España es un país raro. Aquí la tragedia y el carnaval van cogidos de la mano, paseando por la calle, sin saber qué dirección tomar: el cielo o el infierno. España es un país raro y, tal vez por eso, la gloria y la blasfemia se rezan en la misma misa o en la misma taberna. Y, además de ser raro, España, esta España nuestra, no tiene ninguna gracia... aunque hayamos aprendido a reírnos de nosotros mismos, que aún nos queda algo de inteligencia....