Para nuestra protagonista hay dos horas fundamentales en el día. Una de ellas, es por la mañana a las ocho o nueve. En esa hora tiene la cabeza muy despejada. Pero a las siete u ocho de la tarde también se la puede “pillar” muy despejada. De pequeña quería ser aguadora. Recuerda que estaba jugando un día con su hermana y, de repente, empezó a decir que quería ser pastora y vivir en el campo. Cuando le preguntaron a Paula qué quería ser lo tuvo muy claro, quería ser aguadora para llevarle agua a su hermana para que no se muriera de sed en la montaña. El juguete de la infancia que recuerda con más cariño es una “lonchera” como lo llamaba su padre, una pequeña cajita azul con la que él jugaba de pequeño y que estaba toda llena de animalitos y figuritas de colección. “Lo heredamos mis hermanos y yo, y era casi un misterio jugar con aquellos juguetes”....