 Teatro UNAM puso en escena en el Corral de Comedias lo que vino a denominar La plaza de Juan y Juana, La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón, y Los empeños de una casa de Sor Juana Inés de la Cruz. Ambas, con adaptación y dirección de Álvaro Cerviño.
Para finalizar las funciones en uno de los espacios más demandados y cautivadores del Festival de Almagro, el Corral de Comedias acogió a la compañía Tribueñe de Madrid con su propuesta El vuelo de Clavileño, a partir del Quijote de Cervantes, con versión y dirección de Irina Kouberskaya. Cervantes, poeta fue la última Flor Nocturna que llegó al Festival de la mano de Ángel Corpa a partir de versos de La Galatea y El Quijote de Cervantes. Por último destacar la presencia de Uruguay con su propuesta Tamar y Amón, homenaje a mis maestros Margarita Xirgu y José Estruch, militantes de la vida y del arte. Fragmentos de La venganza de Tamar de Tirso de Molina, y dirección de Levón.
El Teatro Adolfo Marsillach acogió en la segunda quincena del Festival la producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, La hija del aire, de Calderón de la Barca, con versión de Benjamín Prado y dirección del gran Mario Gas. Destacar la hija del aire interpretada por la maravillosa actriz Marta Poveda.
Ya en la Antigua Universidad Renacentista, AUREA, se pudieron ver platos fuertes como Entre bobos anda el juego, de Rojas Zorrilla, versión de Yolanda Pallín y dirección de Eduardo Vasco. La producción fue de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Noviembre Teatro. Sólo una oportunidad tuvo de verse en Almagro la obra de Calderón de la Barca Con quien vengo, vengo versionada y dirigida por Gabriel Garbisu y en cuyo elenco estaba un gran actor veterano como Juan Meseguer.
El espacio AUREA también acogió un concierto de Música inspirada en textos del Siglo de Oro, a cargo de la Asociación Banda de Música de Almagro dirigida por Germán Huertas del Castillo.
Uno de los platos fuertes del Festival, una de las propuestas con más seguidores, fue la de Rafaél Álvarez “El Brujo” que una vez más hizo las delicias del público con Dos tablas y una pasión, sobre textos de Lope de Vega, y versión y dirección del propio Rafael Álvarez.
El espacio lo clausuró una de las propuestas de danza programadas para este año. El Quijote del Plata, ballet a partir de la obra de Cervantes, con coreografía de Blanca Li, dramaturgia de Blanca Li y Santiago Sanguinetti, y dirección de Igor Yebra. Todo ello a cargo del Ballet Nacional Sodre de Uruguay.
El Palacio de los Oviedo puso en escena tres producciones en la recta final del Festival. Desde México, país invitado, la compañía Puño de Tierra-Teatro UNAM puso en escena Algo en Fuenteovejuna, a partir de “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, en versión y dirección de Fernando Bonilla. Una visión particular, cuya idea general es llevada a su cultura, espacio, política,… Del mismo país llegaba la Compañía Profesional de la Escuela Nacional de Arte Teatral para poner en escena Los locos de Valencia, de Lope de Vega, en versión y dirección de Antonio Algarra. El telón al Palacio de los Oviedo lo echó la Compañía de Manuel Canseco con María Estuardo. Corona trágica, a partir de “Corona trágica” de Lope de Vega, con versión y dirección de Manuel Canseco.
