Álvaro Casares de autodefine como un humorista costumbrista, un tipo de comedia que confiesa no consume pero que lo ha coronado como tendencia desde que hace cuatro años, en plena pandemia, sus vídeos empezaran a viralizarse gracias a TikTok, haciendo que la gente se reconociese en lo que estaba viendo, esbozando una sonrisa, esperando que subiese más contenido como ése para ver si aquello era un chispazo de casualidad, o el germen de algo nuevo que mereciese la pena -y vaya si lo ha valido-...