“Las tragedias no tratan sobre los héroes, tratan de la gente común. Una buena tragedia resulta ser un espejo”, señala Donnellan
Edipo Rey forma parte de las tragedias del ciclo tebano Oidiopoidia. Sófocles la escribió en torno a los años 430-428 a.C. Recrea el mito de los Labdácidas e inicia la historia en el momento en el que Edipo ya es rey de Tebas y la ciudad sufre una epidemia de peste. Los súbditos de Edipo llegan al palacio, rogándole que salve a la ciudad. Creonte, el cuñado de Edipo, trae la respuesta del oráculo de Delfos: la plaga no terminará hasta que el asesino de Layo, antiguo rey de Tebas, muerto muchos años antes, sea expulsado de la ciudad. Edipo inicia una investigación para encontrar al asesino, pero lo que averigua es la verdad sobre su origen.
Donnellan, que vuelve a la cartelera española tras dirigir a finales del pasado año La vida es sueño de Calderón de la Barca, resume la obra teatral de Sófocles en apenas una hora y veinte minutos. El riesgo de exponer a sus actores al público es uno de los atractivos de este montaje. “Los actores, no pueden esconderse ni defenderse con la ayuda de la decoración o de los compañeros”, resaltó en su reseña con motivo del estreno rumano el crítico del Observador Cultural. “Lo verdaderamente sorprendente en este Edipo –añade– es la claridad con que Declan Donnellan extrae una esencia profundamente contemporánea del texto de Sófocles: la arrogancia de intentar derrotar las condiciones de la realidad ignorándolas”.
“Las tragedias no tratan sobre los héroes, tratan de la gente común. Una buena tragedia resulta ser un espejo”, señala, por su parte, Declan Donnellan, que ha colaborado en varias ocasiones en Rumanía a través del Festival Internacional de Shakespeare de ese país.
Para Nicolau Hariclea, consultor de la dramaturgia del montaje, la atracción que suscitan los mitos antiguos, como este de Edipo, para quien vive hoy se debe a que “lo trágico nunca ha desaparecido de la esencia de la humanidad, porque la humanidad lo contiene. La esencia de lo trágico emana de la desesperación que sentimos ante el destino implacable”.
“Esta tragedia, como la mayoría de las demás, -en opinión de Donnellan -tiene que ver con nuestra inmensa capacidad de engañarnos a nosotros mismos y de nuestra capacidad de no asumir la responsabilidad de lo que hemos hecho. Pero podemos aprender. Entonces podremos descubrir este misterioso proceso: que podemos obtener la libertad, pero sólo cuando empecemos a prestar atención y asumir responsabilidades”.
Giras por todo el mundo
Declan Donnellan nació en Inglaterra en 1953 de padres irlandeses y creció en Londres. En 1981, él y su socio Nick Ormerod formaron Cheek by Jowl, cuya primera producción fue The Country Wife, estrenado en el festival de Edimburgo en 1981. Desde entonces, la compañía ha realizado giras por todo el mundo con producciones en inglés, francés y ruso. En 1989, fue nombrado director asociado del Royal National Theatre de Londres, donde dirigió, entre otras producciones, Fuenteovejuna de Lope De Vega, Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street de Stephen Sondheim, The Mandate de Nikolai Erdman y Angels in America de Tony Kushner.
Donnellan ha dirigido para el Festival de Aviñón (Le Cid); el Piccolo Teatro Milano (La Tragedia del Vengador) así como la ópera Falstaff para el Festival de Salzburgo con Claudio Abbado. También ha creado y puesto en escena nuevos ballets de Romeo y Julieta y Hamlet para el Bolshoi de Moscú.
Ha escrito una obra de teatro, Lady Betty, y ha recibido premios en Londres, Moscú, París y Nueva York, entre ellos cuatro Premios Olivier, el Premio Internacional Stanislavski de Moscú y el León de Oro de Venecia.
Su primer largometraje, Bel Ami, codirigido con Nick Ormerod y protagonizado por Uma Thurman, Kristin Scott Thomas, Christina Ricci y Robert Pattinson, se estrenó en 2012.