El Teatro Municipal de Almagro también cerraba la segunda etapa de la 42ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro con tres producciones. La primera de ellas a cargo de la compañía castellano manchega La Ruina Teatro, quien ponía en escena Ensayando un Don Juan, a partir de “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla, cuya autoría y dirección fue de Juanma Cifuentes. Desde Dublín visitó Almagro Denis Rafter, con su propuesta Don Quijote de Dublín, a partir de la obra de Cervantes, versionada y dirigida por él mismo. El hilo conductor de la obra es un narrador irlandés que consigue la complicidad y el interés del público a través del arte tradicional del bardo, personaje principal en el rico patrimonio de la literatura oral de Irlanda. La fábula del bardo cuenta las aventuras de un muchacho irlandés que vive en algún lugar de Irlanda de cuyo nombre no quiere olvidarse. La historia de este comienza en su adolescencia, cuando empieza a obsesionarse por los libros y las películas de aventuras fantásticas donde hay una eterna lucha entre el bien y el mal. Pero su atención se centra sobre todo en un libro de un tal Miguel de Cervantes que cuenta la increíble historia de un hidalgo llamado Don Quijote de la Mancha, un caballero andante que quiere devolver al mundo los valores de los viejos tiempos. Ya al borde de la locura, toma la decisión de seguir el ejemplo de Don Quijote, sembrando el amor y defendiendo a los más vulnerables.
El telón del Teatro Municipal caía con la versión colombiana de la Tropa Teatro de La vida es sueño de Calderón de la Barca, con dirección de José Alonso Mejía Román.
El Patio de Fúcares, uno de los espacios con más encanto del Festival, pero de menor aforo, volvió a acoger este año la producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico El banquete, sobre textos clásico universales, con dramaturgia de Álvaro Tato y selección de textos y dirección de Helena Pimenta y Catherine Marnas. Seis funciones se quedaron cortas para la demanda que ha habido de esta función por parte del público, que ya en la pasada edición se quedaba con ganas de más colgando el cartel de localidades agotadas en todos sus pases. Este año el elenco fue renovado, y contó con el trabajo de Lola Baldrich, Rafa Castejón, Víctor Sainz, Jesús Castejón, Aleix Melé, Manuela Velasco y David Soto Giganto.
El telón de este emblemático espacio almagreño lo echaba el país invitado, México, con Finjamos que soy feliz, con versos de Sor Juana Inés de la Cruz, dramaturgia de Ana Lucía Ramírez, diseño escénico de Guillermo Heras, y dirección de Araceli Rebollo Hernández; y la producción La lengua en pedazos, de Juan Mayorga y dirección de Diego Álvarez.
En la segunda quincena del Festival el Certamen Internacional Almagro Off cogía carrerilla y fuerza y presentaba nueve de las diez propuestas venidas de diferentes ciudades y que acogió el espacio del Silo. Así pudo verse Julieta & Ofelia; suicidas de toda la vida, a partir de los personajes de Shakespeare, versión de Julio Rojas y dirección de Aarón Lobato. La propuesta llegaba desde Madrid gracias a la compañía Los Bárbaros Artes Escénicas. La compañía madrileña La fuga del Betta ponía en escena Está todo pagado, de José Cruz y dirección de Alda Lozano. También desde Madrid la compañía Tablo Tablo Teatro presentaba la función Más es más, a partir de “El retablo de las maravillas” de Cervantes, con versión de Laura Esteban y codirección de Lucía Chamberí, Víctor Longás y Kevin Dornan. La compañía ThreeR Teatro ponía en escena Aire de Calderón de la Barca, en versión y dirección de José María Esbec. Jesús Briones Teatro visitaba el Festival con La casa del placer, a partir de textos de Sor Juana Inés de la Cruz y Mariana Alcoforado, en versión y dirección de Jesús Briones. Ambas producciones venidas desde la capital española. Desde Madrid también visitaban el Silo tres producciones más; Romeo y Otelo (una comedia negra contra el heteropatriarcado) de Pedro Víllora y dirección de Cecilia Geijo, de la compañía Theatro Il Trancce Di Las Besthias; la compañía Poseidonia proponía Cabaret Barroco, de Laura Esteban y dirección de Andrea Krull; y por último, la compañía Los Martes No ponía sobre las tablas del Silo La Margarita del Tajo que dio nombre a Santarén, de Ángela Azevedo, adaptación libre de María Gregorio y Anaïs Bleda, y dirección de ésta última. Por último, y desde India, la compañía El Clavileño presentaba su visión particular sobre Marta la piadosa, de Tirso de Molina, versión y dirección de Varoon P. Anand y Alka Jaspal. El espectáculo ganador de la 9ª edición del Certamen Internacional Almagro Off fue La Margarita del Tajo que dio nombre a Santarén, de la compañía madrileña Los Martes No.
