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Carla Nyman presenta «Hysteria» su ‘disidente y surreal’ propuesta en el Teatro de La Abadía, una producción de Teatro Kamikaze en coproducción con La Abadía

Lluna Issa Casterà y Mariano Estudillo

Lluna Issa Casterà y Mariano Estudillo

El Teatro de La Abadía presenta su primer estreno nacional de la temporada. Una función íntima, cruda, surrealista en ocasiones, llena de sarcasmo e ironía. Protagonizada por dos jóvenes intérpretes: Lluna Issa Casterà y Mariano Estudillo. Desde el 25 de septiembre y hasta el 13 de octubre en la sala José Luis Alonso
Carla Nyman escribe y dirige este texto en el que habla de “todas y todos aquellos que buscan una alternativa a la lógica impuesta”, en sus propias palabras, “y también del deseo, de la insatisfacción y de la violencia sistémica”. Una propuesta muy personal, donde se ensamblan lo físico y lo sonoro para hacer “una alegoría de la condición humana y sus males en el siglo XXI”

Precisamente, el director artístico de La Abadía ha destacado: «Para el Teatro de La Abadía es fundamental dar ocasión de expresión a nuevas creadoras y creadores. Les ofrecemos espacio, tiempo y confianza. Carla Nyman es una de esas creadoras a la que venimos siguiendo desde hace un tiempo. Ya pudimos tenerla en ‘Poetas en La Abadía’, en la construcción de una experiencia inolvidable con Ana Rossetti, y ahora llega a La Abadía como autora, directora y líder de otros creadores escénicos. En esta obra, los seguidores de Nyman reconocerán importantes fuerzas de su poesía y narrativa, pero acaso puedan descubrir otras fuerzas, talentos y singularidades de su mirada». 

A continuación, Carla Nyman ha tomado la palabra para hablar de «la importancia del ensamblaje no solo en la ficción de Hysteria, donde veremos cuerpos ensamblados, sino en el funcionamiento del propio equipo». La directora ha hecho hincapié en esta idea para hablar de un tema presente en el montaje que se estrena mañana, 25 de septiembre y que estará hasta el 13 de octubre en la Sala José Luis Alonso. «Trabajamos mucho lo surreal como una forma de deformar la realidad, pero también de arrojar luz sobre aquellas cosas que siempre estuvieron ahí, pero de pronto se presentan sorpresivas, novedosas, extrañas, que causan la risa».

Asimismo, ha explicado parte del origen de la propuesta en la que afirman «partimos de una investigación escénica en la que rastreamos lo que históricamente se conoce como histeria para explorar cómo llega a nuestros días dada la vuelta: en forma de depresión y manía, los dos grandes males de nuestro siglo. Si la histeria responde a una descarga del malestar reprimido, la depresión y la manía son una represión de ese malestar, una negación. Y precisamente por negar nuestra vulnerabilidad nos provoca constantemente estar performando una falsa coraza que no se corresponde con nuestra verdadera identidad y nos hace huir hacia delante». 

Un montaje liberador

Hysteria es definida por Carla Nyman como una cosmogonía o un mito del origen del mundo, planteado desde el discurso de la histérica. Para la autora, las histéricas y los histéricos «son todos aquellos y aquellas que buscan una alternativa a la lógica impuesta. La histérica no está gritando, está introduciendo nuevas palabras en el lenguaje para transformar la realidad» asegura. Y desde esa raíz, el de la liberación, la de evitar la represión y la automutilación, la directora presenta un montaje con un carácter muy libre, sin filtros. 

Carla propone un montaje que va desde lo sensorial a lo reflexivodesde la tragedia a lo absurdo y también a lo cómico. Para amplificar lo sensorial de la obra, la directora ha trabajado «desde esos otros lenguajes y códigos, una especie de «rapto sensorial» en el que buscamos que el espectador o espectadora se sienta atrapado o atrapada e incluso que experimente la intromisión del doctor dentro de la paciente».  A ello contribuyen el diseño sonoro de Sandra Vicente, el diseño lumínico de David Picazo, todo el trabajo de cuerpo de Danielle Mesquita y Juan Pérez y una escenografía «mutante», la de Monica Boromello que «a veces parece un sanatorio, otras remite a Finlandia, otras es el propio cuerpo…». 

Lluna Issa Casterá, actriz que interpreta a Agustina, ha recalcado especialmente el espacio sonoro, trabajado mano a mano con Mariano Estudillo y Sandra Vicente: «El sonido es universal, te transporta, te aporta algo seguro y aquí hay algo orgánico, del cuerpo, hay suspiros, alientos… Están nuestras voces y las del resto de personajes, que de alguna manera están presentes energéticamente». En este sentido, Mariano Estudillo agregaba «la oportunidad de la residencia sonora que pudieron hacer en La Abadía para explorar las posibilidades sonoras del cuerpo humano». 

Carla Nyman, un valor en alza

Graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, Carla Nyman (Palma, 1996) es escritora y directora escénica y, desde 2022, es miembro oficial de la Academia de Artes Escénicas de España. Además, imparte clases de escritura creativa en la Universidad de Salamanca (UVirtual) a la vez que escribe su tesis doctoral en la Universidad de Sevilla.

En su perfil interdisciplinar destaca su predilección por el teatro inmersivo y experimental, así como la cuestión escatológica y la representación artística de la experiencia de fusión con el otro, ingredientes presentes en su última creación, Hysteria. Con su ópera prima Yo solo vine a ver el jardín, inspirada en «Los jardines y campos sabeos» de Feliciana Enríquez de Guzmán, resultó ganadora en el Certamen Internacional Almagro OFF. Otros títulos, como Huerto, con producción, creación, coreografía e interpretación de Paula Quintana, pudieron verse en el Corral de Comedias de Alcalá en 2023 y disfrutó de una residencia en 2021 en el Teatro de La Abadía. Su última obra dirigida fue La profesora, con Isabel Ordaz y Marcial Álvarez, en 2023.

Como escritora ha publicado Tener la carne (su  primera novela, Reservoir Books, 2023), Líquida tuya y vertebrada (Letraversal, 2023), Quiero ver cómo la gente sin cuerpos hace el amor (Cántico, 2023), Movernos en la sed (Valparaíso, 2021), que obtuvo el Premio XI Valparaíso, y Elegías para un avión común (Torremozas, 2020), con el que recibió XXI Premio Gloria Fuertes de Poesía. Asimismo, destaca su faceta como guionista cinematográfica, ya que ha escrito cuatro guiones, entre los que se encuentran ZERØ, premiado en el Festival Films In-Fest de Palma de Mallorca.

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