El espectáculo, que se representa el 6 y 7 de febrero, se realiza dentro del proyecto internacional Prospero Extended Theatre, financiado por el programa Europa Creativa de la Unión Europea
La aproximación de Fattier al universo femenino de Ibsen está en consonancia con la investigación artística que la directora y su compañía Solarium se plantearon hace años para plasmar la unión entre la literatura y el espíritu del tiempo contemporáneo, lo que a veces implica reescribir textos o combinarlos con otros materiales (como ocurre en Hedda), para hacerlos vivos en el presente, como en su debut como directora en 2008 con Fedra. Posteriormente ha dirigido La posibilidad de una isla (2014), a partir de la novela de Michel Houellebecq, El amante de Harold Pinter (2015), Elisabeth II de Thomas Bernhard (2016), Bugde Tracy Letts (2018) y Otelo (2018).
En Hedda el proceso de construcción del montaje se sostiene, además de en el texto, en el uso de cámaras de vídeo que difunden simultáneamente sus imágenes en escena. Una cámara capta a los actores en el plató de la ficción de Hedda Gabler y otra, con una imagen más “sucia”, sigue a los actores entre bastidores, en los camerinos y durante los ensayos.
De esta forma, el espectador contemplará la trama de la obra que sucede en el presente, la obra de Ibsen y la película que van grabando las cámaras. Esta trama sitúa en su centro a Laure Stijn Milner, una directora de teatro de cuarenta años que pone en escena Hedda Gabler. Con esta obra quiere homenajear a su joven hermana actriz, fallecida diez años antes a causa de los golpes y malos tratos psicológicos de su novio.
En el proceso de creación la directora aporta elementos de su pasado (un exnovio que hace uno de los personajes, el escenario inspirado en una villa donde vivió en su infancia, la música de su padre compositor). Sus ambiciones artísticas se ven superadas por la estrecha vinculación entre la ficción de la pieza de Ibsen y su historia personal.
Los problemas alcanzan su clímax cuando la actriz que debía interpretar a Hedda anuncia que está embarazada y finalmente se niega a encarnar la violencia que le exige su papel, y más concretamente el suicidio de Hedda. En medio de los ensayos, la actriz desaparece.
En Hedda, Aurore Fattier elige no representar a una heroína fascinante que se enfrenta a su trágico destino. Más bien, cuestiona este mito e invita a encontrar en la obra de Ibsen una forma diferente de contar la historia de vida de una mujer.
“Hemos creado una obra que se interesa profundamente por la mujer, de la manera más sincera posible, y que incorpora todas las contradicciones que puede conllevar ser mujer. En ese sentido, es una obra feminista”, explica Fattier. “Por otro lado, socava los ideales feministas de moda, como el empoderamiento o la sororidad. No presenta un modelo de guerrera o de mujer brillante”.
Para la directora de Hedda, en este montaje “no hay ideología, pero sí un interés por la honestidad y el realismo sobre el hecho de ser mujer hoy en día. Uno de los retos era conseguir que nuestra protagonista, Laura, tuviera el control de su vida, en comparación con Hedda Gabler. Ella trabaja. Además de Laure, nos interesan personajes femeninos de diferentes edades, de 25 a 60 años, y su relación con el deseo, la sexualidad, el poder, los hombres, la maternidad…”
Hedda pretende, además, mostrar, al confrontar esta historia con lo que podría ser una noticia contemporánea (el feminicidio de una joven actriz y las repercusiones en sus familiares), la diferencia que existe entre la violencia que sufren las mujeres en el mundo real y la forma en que se ha idealizado a través de los monumentos culturales erigidos por nuestros antepasados.
Aurore Fattier: teatro, cine, ópera
Directora y actriz francesa afincada en Bruselas, Aurore Fattier estudió dirección en el Institut National Supérieur des Arts du Spectacle tras realizar un máster en Literatura Moderna en la Universidad Paris X-Nanterre. Creó en Bruselas, en colaboración con el dramaturgo Sébastien Monfè, la compañía Solarium, que desde entonces se ha asociado frecuentemente al Teatro de Lieja, al Teatro de Namur y al Teatro Varia de Bruselas.
Desde su debut como directora con Fedra en 2008 y La pulga en la oreja de Feydeau, su teatro se ha inspirado en obras clásicas y contemporáneas, creando formatos de espectáculos de “gran escenario” y colaborando regularmente con importantes productoras teatrales de Europa (como el Teatro de Lieja, el Teatro Nacional de Valonia de Bruselas, el Teatro Nacional de Cataluña…).
Recientemente, ha traducido y dirigido Who’s Afraid del autor flamenco Tom Lanoye. Como actriz ha actuado en teatro bajo la dirección de Michel Dezoteux, Armel Roussel, Philippe Sireuil, Caspar Langhoff, Jan Fabre y Chloé Dabert (Le Firmament). Su aportación al cine la ha hecho en películas de Alexe Poukine, Catherine Cosme, Thomas Van Zuylen, Jean-Benoit Ugeux, Xavier Serron y Emmanuel Marre.
Artista asociada a la Comédie-CDN de Reims, próximamente creará el espectáculo itinerante, Paisaje con huellas, Episodio 1: Grand Est, basado en textos de V. Despret y B. Morizot. También dirigirá su primera ópera, Katia Kabanova, de Leos Janacek, bajo la dirección del maestro Andreij Yurkevych.