La Iglesia de las Bernardas acogió la propuesta de la Fundación Corral de Comedias de Microclásicos, en versión y dirección de Antonio León-Norton P., y que se pudo disfrutar del 4 al 28 de julio.
Una de las novedades de esta edición, y que gozó de gran acogida, fue El teatro de sus Mercedes. El Teatro de sus mercedes, nos propone una versión de Ignacio García motorizada y en automóvil de la obra de Lope de Vega El perro del hortelano donde los celos y amores, las contradicciones entre lo socialmente correcto y el libre albedrío, las idas y venidas de esta elegante comedia lopesca, se desarrollan por las blancas y adoquinadas calles de Almagro, de palacio en palacio, con tres únicos espectadores a bordo de un mercedes que surcarán los bellos y fervientes versos de Lope. La condesa Diana celosa y enamorada de su chofer y secretario Teodoro al volante, nos mostrarán en 25 minutos la esencia dramática de la obra en este singular espacio escénico móvil y cercano.
Nuevamente en el apartado de espectáculos y actividades de acceso libre y gratuito, destacar las llevadas a cabo en el Claustro del Museo Nacional del Teatro como la proyección, por segunda vez, de la serie de televisión Juana Inés, producida por Canal 11 y Bravo Films (México). En el mismo espacio se llevó a cabo el segundo encuentro de la edición de Berenjenas con queso en torno al patrimonio teatral barroco en español. El Premio Lorenzo Luzuriaga también se hizo entrega en este espacio, que en esta ocasión recayó en el actor Rafael Álvarez “El Brujo”.
La Iglesia de San Blas acogió la propuesta de la compañía mexicana Circo de Sombras, El lado oscuro de Cervantes, a partir de “El retablo de las maravillas” de Cervantes, con adaptación y dirección de Carlos Rodríguez. El mismo espacio acogió las voces de la Coral Polifónica Orden de Calatrava de Almagro, con su espectáculo Voces del Renacimiento, bajo la dirección musical de Justo Vicente Fernández Pedrero.
Otro de los espacios neurálgicos de la ciudad de Almagro durante su Festival es la Plaza Mayor. En esta segunda quincena se pudo ver, nuevamente, y gracias a la compañía Samaruc Teatre de Valencia, Coplas y romances de cordel. Romancero ONCE. La Asociación Tierra Roja mostró sobre el escenario de la plaza el colorido y vistosidad de sus trajes y la música y el baile tradicional de la región que han llevado por toda España y Europa con el concepto de entender y transmitir el folclore como espectáculo. El sonido atronador de los Tamborileros de Hellín clausuraron en la Plaza Mayor la 42 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
Teatro en los Barrios ofreció en la segunda quincena del festival La gran lucha del mundo, de la compañía mexicana La Quinta Teatro y Al Rescate, con dramaturgia de Berta Soní y dirección de Salomón Santiago López. Se pudo ver en la Ermita de San Juan y el Pradillo de San Blas.
