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Cristina Medina protagoniza «Lunátika», un delirante viaje a la luna que nos advierte sobre cómo nos controlan la mente

Lunátika es un canto a la liberación de la mente y el cuerpo a través del humor absurdo, y es el segundo espectáculo en el que la actriz y productora Cristina Medina se encuentra sola en el escenario

Para Remedios Crespo, directora de Lunátika, Cristina despliega en Lunátika su “descomunal, por fuera de lo común, fuerza dramática y vis cómica”. En la obra, la Doctora Romualda Isabel Antón Pirulero, más conocida como Doctora Por Teléfono, imparte una conferencia sobre estrategias de manipulación mental para demostrarnos que hacen con nosotros lo que les da la gana. A partir de ahí, nos propone su particular visión de cómo escapar del control mental y vivir más libres, ayudándonos a convertirnos en auténticos Supernadies, personas capaces de salvarse a ellas mismas.

La joven Mary Lonly, recientemente enviada a la Luna, servirá de rata de laboratorio a la Doctora Por Teléfono para ilustrar más claramente esas maquiavélicas estrategias de manipulación, y cómo podemos combatirlas con su peculiar ayuda.

Para Remedios Crespo, embarcarse en Lunátika es emprender un viaje a la luna y “enfrentarnos, entre otras cosas, a una oscuridad imprevista y delirante. Indagar en los eclipses que nos provocamos unas personas a otras, en la velocidad de la luz (y la de las alpargatas), en la gravedad, y en la ingravidez de los objetos y de las situaciones, e intentar responder a una pregunta: ¿qué es ser Lunátika? ¿Una okupa en la Luna? ¿O alguien, como dice el diccionario, con cambios bruscos de humor? Por ejemplo, alguien que cambia del humor absurdo al humor negro. Del negro al blanco, pasando por la ironía (sin levantar la ceja), y el surrealismo”.

Como todo aquél que emprende un camino propio, “nuestra Lunátika Mary Lonly se enfrenta a la incertidumbre de dar un paso sin saber si hay suelo para dar el siguiente. Y desde esa posición de aparente fragilidad, mirará a la Tierra en la distancia y se hará preguntas trascendentes como: ¿de verdad mi madre sabe a qué me dedico? ¿De verdad me ha escuchado cuando le he dicho que no eche un puñado de arroz para mí, y que no me da tiempo a llegar a comer?”

Lunátika “es un viaje de diez mil leguas al centro del misterio, a lo malo conocido y a lo bueno por conocer. Con el miedo y la valentía en el cuerpo, y con muchas ganas de reír y hacer reír. Sin ninguna obsesión por ser originales ni hacer la crítica más corrosiva, pero con el deseo expreso de huir de lo trillado, y conquistar nuevos territorios lunáticos y cómicos. En último caso, la aspiración de Lunátika es clara: no dar nunca por hechas las risas, experimentar y arriesgar en la incertidumbre, y, sobre todo, hacer camino al reír…”, expresa Remedios.

 

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