Hija del maestro de ballet y coreógrafo de Reus, Pere Mauri, y de Carmen Amada Segura, de origen mallorquín, Isabel Amanda Rosa Mauri Segura nació en Palma de Mallorca, el 15 de septiembre de 1849, aunque siempre se sintió y ejerció de reusense. Bajo la tutela de su padre, inicio su carrera, completando su formación de la mano del coreógrafo y bailarín belga Henri Dervine. Debutó en Mallorca en 1865 y, un año después, accedió al Teatro Principal de Barcelona, contando como partenaires con Vicente Moreno y Manuel Panadero.
Su carrera fue creciendo hasta convertirse en Primera Bailarina en baile español en el Teatro Principal de Barcelona en 1871 y en Primera Bailarina del Liceo de Barcelona en 1873. Tras algunas actuaciones en el extranjero como en el Teatro Imperial de Berlín donde le felicitó el emperador Guillermo I de Alemania en 1875, Teatro Comunale de Trieste, Teatro Imperial de Roma y Teatro Regio de Turín, su carrera eclosionó gracias a una actuación en La Scala de Milán en 1877, debido a la que el compositor Charles Gounod recomendó que la contrataran en el Ballet de la Ópera de París. Se convirtió en étoile de la prestigiosa compañía parisina un año después, consiguiendo el favor del público que la apodó la ‘Patti del ballet’, en alusión a la soprano Adelina Patti.
En la Ópera de París, creó papeles en los ballets “La farandole”, “La Tempête” o “Sylvia”, este último con música de Léo Delibes, obra en la que estableció el canon de interpretación. Su papel más recordado fue “La Korrigane”, con coreografía de Louis Mérante sobre música de Charles-Marie Widor, estrenado en 1880 y que realizó más de cien representaciones en la Ópera de París. Jules Massenet en su ópera
“El Cid” (1885), creó el ballet especialmente para ella. Se retiró de escena en 1898 con la interpretación de “L’Étoile” de Andrée Wornmeser, aunque siguió vinculada a la casa francesa de ballet como maestra de ballet y mentora de gran parte de las bailarinas parisinas de comienzo del siglo XX.
Su carácter y personalidad inspiró a numerosos artistas que la inmortalizaron como los pintores Edgar Degas, Édouard Manet, Pierre-Auguste Renoir, Anders Zorn, Léon-François Comerre, los escultores Denys Puech, Laurent-Honoré Marqueste, Eusebi Arnau y el fotógrafo Nadar. Muy conocidas en el mundo del ballet son las pinturas de Degas “Fin d’arabesque” (1877),”Danseuse sur scène” (1878) o “Ballet vu d’une loge à l’Opéra” (1885). También inspiró a literatos como a Stephane Mallarmé, quien tras verla actuar en “Le deux pigeons” escribió que estaba impresionado por “sa divination melee d’animalite” (su divina animalidad).
Entre los hechos anecdóticos de su biografía, se cuenta que se negó a comer caviar porque el zar se había vuelto a hablar con una acompañante durante su actuación. Otro rumor asegura que Antonin Proust, que había sido Ministro de las Artes (1881-1882) y amante de Mauri, se suicidó dos días después de una virulenta pelea con ella durante una cena.
Roseta Mauri falleció en su casa de París (rue Scribe 19), el 3 de diciembre de 1923 y fue enterrada en el cementerio Montparnasse en la tumba familiar donde descansan sus padres y sus hermanos. A partir de 2002, su amado Reus convoca el Premio Internacional de Danza Roseta Mauri.