«Yo ya viví tiempos muy difíciles, de sufrimiento y frustración, pero también de apretar puños y tirar hacia adelante. De aquella época tengo un recuerdo muy amargo que el público ya trata de hacerme olvidar, pero los que se lamentaron, desaparecieron», ha señalado en un encuentro con periodistas.
Espert, actriz, directora, gestora cultural y empresaria teatral, ha recibido este galardón por unanimidad por «su gran legado». La intérprete recibirá el Premio Max de honor el próximo 1 de julio de 2024 en el Auditorio Adán Martín de Tenerife durante la ceremonia de entrega de estos galardones.
La actriz se considera feminista «antes de que se inventase la palabra» y reconoce que a lo largo de su carrera no se ha encontrado con tantos impedimentos por ser mujer. «Mi profesión es una de las más avanzadas para darle su sitio a la mujer», ha recordado, señalando por ejemplo que si en el libreto de una obra se indica que «entra Rosaura, tiene que entrar esa mujer».
Para Espert, es necesario que en el teatro continúen «mujeres que luchen por la cultura», algo que viene ocurriendo «antes de esta pequeña revolución pero tan importante» que es la del feminismo actual. «En nuestra época fuimos desvergonzados y doy gracias», ha indicado, volviendo la vista atrás cuando firmó un documento –en el año 1979– junto con otras mujeres en el que se decía que abortaba «por propia voluntad».
Así, recuerda ese momento como «una provocación», pero que no «trajo consecuencias» y ahora está «orgullosa» de su forma de actuar. «No nos encerraron en la cárcel, pero nos regañaron y mi marido estaba furioso», ha indicado.
Espert considera que ha tenido «mucha suerte en la vida y con los papeles», aunque si tuviera que escoger un papel que todavía no ha llevado a las tablas sería el de ‘Cleopatra’ -«es el momento ideal», ha reconocido con una sonrisa-. Tampoco podría elegir un papel de entre todas las obras que ha representado, lo que no quita que sí tenga una ‘espina clavada’.
«Elegir solo una cosa no puedo, porque elegiría mal, pero sí que puedo decir una cosa en la que no estuve bien», ha afirmado, aludiendo a su papel como Próspero en ‘La tempestad’, de William Shakespeare. Allí fue dirigida por «un grandísimo director» -si bien no ha dicho su nombre-, pero ella no se sintió «a la altura».
Nuevo proyecto
La actriz también ha desvelado que seguirá trabajando y ya cuenta con un proyecto para los próximos meses que ha aceptado. Pese a no desvelar totalmente de qué se trata, sí ha apuntado que será un texto de Wajdi Mouawad -el autor de ‘Incendios’- que ya está «estudiando».
Espert fue una pionera dedicada a su propia compañía. En 1959 fundó junto con su marido Armando Moreno la compañía Nuria Espert, que comenzó con ‘Gigí’ de Colette y ‘Las criadas’ de Jean Genet. Y en su memoria destacan textos de Lorca y Valle-Inclán que le abrieron las puertas de los grandes teatros de todo el mundo.
Emprendió entonces una gira internacional que perduró casi una década con ‘Yerma’ (con la que se consagró e hizo más de 2.000 representaciones en el Teatro de la Comedia de Madrid), ‘Doña Rosita la soltera’ o ‘Divinas palabras’. Espert ha reconocido que este galardón «es deseado y ha tardado en llegar».