El movimiento es una de las necesidades fundamentales del ser humano y el acto escénico es otra de ellas. Ambas toman un papel protagonista en la primera infancia. Desde el juego simbólico, la dramatización o la personificación de objetos y animales, hasta el mecer, aprender a moverse o el “este niño no puede estar quieto”. El movimiento es vida y el teatro también lo es. Estos pequeños pies empiezan esta andadura, esperando que el camino sea largo y que cada vez caminen sumando mayor número de pies y más juntitos....