En relación con la figura de Carmen Martín Gaite, La tristura ha destacado que se parecen a ella "en algunas cosas, y eso nos alegra; buscamos siempre, hablamos y escuchamos, intentando generar esa situación sencilla pero trascendente para comprendernos mejor". No obstante, si ella aún estuviera aquí "no haríamos esta obra". Y es que, según han explicado, "Carmen Martín Gaite pasó toda su vida buscando a su interlocutor, alguien con quien poder seguir pensando, escribiendo, imaginando. Le obsesionaba el habla de las personas, perseguía sin descanso esa conversación siempre deseada. Sus personajes buscaban comprensión, buscaban amor, exponían su fragilidad y su fortaleza, trataban de sentirse menos solos".