Otro apartado al que la organización del Festival presta bastante atención es a las exposiciones. Fue el caso de la magnífica exposición que se pudo ver en el Espacio de Arte Contemporáneo titulada Arte y provocación. La copla como género escénico, organizada por el Museo Nacional del Teatro y la Fundación Miguel de Molina. El teatro Adolfo Marsillach acogió la exposición Adolfo Marsillach: escenificando a los clásicos, organizada por el Museo Nacional del Teatro y la Fundación Festival de Almagro. La iglesia de San Agustín albergó la exposición España en la PQ 2019, instalaciones artísticas expuestas en la Cuatrienal de Praga, el encuentro mundial de Escenografía, comisariado el Pabellón de España por Ángel Martínez Roger. El Museo de la Blonda, en plena Plaza Mayor, dio cabida a la exposición Autorretrato en tres jornadas. Pedro Moreno, organizada con la colaboración del Museo del Encaje y la Blonda. Pedro Moreno, Premio Nacional de Teatro en el año 2015, se le ha definido como poeta del estilismo, es artesano y maestro del figurinismo español, y se le sitúa entre los grandes nombres que se han dedicado a este hermoso oficio: Víctor María Cortezo, Vitín, Vicente Viudes, Miguel Narros o Francisco Nieva. Este madrileño ilustre, estudió Antropología en París y se forjó al lado de Elio Bernhayer. Empezó su carrera para el teatro al lado del director José Carlos Plaza y ha trabajado con los grandes nombres de la dirección escénica del siglo XX como José Tamayo y José Luis Alonso. Dentro de esta selección pudimos ver los trajes realizados para zarzuelas tan importantes como La del soto del parral o Los diamantes de la corona y para la película El perro del hortelano, cuando Pilar Miró dirigió el clásico de Lope de Vega para la gran pantalla, cuyo diseño de vestuario fue Premio Goya en 1997. Volvió a ganar el Premio Goya en el 2000 por Goya en Burdeos de Carlos Saura y el Premio Max 1998 por Pelo de Tormenta de Francisco Nieva.
La última exposición se pudo ver en la Iglesia de San Blas. Fue Voces para Sor Juana. Voces para Sor Juana surge de la idea de intentar que el homenaje y la presencia de Sor Juana Inés este año en el Festival sea global y transversal y vaya más allá de lo puramente artístico. Se pretende que su mensaje, tan militante y positivamente feminista, llegue al resto de ámbitos y que, además, los espectadores puedan ver la modernidad de su pensamiento. De esta idea surgió la iniciativa de crear una instalación audiovisual en la que muchas mujeres del mundo se unieran y pusieran voz al mensaje de Sor Juana Inés y, en este caso, a su poema ‘Hombres necios’ para reivindicar la vigencia de su discurso. Mujeres de la política, de la academia, de la ciencia, del arte; mujeres europeas, americanas, asiáticas, africanas, del mundo étnico, árabe, prehispánico. En definitiva, decenas de mujeres de todo el mundo, de diferentes culturas y en diferentes lenguas, unidas para transmitir toda la grandeza del personaje y el pensamiento feminista de Sor Juana Inés de la Cruz.
Paralelo a la vorágine de espectáculos y espectadores, se dan cita, quizá, los actos menos conocidos por el gran público. Es el caso de las Jornadas y talleres. Así, se pudo disfrutar y participar en Una palabra a tiempo, en colaboración con el Instituto de Teatro de Madrid (ITEM), RTVE y El País; Todo el mundo es opiniones, coloquios organizados por la Asociación de Hispanistas de Teatro Clásico; XLII Jornadas de Teatro Clásico: Sor Juana Inés de la Cruz y el teatro Novohispano, organizado por la Universidad de Castilla-La Mancha; El verso en las dos orillas: recitar poesía y teatro del Siglo de Oro, organizado por el Taller de Verso Clásico (Chile), Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Instituto de Literatura de la Universidad de los Andes Chile y Grupo de Investigación de Teatro Clásico Español (GITCE) de la Universidad de Castilla-La Mancha; Barroco de ida y vuelta, organizado por el CELCIT, Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral y coordinado por Luis Molina y Elena Schaposnik; Taller de danza y percusión africana, impartido por los actores de “Fuenteovejuna, el valor de las mujeres” (Costa de Marfil); Las señoritas invisibles se van a comer el mundo, organizado por La cocina encuentada e impartido por Teresa Pérez Fernández; Taller infantil de meteoritos y cráteres lunares, organizado por SEA y Centro de Astrobiología; Almabraille, organizado por ONCE.
Por último, el Festival sirvió como plataforma para presentar los libros De dragones, de estrellas y del Corral de ver y oír las comedias, de Monserrat Rayo Olmo; Valor, agravio y mujer, de Ana Caro Mallén; Las mil caras de la luna, de Eva Villaver; y 90 Monologues from Classical Spanish Theater, de Barbara Fuchs, Jennifer L. Monti y Laura Muñoz.