La historia está hecha de pequeños momentos indescifrables en los que una pequeña decisión puede cambiar el curso de la Humanidad. Si Stefan Zweig hubiera vivido lo suficiente en su exilio, probablemente habría incluido en una segunda parte de sus “Momentos estelares de la humanidad” el encuentro que mantuvieron los físicos Niels Bohr y Werner Heisenberg en 1941 en una Copenhague ocupada por los nazis. Un pequeño paseo de diez minutos por las frías noches de la capital danesa que pudo cambiar la historia de la Humanidad....